Argentina: La lucha continúa
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La producción discursiva respecto al juicio a Bussi
Los medios masivos de comunicación y el juicio a genocidas
Para la mayoría de los medios masivos de comunicación, el represor Antonio Bussi es "el ex gobernador" o "ex represor" y "manejó" la provincia a partir de1975. Detrás de esos eufemismos, refuerzan el discurso de la teoría de los dos demonios y que en Argentina hubo una guerra. Esconden así, el plan sistemático de exterminio enmarcado en el genocidio perpetrado en todo el país. Así, el genocida y sus defensores son voces legitimadas y consolidadas permanentemente por los medios hegemónicos. Hasta el propio Bussi remarcó la función de La Gaceta en su alegato.
Editorial contrapunto
Edición impresa
"Todos y cada uno de los actos de la guerra, con la secuela propia de todo
conflicto armado, muertos, heridos, detenidos, desaparecidos, fueron registrados
y sustanciados en tiempo y forma por la justicia militar, provincial y federal,
y difundidos públicamente mediante comunicados oficiales, informes de combate,
por todos los medios de comunicación locales y nacionales. La Gaceta es un
archivo viviente de nuestras comunicaciones, de nuestras publicaciones, de los
encuentros producidos y de los muertos habidos". Palabras del represor
Antonio Bussi, una vez leídas las acusaciones en su contra
El título principal de La Gaceta (el diario de mayor
tirada de Tucumán y que impone gran parte de la "agenda" mediática de
actualidad), del sábado 9 de agosto, rezaba: "Bussi justificó la detención de
Vargas Aignasse y dio detalles de cómo manejó Tucumán en los 70".
Un mínimo análisis del discurso desnuda algunas cuestiones trascendentales. Por
un lado, Bussi es presentado simplemente por su apellido. O sea, ni represor ni
genocida. Para La Gaceta, Bussi es simplemente Bussi.
Luego, Vargas Aignasse no es un detenido - desaparecido. Es
sólo un detenido. Implícitamente, despega a Bussi del destino posterior del ex
senador.
Pero lo más peligroso, es la presentación de Bussi como un "administrador" de la
provincia. El "cómo manejó Tucumán en los 70" oculta que hubo un golpe militar
contra un gobierno democrático y que a partir de allí tuvo lugar un genocidio de
dimensiones desconocidas en suelo argentino.
Sería negar la realidad no reconocer que todavía Bussi
sigue teniendo una imagen positiva para una parte importante de la sociedad
tucumana.
Esto es asumido por las empresas periodísticas locales. Por eso, sus coberturas
parten de esta premisa y al mismo tiempo la refuerzan.
Así, el genocida y sus defensores son voces legitimadas y
consolidadas permanentemente por los medios hegemónicos. Sus planteos son
respetados y presentados con "objetividad". No se les discute. Siempre en nombre
del equilibrio periodístico.
La producción ideológico - simbólica de estos sectores apunta a
reforzar la postura de que no se revise la historia, que no se rediscuta el
genocidio. Piden mirar hacia adelante.
¿Por qué? La Gaceta, principal diario de Tucumán, fue uno de los
actores principales de apoyo a la sangrienta dictadura militar y a la actuación
de las Fuerzas Armadas en Tucumán.
Durante esa época, ambos sectores compartieron intereses. Tanto económicos, como
políticos y sociales.
Por eso, las categorías discursivas son eufemizadas. Pero no como búsqueda de
sinónimos imparciales. Sino como la (re)construcción y (re)producción de una
memoria histórica que no aleja a La Gaceta de los planteos de Bussi.