Argentina: La lucha continúa
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Intendentes bonaerenses
El sueño de la Justicia propia
Pablo Antonini
AJB - ACTA
Dónde abrir una fiscalía o crear un departamento judicial forma parte de la
disputa territorial bonaerense. La Justicia como parte del entramado de
acumulación de poder y de búsqueda de impunidad. El rol de la Comisión del Mapa
Judicial.
Cerca de 20 distritos bonaerenses han presentado o están elaborando proyectos
para ser cabeceras de nuevos departamentos judiciales. Los fundamentos suelen
ser incuestionables: la necesidad de que la población tenga más cerca los
órganos jurisdiccionales, que no deban recorrerse kilómetros para presentar una
denuncia, y el crecimiento de la litigiosidad que hoy redunda en juzgados
colapsados. Pero los métodos y razones muchas veces son sólo un capítulo más de
la conflictiva relación entre la Justicia y el poder político en la provincia de
Buenos Aires.
En este marco, la Comisión de Mapa Judicial -que se convoca cada siete u ocho
años para revisar integralmente la organización del Poder Judicial-, es un
espacio muy valorado por los distintos actores del sistema, ya que permite
ejercitar una mirada integral por sobre los distintos intereses locales. Al
menos es el balance de Mario García, Secretario de Organización de la Asociación
Judicial Bonaerense (AJB-CTA), que participó de la última convocatoria entre
fines de 2000 y principios de 2001, y la recuerda como 'muy positiva. Por más
que después vengan las deformaciones, es una manera de fijar criterios para una
política de Estado, trabajando con elementos estadísticos objetivos para evaluar
las verdaderas necesidades del conjunto'.
Además de la AJB, la Comisión estuvo integrada por representantes del Ministerio
de Justicia, Procuración, un ministro de la Suprema Corte, tres diputados, tres
senadores, los Colegios de Magistrados y de Abogados. El presidente del Colegio
de Magistrados, Carlos Lami, entiende que 'es un espacio conveniente y
necesario. No es solamente crear nuevos departamentos judiciales sino a lo mejor
modificar su contorno, porque a veces un partido está mucho más cerca de un
departamento judicial vecino que al que pertenece. O incluso puede estar más
lejos pero tener medios de transporte mucho más directos'.
Para Lami, el objetivo de la Comisión debe ser 'que el ciudadano cuente con una
inmediación del servicio de justicia ¿Esto qué significa? Que tenga un juez
cercano. En esto se ha avanzado con la creación de los juzgados de paz letrados,
que tienen limitada su competencia: más ampliada en el interior, más disminuida
en el Conurbano'.
A fines del año pasado, la Legislatura aprobó una nueva convocatoria a partir de
un proyecto presentado por los senadores Mónica Litza (PJ) y José Eseverri
(Radical K) poco antes de concluir sus mandatos. Según los fundamentos, la
Comisión 'tendrá la misión de proponer las modificaciones que estime necesarias
en el ordenamiento territorial del Poder Judicial', debiendo realizar para esto
'un profundo estudio del Mapa Judicial Bonaerense en toda su dimensión,
investigando las relaciones de población, superficie, densidad, litigiosidad,
distancia desde la sede y condiciones del servicio'.
La nueva composición del cuerpo incluía al presidente de la Corte, la
Procuradora, seis diputados, tres senadores, dos representantes del Colegio de
Magistrados, dos del Colegio de Abogados y dos del Consejo de la Magistratura.
En abril, el gobernador Daniel Scioli vetó parte del texto y modificó la
composición eliminando la participación de los representantes del Consejo de la
Magistratura y reduciendo a tres la cantidad de diputados.
A diferencia de la Comisión anterior, ni los legisladores ni el Ejecutivo
tuvieron en cuenta, esta vez, a los trabajadores judiciales. Aunque al cierre de
esta edición todavía no se había realizado reunión alguna, para el ministro de
Justicia Ricardo Casal, la puesta en marcha de la Comisión tiene carácter de
'urgente', ya que 'se relaciona directamente con la emergencia judicial
edilicia, y entendemos que se requiere el consenso de todos los actores, para
determinar cuales son las necesidades y donde deben establecerse los servicios
de justicia'.
En el marco de la celeridad prometida, el ministro adelanta que 'vamos a tratar
de apoyar y de solicitar que gradualmente los informes del mapa judicial vayan
aplicándose, y no esperar un estudio final'.
Creced y multiplicaos
Hace poco más de medio siglo, eran solamente seis. Cuando la provincia de Buenos
Aires organizó su administración de Justicia en el formato de departamentos
judiciales, en 1947, dividió su mapa en: Zona Capital, con asiento en La Plata;
Zona Sur, con cabecera en Dolores; Costa Sur, en Bahía Blanca; Sudoeste, en
Azul; Centro, en Mercedes; Norte, en San Nicolás. Los primeros desprendimientos
fueron obligados por el explosivo crecimiento demográfico del conurbano bo-naerense:
San Isidro, San Martín, Morón y Lomas de Zamora. Después nacieron Mar del Plata,
Junín y Trenque Lauquen. En los '80 Quilmes, Necochea, Pergamino y
Zárate-Campana, y en los '90 La Matanza.
Cuando se conformó la Comisión anterior, García recuerda que les tocó analizar
'una avalancha de pedidos para la creación de nuevos departamentos, y pedidos
por parte de los políticos lugareños, tanto intendentes como diputados y
senadores'.
Pero reunidos en aquella Comisión, tanto la Corte Suprema como los Colegios de
Magistrados, Abogados y la AJB (que suelen tener opiniones muy divergentes sobre
varios otros temas), coincidieron en algo: 'El criterio fue unánime -recuerda-
por lo menos de los sectores que no teníamos intereses lugareños en el tema, y
fue no alentar la creación de nuevos departamentos'.
¿Por qué? 'Todo departamento judicial tiene una parte muy importante que son los
órganos jurisdiccionales, juzgados, defensorías, fiscalías y demás, que es lo
que realmente le lleva Justicia a la gente. Pero un 30% del presupuesto se va en
el aparato burocrático de receptorías, biblioteca, archivo, arquitectura,
montones de oficinas y dependencias de la Corte, que no inciden en la demanda
directa de Justicia', fundamenta García.
La alternativa más viable fue impulsar organismos descentralizados. Es decir,
fiscalías, defensorías y juzgados asentados geográficamente en los territorios
demandantes, pero dependientes de la cabecera actual. García recuerda que en
2005 encabezó una delegación que visitó al por entonces gobernador Solá 'y nos
preguntó qué opinábamos de crear departamentos judiciales. Yo le fundamenté
nuestra postura acerca de los gastos innecesarios que supone y como Solá es
ingeniero conoce bastante poco de la cocina de los poderes judiciales y estaba
agradecido de nuestros argumentos porque los intendentes lo tenían abrumado con
pedidos para crear nuevos departamentos'.
Sin embargo, a contramano de estos mismos argumentos, en 2006 la Legislatura
aprobó la creación del departamento judicial Moreno-General Rodríguez. 'Un
departamento un poco sui generis', según Lami, 'porque no tiene Cámara de
Apelación y sigue dependiendo de Mercedes'. Casi un año después de creado, y
ante las evidentes dificultades encontradas para su implementación, el por
entonces presidente de la Corte, Daniel Soria, presentó un escrito al Senado
pidiendo revisar la situación y volver atrás 'con el objeto de evitar problemas
administrativos, presupuestarios, de soporte técnico e infraestructura'.
Pero lejos de retroceder, los legisladores avanzaron: el 26 de septiembre de
2007 la Cámara de Diputados dio media sanción a la creación del Departamento
Judicial de Merlo, actualmente en la órbita de Morón. El proyecto fue presentado
por el diputado Alfredo Antonuccio, oriundo de esa localidad, e incluye en su
trazado a las localidades de Marcos Paz y Las Heras, hoy dependientes de
Mercedes.
Tal vez como reflejo del cansancio porque sus recomendaciones son
permanentemente desoídas, la Corte respondió emitiendo por la misma fecha una
resolución que pide la creación 'en forma urgente' de al menos 56 nuevos órganos
judiciales, basada en estadísticas que indicaban un aumento de la litigiosidad
del 117% en la última década, pero insistiendo con el criterio de la
descentralización en lugar de la creación de nuevos departamentos.
Formando fila
Otras iniciativas con historia son Lanús-Avellaneda (actualmente en la órbita de
Lomas de Zamora), San Miguel (dependiente de San Martín) y Pilar (hoy en San
Isidro). Los dos primeros avanzan fundamentados en el crecimiento de la
población y litigiosidad, mientras que el último, dice García, 'por el peso
socioeconómico de sus habitantes'.
En el caso de Lanús-Avellaneda, hay proyectos presentados desde 1999 y lo
acompaña una 'Comisión Pro Departamento Judicial' impulsada por los centros de
abogados y escribanos locales, que sumó un amplio abanico de apoyos incluyendo
gremios, asociaciones de comerciantes y hasta los clubes Racing e Independiente.
Llegaron a organizar una maratón por las calles de Avellaneda y varios medios
nacionales reflejaron el reclamo.
A mediados de 2006, con financiamiento de los ministerios de Justicia e
Infraestructura, se emprendió la construcción de un 'Polo Judicial de
Avellaneda' donde por ahora está previsto el funcionamiento de Alcaldías,
Patronato de Liberados, tres fiscalías descentralizadas y un Juzgado de
Garantías, entre otras dependencias, pero claramente apunta a demostrar
infraestructura para asentar una eventual futura cabecera departamental.
En el interior de la provincia, las descentralizadas van a la cabeza: Tandil ,
el partido de la Costa, Tres Arroyos y Olavarría, también acarician el sueño del
departamento propio.
Muchos de los Municipios cabecera, por su parte, también sufren los intentos de
autonomía como una disminución del poder propio, y presionan en el sentido
contrario. El más 'castigado' viene siendo Mercedes, que a los desmembramientos
citados de Moreno, General Rodríguez y -en caso de prosperar la creación de
Merlo- Las Heras y Marcos Paz, le suma un proyecto del diputado Gustavo Ferrari
para trasladar las ciudades de Salto y 9 de Julio a la órbita de Junín. Al
conocerse la iniciativa, el Colegio de Abogados pergaminense, reaccionó
planteando que, puestos a dividir, se divida parejo: 'por razones geográficas y
administrativas, Salto tiene cercanía con Pergamino más que con Junín',
expresaron los letrados. Ferrari, ecuánime, dice que en el caso de Salto 'puede
ser razonable', mientras que en 9 de Julio existe un respaldo expreso a su
iniciativa. 'Lo importante es que la gente de ambas ciudades tenga un acceso
mucho más directo a la Justicia, y Junín, a mi entender, queda bastante más
cómodo que Mercedes'.
Pero si en algo más coinciden magistrados, abogados y trabajadores (y de ahí la
crítica a la forma en que se aprobó la creación de Moreno y la media sanción de
Merlo) es en que 'hasta que no funcione la Comisión del Mapa Judicial se debe
parar cualquier propuesta o intento de creación de nuevos departamentos'.
Contactos vs. carrera
'Nosotros siempre hemos bregado y luchado porque los compañeros judiciales que
se han recibido de abogados el día de mañana puedan ser defensores, fiscales o
jueces', dice el secretario general de la AJB-San Isidro, Hugo Russo. 'Pero
lamentablemente esto no es común. No hay una verdadera carrera judicial y muchas
veces son nombrados quienes tengan algún contacto a nivel provincial o local, y
no se privilegia la capacidad o el trabajo de los compañeros. Tenemos un montón
de compañeros que concursan, dan los exámenes, aprueban, y sin embargo la
decisión política es otra'.
En San Isidro se produjo recientemente un caso emblemático: el doctor Carlos
Bigalli, Asesor de Menores desde hacía varios años, denunciante en los casos de
los escuadrones de la muerte en Don Torcuato entre muchos otros, se presentó
para ser defensor oficial en el marco de la Reforma que creó los juzgados de
Responsabilidad Penal Juvenil. 'En un principio le habían rechazado el examen.
Supuestamente le había ido mal, cuando no debe haber nadie que tenga mayores
conocimientos y compromiso social con los chicos y los derechos humanos', afirma
Russo. A tal punto que se dio la paradoja de que, mientras por un lado se le
rechazaba el examen, era convocado por la Procuración para brindar capacitación
a quienes van a desempeñarse en esos cargos.
Otro caso llamativo, para Russo, es el del Dr. Diego Molina Pico, que ganó
notoriedad pública como fiscal investigador del asesinato en el country de María
Marta García Belsunce. 'Una persona que ha tratado de perseguir cuestiones que
no pasan sólo por perseguir a la pobreza como se acostumbra en San Isidro.
Primero no aprobaba los exámenes, ahora los aprueba pero no puede acceder a
ningún cargo, ni juez, menos de camarista'.
En este mismo departamento se conoció, el año pasado, un duro Acuerdo de la
Cámara Penal denunciando a los fiscales general y adjunto de tener prácticas
autoritarias, e impulsar una política 'manodurista y selectiva' frente a los
delitos de la pobreza, mientras se desatendían investigaciones de corrupción en
la administración pública y se les hacían sentir presiones a algunos fiscales
que debían llevarlas adelante.
Allí se investigan, por ejemplo, algunas causas que involucran al Municipio de
Vicente López por facturaciones de hasta un millón y medio de pesos en concepto
de 'cursos de capacitación' que para los fiscales nunca existieron.
Paralelamente, el Departamento judicial firmó un convenio con éste y los otros
cuatro Municipios que lo integran (Pilar, Tigre, San Isidro y San Fernando)
mediante el cual se abrieron oficinas descentralizadas financiadas por las arcas
comunales, que aportan el edificio, equipos de computación, fotocopiadora, auto
con chofer, gastos de mantenimiento, limpieza y hasta el sueldo de los pasantes.
También el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino -que transcurre su
cuarto mandato enfrentando una megacausa por 29 hechos de corrupción, pendiente
de elevación a juicio oral-, hizo campaña en las últimas elecciones con la
apertura de oficinas judiciales descentralizadas en su distrito, y le cedió un
importante edificio al Ministerio Público en comodato.
Los impulsores del esquema destacan que, de esta forma, se resuelve rápidamente
una necesidad objetiva como es la descentralización, sin esperar fondos del
erario provincial que llegan a cuentagotas o no llegan nunca. Los detractores se
preguntan si una Justicia solventada económicamente por un Municipio, tendrá
verdadera autonomía para investigarlo.
La posibilidad de contar con una fiscalía o un Departamento Judicial cobra
especial relevancia si tenemos en cuenta la enorme incidencia de los intendentes
locales en la selección de jueces y fiscales. A nadie escapa que intendentes y
senadores son la llave necesaria para sortear con éxito el paso por el Consejo
de la Magistratura. Cobra así forma el 'sueño de la Justicia propia', que sólo
la participación ciudadana y la transparencia en la Comisión del Mapa Judicial
pueden evitar.
AJB: Asociación Judicial Bonaerense