Argentina: La lucha continúa
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Condena a 13 años de prisión para el Mataguachos de Villa Fiorito
José Antonio Pelozo (a) El Mataguachos fue condenado hoy a la pena de 13
años de prisión por el homicidio del adolescente Matías Bárzola, a quien fusiló
con un disparo detrás de la oreja izquierda el 3 de junio de 2003. También se
ordenó investigar a la comisaría de Villa Fiorito por haber intentado
deliberadamente proteger al ex policía.
Los flashes de los fotógrafos se descargaron sobre el ex policía de Villa
Fiorito cuando la secretaria del tribunal oral nº 1 de Lomas de Zamora leyó el
veredicto. Después de más de 5 años, el asesino de Matías Bárzola, José Antonio
Pelozo, retirado de la bonaerense y contratado por el municipio de Ezeiza en el
programa de patrullaje urbano "Tolerancia Cero", fue condenado a la pena de 13
años de prisión.
Los jueces Bueno, Rolón y Lanza, por unanimidad, tuvieron por probado que
el 3 de junio de 2003, cerca de las 21:00, Pelozo, mejor conocido en el barrio
como El Mataguachos, disparó contra Matías, de 16 años, que caminaba por la
calle Recondo de Villa Fiorito junto a sus amigos Fabián y Lucas. Descartaron la
coartada esgrimida por la defensa, que afirmó que Pelozo no estaba en el lugar,
apoyados en el testimonio de ambos chicos, y tuvieron en cuenta el accionar
habitual del imputado, que pese a estar retirado protagonizó diversos ataques
armados contra jóvenes del barrio a los que consideraba "vinculados a alguna
actividad delictual".
En los fundamentos del fallo se destaca un largo párrafo referido al temor
expresado por los testigos, en cuyos rostros, dijo uno de los jueces, se
pudo apreciar en más de un caso el amedrentamiento ejercido por el imputado y su
familia a lo largo de los años transcurridos desde el fusilamiento.
Del mismo modo, se valoró como prueba de la veracidad de los testigos de cargo,
especialmente de los que tardaron mucho en atreverse a hablar, la forma en que
Estela Velázquez, mamá de Matías, fue aportando a la fiscalía cada dato que
fue obteniendo sobre el suceso, investigando en el barrio junto a sus compañeros
de CORREPI.
El tribunal hizo lugar al pedido de la querella de investigar a la comisaría 5ª
de Lomas de Zamora (Villa Fiorito), cuyo personal deliberadamente intentó
confundir la pesquisa, introduciendo hipótesis falsas, como que Matías se había
suicidado o que el homicidio se había producido en el marco de una tentativa de
robo. El funcionario policial que intervino, Isidoro Segundo Concha, hoy se
encuentra en prisión junto a su colega Ramón Quevedo por el asesinato de Jorge
"Chaco" González, a quien ambos uniformados apalearon hasta causarle la muerte
en diciembre de 2002, hecho por el que ambos fueron condenados en noviembre del
año pasado. "Pelozo, después de retirarse de la misma comisaría, siguió
trabajando en forma privada como integrante de la brigada, por eso sus amigos lo
trataron de proteger intoxicando la causa con pruebas falsas", explicó María
Teresa Larramendy, una de las abogadas de CORREPI que intervino por la querella
en ambos juicios.
Ni bien se anunció la condena, la madre y hermanos de Matías se abrazaron con
los demás familiares de víctimas de la represión policial organizados en CORREPI
que llenaban la sala, esperando que se conociera la decisión de los jueces.
Entonando consignas antirrepresivas, marcharon a las puertas del edificio, donde
Estela tomó el megáfono y dijo "La lucha no termina con la condena, recién
empieza, porque la policía nos mata un pibe cada 40 horas".
María del Carmen Verdú, también abogada de CORREPI y copatrocinante de Estela
Velázquez en la causa, celebró la condena, aunque señaló que el tribunal soslayó
varios de los agravantes planteados por su parte, como la condición de
funcionario público de Pelozo, y el consiguiente carácter de crimen de estado de
su delito. "Es el mismo tribunal que hace un año, aunque los condenó a
prisión perpetua, no se atrevió a aplicar la figura de tortura seguida de muerte
a los policías que asesinaron a golpes a Diego Gallardo. Entonces no quisieron
admitir que fue el estado el que torturó hasta la muerte a Diego, y no cuatro
malos policías. Hoy tampoco quisieron reconocer que, retirado o no,
Pelozo era parte del aparato represivo del estado, y que su crimen, es un crimen
de estado", declaró a la prensa.
CORREPI