Argentina: La lucha continúa
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Argentina, Tucumán: Fallo ambiental
Critican que la Justicia no haya tenido en cuenta la contaminación aérea de La
Corona
Primera Fuente
Si bien respaldan el fallo judicial, ambientalistas del sur lamentaron que el
juez federal Bejas no haya hecho referencia en su veredicto a la contaminación
aérea que causa el ingenio La Corona. Presentan argumentos que justifican el
carácter interjurisdiccional de la emanación de hollín a la atmósfera. El
magistrado había procesado a directivos de la empresa por la supuesta
contaminación ambiental causada a cursos de agua que afectan a la Cuenca
Salí-Dulce.
No dejan de verlo como un paso adelante, aunque sostienen sus críticas ante el
inédito fallo judicial que dispuso el procesamiento de tres directivos del
ingenio La Corona por presunta contaminación ambiental. Es que la resolución del
juez federal subrogante Nº 1, Daniel Bejas, se basa en la posible contaminación
de cursos de agua por efluentes provenientes de esta empresa a la vez que
advierte la ausencia de elementos probatorios que comprueben una afectación en
el aire de carácter interjurisdiccional.
Como víctimas directas del daño ambiental que ocasionaría la fábrica azucarera,
desde la agrupación Unión de Vecinos del Sur (Univec) argumentaron cada una de
las razones que Bejas debió haber tenido en cuenta, a la hora de procesar a los
empresarios, también por contaminación atmosférica.
Según los vecinos, estudios realizados por Ministerio Público Fiscal aportaron
pruebas concluyentes sobre el alcance interjurisdiccional del daño al aire. 'El
hollín impregnado con sustancias químicas por la utilización de petróleo, fuel
oil o aceites que se utilizan en las calderas (del ingenio) para su quemado, se
esparcen en el ambiente afectando el aire, el suelo y los cursos de aguas
poniendo en peligro la vida de los seres humanos. Estas partículas circulan por
los canales u otros cursos de agua para luego terminar en los ríos de la cuenca
Salí Dulce', explicaron los ambientalistas.
Los vecinos recordaron que las cenizas emanadas por las chimeneas superan
ampliamente los parámetros permitidos por la normativa nacional. Además,
sostuvieron que el hollín, por su volatilidad y por la acción del viento,
recorre largas distancias por los cursos de agua, 'transformando, de este modo,
el delito de contaminación en interprovincial'.
Para los habitantes del sur de la provincia, la posible incompetencia que
declaró Bejas sobre la cuestión atmosférica 'da vía libre a los industriales
para seguir contaminando la atmósfera, y para no cumplir con el compromiso
asumido en el Plan de Reconversión Industrial (PRI)'.
Por último, los ambientalistas se adhirieron a la postura del juez de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, quien consideró el derecho
de todo habitante de gozar de un ambiente sano como un 'derecho básico, esencial
y directamente ligado al derecho personalísimo de la salud'. 'Sería importante
que se aplique a la contaminación del aire lo mas urgente posible', finalizaron
los vecinos.
El 10 de julio, Bejas dictó el procesamiento sin prisión preventiva contra los
directivos de la firma Azucarera Argentina S.A administra el ingenio La Corona,
de Concepción) Enrique Fausto González, Silvio José Peluffo y Héctor Gregorio
Mateos, como presuntos autores responsables de contaminar el agua desde el
período de zafra de 2006, delito penado y previsto en los artículos 55 y 57 de
la ley de Residuos Peligrosos 24.051 y en el artículo 200 del Código Penal.
Números que asustan
Según cálculos, aportados por los vecinos a partir de números suministrados por
el ingenio Marapa y la Estación Experimental Obispo Colombres, se estima que un
filtro tipo scrubber en una chimenea retiene, aproximadamente, 25 toneladas de
material particulado por día. Si a esto se lo multiplica por las 82 chimeneas
que tienen los quince ingenios de la provincia, da un total de 2.050 toneladas
de material particulado por día. Peor aún, si a estas 2.050 toneladas por día se
la multiplica por 120 días promedio de zafra, da un total de 246 mil toneladas
de material particulado que se arroja a la atmósfera, al suelo y al agua.