Argentina: La lucha continúa
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Balas expansivas para la Policía Federal
Correpi Sur
El Poder Ejecutivo Nacional, a través del Ministerio de Justicia, Seguridad y
Derechos Humanos encabezado por Aníbal Fernández, resolvió autorizar a la
Policía Federal para que use munición de proyectil expansivo.
El Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos dictó el pasado 4 de
julio la Resolución 1770/2008 por la que autoriza la provisión de munición de
proyectil expansivo a las Unidades Especiales de la División Grupo Especial de
Operaciones Federales (G.E.O.F.), del Grupo Especial 1 - G.E. 1 y al personal de
la P.F.A. que presta servicios de custodia.
Las municiones de proyectil expansivo son aquellas que al impactar contra una
persona se expanden, causándole un daño mucho mayor, al tiempo que disminuye su
capacidad de penetración, por lo que en general los proyectiles quedan alojados
en la víctima.
Para fundar la resolución, el Ministerio señala que "la munición de proyectil
expansivo tiene la capacidad de inhibir eficazmente (…) el poder ofensivo de un
eventual agresor" (negando la práctica de gatillo fácil, al sostener que el
personal policial sólo dispara contra agresores) y que "la munición de proyectil
expansivo disminuye (...) la velocidad y los eventuales rebotes en superficies
duras, lo que contribuye a salvaguardar la integridad física de ciudadanos que
se hallaren en los recintos o en las áreas circundantes al lugar de un
enfrentamiento armado", tras lo cual afirma que "la munición de proyectil
expansivo fue concebida para el empleo específico por parte de fuerzas de
seguridad y policiales de un importante número de países del mundo".
El G.E.O.F., al estilo de los SWAT yankys, suele emplearse para allanar villas
de emergencia. El G.E.-1, que forma parte del Cuerpo Guardia de Infantería, fue
reactivado tras diciembre de 2001 con el fin declamado de "reducir dementes",
pero se emplea para desalojar familias pobres que ocupan inmuebles. Ninguna de
las tareas (declamadas o reales) del GE-1 justifica el empleo de armas letales,
ni el de proyectiles expansivos. La adopción de estos proyectiles se contrapone
claramente con el argumento de disminuir los riesgos contra la integridad física
de las personas, ya que si bien disminuye el número de personas que pueden ser
lesionadas aumenta en gran medida la gravedad de las lesiones sufridas por quien
sea alcanzado. Además, estos proyectiles fueron prohibidos para su uso militar
desde la declaración de La Haya del 29 de julio de 1899, aunque siguieron siendo
empleados por las potencias coloniales contra los pueblos "salvajes" que no
habían adherido a dicha declaración. La adopción de estos proyectiles para su
uso policial es una nueva muestra de la política de exterminio adoptada contra
las víctimas del gatillo fácil.