Argentina: La lucha continúa
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Paro agropecuario y postkirchnerismo
Juan Correa*
Herramienta
No inventaron nada nuevo. Hay que volver a Rodolfo Walsh en Quien mató a Rosendo, para reconocer en estos nuevos protagonistas el retorno del Lobo Vandor, con las mismas trampas, las mismas mascaras, las misma funcionalidad a los poderosos
En la Argentina, el enfrentamiento entre el gobierno de Cristina Kirchner y
los productores agropecuarios representados por la Federación Agraria (FAA);
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), CONINAGRO y la Sociedad Rural (SRA) ha
provocado una crisis política, que ha merecido distintas interpretaciones.
La dimensión de la crisis puede medirse en la repercusión mediática, dado que
ocupó las primeras planas de los medios en los últimos dos meses, y en la
estadística: ha sido la principal responsable de que entre enero y mayo de 2008,
se hayan producidos mas cortes de rutas que en el año 2001, y de 2002.
La interpretación sustentada por "el campo" de que la cuestión se reduce a la
expoliación del interior productivo con impuestos confiscatorios, por parte de
centros urbanos parásitos, que no respetan las normas constitucionales y
subsidian a los que no trabajan; es la contracara de la propaganda engañosa del
gobierno que pretende presentarse como defensor de los intereses populares y a
favor de la distribución de la riqueza, frente al " campo" presentado como la
encarnación de la egoísta oligarquía terrateniente, de pasado golpista y
antidemocrático.
Lo primero que hay que decir que la palabra "campo", siempre fue una palabra
vidriosa porque que encubre una variedad de intereses, y hoy lo es mucho más que
hace 50 años.
En un modelo económico de explotación agropecuaria dominada por los agronegocios,
en el vértice de la acumulación de las ganancias están los exportadores de
granos y los proveedores de insumos; todos grupos fuertemente cartelizados y de
propiedad trasnacional (Cargill, Nidera, Dreyfus, Monsanto, etc.); un escalón
mas abajo los grupos de la industria (aceiteras, usinas lácteas, molinos,
frigoríficos exportadores) los feed lots, y pools de siembra. En este segundo
segmento hay capitales nacionales ( Urquía, San Cor, Grobbopatel) y extranjeros
(la totalidad de los frigoríficos exportadores y los principales feed lots son
de capital extranjeros). Podemos incluir en este segundo sector a los grandes
terratenientes de capitales extranjeros (Soros) o nativos. Estos dos primeros
segmentos del modelo de agronegocios , que han sido socios privilegiados de los
gobiernos post_devaluación tuvieron conductas diferentes frente al conflicto.
Mientras los grupos mas concentrados no participaron en la protesta, algunos
grupos del segundo escalón participó con posiciones más tibias, que se traducen
en las posiciones de Coninagro y la Sociedad Rural.
La caracterización de socios privilegiados no es gratuita, se llevaron la parte
del león de los agronegocios, pero además gozaron de los beneficios de una
política impositiva regresiva centrada en gravar el consumo, y no el capital y
la ganancia.
La política de sojización que ahora denuncia el gobierno para justificar sus
medidas, fue impulsada por el propio gobierno durante los cuatro años de
anteriores. Precisamente las retenciones eran una herramienta que le permitían
orientar la actividad agropecuaria hacia la producción de alimentos.
Oportunidades de negocios favorables a la soja, impulsaron que quienes sembraban
esta oleaginosa, desplazara a las verduras y a la producción de cereales y de
carne; destruyeran rodeos y majadas, liquidaran a medieros y pequeños
propietarios rurales que alquilaban campos para mantener sus rodeos, destruyera
bosques, desalojaran a miles de familias campesinas poseedoras.
En un país donde, desde 1976, se esta produciendo una reforma agraria al revés,
estos dos segmentos han sido los principales beneficiarios.
Pero los mas de 300 cortes de ruta diarios sostenidos durante semanas no podrían
explicarse sino se incorpora en como parte del "campo" a los pequeños y medianos
productores.
El ministro Lousteau identifico a 62000 productores que producen el 20 % de la
soja. En conflicto de la carne se identificó a 120.000 productores que tenían
rodeos inferiores a 200 vacas. Cruzando estas dos cifras podemos estimar que
existen entre 150 y 180 mil productores que constituyen nuestra pequeña
burguesía agraria.
Alfredo D´Angelis procede de ese sector y su propio recorrido es representativo
de los de su clase. En los 90 estaba fuertemente endeudado y hasta llegó a
perder sus 200 Ha. Se hizo contratista y ahora ha recuperado su tierra y explota
en alquiler 600 Ha.
Arruinado por la política de convertibilidad acertó quedándose con herramientas
de trabajo y no con hacienda ( por eso no quebró). Fue beneficiario de la
política de devaluación y entró en el embudo de la soja. Se ha recuperado
económicamente pero tiene el techo y la amenaza que le imponen los pools de
siembra con quienes no puede competir con el precio de los alquileres, es
expropiado por los exportadores que se le quedan con un 15% y que descargan
hacia abajo la totalidad de las retenciones.
Siendo el eslabón más débil de la cadena capitalista del modelo sojero, advierte
que un aumento de las retenciones inestabiliza su recuperación económica y sale
a la ruta.
Pero aquí no terminan los actores sociales que son parte del "campo": existen
también decenas de miles de familias campesinas y de pueblos originarios, en su
mayoría poseedores de las tierras que no solo no están dentro del circuito de la
soja, sino que en los últimos años han visto avanzar a los sojeros derribando
bosques y expulsándolos de sus tierras. Estas familias que destinan la mayor
parte de su producción al autoconsumo han venido desarrollando organizaciones de
base que desde hace años han venido denunciándola modelo de agronegocios, al
monocultivo sojero y la desertificación producida por la tala de los bosques.
Al contrario de lo que sucede en Brasil no existe una alianza entre estas
organizaciones de poseedores y los pequeños productores. Incluso en algunos
casos, han sido pequeños productores la punta de lanza del modelo sojero. Es
explicable entonces que no apoyaron el conflicto "del campo", y que en algunos
casos fueron utilizados por el gobierno que los presentaba como "los auténticos
campesinos" ofreciéndoles el señuelo de participar en la Subsecretaria de
Pequeños Productores.
Esta situación protagonizada por el Frente Campesino donde participan el
Movimiento Agrario de Misiones (MAM), Movimiento Campesino de Formosa, (Mocafor),
el Movimiento Campesino de Jujuy (MOCAJU) y que se armó con la participación de
FACTA (federación de empresas recuperadas) y Madres de Plaza de Mayo, hablan de
que aunque no comparten alianzas con los pequeños productores, comparten la
debilidad estructural y política de sujetos sociales que desde lo corporativo no
pueden plantearse políticas autónomas. Unos se alían a la Sociedad Rural y
Coninagro, y otros con el Gobierno. En los dos casos, tratando de sobrevivir
embretados en políticas ajenas.
Distribución de la riqueza
Una de las banderas esgrimidas por el gobierno en esta batalla es su voluntad de
distribuir la riqueza. La Argentina creció a tasas excepcionales del 8% durante
los primeros 4 años del gobierno de Kirchner y no se achicó la brecha entre los
que ganaban mas y los que ganaban menos. Mejoraron sí, los índices de pobreza e
indigencia. Avances que empieza a deteriorar el proceso inflacionario. Por eso,
mas allá de idas y venidas de los índices, encarar con seriedad el tema, nos
impone analizar algunas reglas del capitalismo global y echarle a un vistazo a
nuestro sistema impositivo
Los grupos económicos más concentrados que dirigen la llamada globalización
(antes llamado imperialismo) plantean fragmentar los derechos sociales y
socializar las cargas sociales (sistema impositivo). Este es un principio que
tiene directa relación con la cuestión del sujeto potencial. Si un derecho
social abarca a millones de personas, existe la posibilidad que millones de
personas se junten para reclamar su aplicación, o mejorar su aplicación sumando
nuevas exigencias. Por eso la orientación de los planes sociales financiados por
el Banco Mundial y otros organismos de crédito internacional apunta a sujetos
localizados y fragmentados: la madre soltera, la madre con mas de tres hijos,
los adolescentes, los mayores de 45 años, etc.etc. La justificación es que la
localización garantiza mayor eficacia.
Pero cuando se trata de cargas sociales el razonamiento se invierte: localizar o
identificar sectores con mayor capacidad retributiva no es lo indicado. Se
apunta a impuestos indirectos "que paguen todos". El sistema impositivo
argentino construido por la última dictadura militar, perfeccionado por el
menemismo y continuado por los gobiernos siguientes cumple cabalmente con esas
normas hasta el límite de lo grotesco ( nos parecemos mas a África que a los
países del primer mundo). Los impuestos al consumo constituyen el 42% de la
torta impositiva; no hay discriminación entre consumos de alimentos básicos y
consumos suntuarios, y la estrella de la recaudación es el IVA, que aporta el
30% a la torta impositiva. El IVA es un impuesto que solo no pueden compensar
los que viven de un salario o un plan social.
Las retenciones agropecuarias constituyen apenas un 10% de la torta impositiva,
lo que denuncia una doble falacia: ni son el nudo de la distribución de la
riqueza, ni constituyen por si solos impuestos confiscatorios. Pero las
retenciones como ocurre con los impuestos al consumo tienen la mala leche de
agrupar a quienes tienen distintas posibilidades contributivas. Y entonces
Alfredo D´Angelis (y los de su clase), pelean contra las retenciones codo a codo
con un poolista sojero, a quien afecta de forma diferente el impuesto. Porque
cuando D´Angelis implanta su soja paga un costo del 20% superior al que paga el
pool. Y cuando la vende lo hace a un precio de 15 % menor que lo que la cobra al
pool.
Y allí esta la explicación de porque la combatividad en el conflicto
agropecuario fue inversamente proporcional a la concentración del capital. En
otras palabras. Los grupos mas concentrados directamente no pelearon, los
productores grandes pelearon tibiamente y al conflicto lo sostuvieron los
productores chicos y medianos.
Aunque, como decía anteriormente, poner el cuerpo en la ruta no significa
capitalizar la negociación.
¿Un conflicto buscado?
Si el objetivo del gobierno no fue redistribuir la riqueza, surge la pregunta de
porqué se embarcó en este conflicto. Hay razones económicas y políticas.
La razón económica no se originó en un cambio de filosofía con respecto al
modelo productivo de agronegocios. No es que de golpe advirtieron que su
política agropecuaria era un gigantesco embudo que destruía a los pequeños
productores ganaderos y los pequeños arrendatarios, despojaba a los poseedores
de tierras, destruía bosques nativos, liquidaba la producción de verduras y
otros alimentos, y ponía en peligro la supervivencia de los suelos.
Lo que advirtieron fue un faltante de caja. Las divisas que ingresaban al
gobierno por el embudo de la soja, se completaba con las que entraban por la
explotación irracional de los hidrocarburos. La historia se complicó porque los
suelos aguantaron un poco mas que las reservas de petróleo (porque las empresas
se "olvidaron" de explorar) y entonces el torrente que era alimentado por dos
bocas, quedó reducida a una.
Y no se le ocurrió otra cosa que aumentar un poco mas las retenciones a la soja
y el girasol. Medida que desató la protesta de los productores de oleaginosas,
pero también se extendió a las economías regionales, los tamberos, los ganaderos
y los productores de cereales, que ya venían acumulando broncas advirtiendo que
estaban siendo perjudicados por la alianza del gobierno con los exportadores,
los proveedores de insumos y con la industria ( vía subsidios, o
superganancias).
La razón política es que para ubicarse en el centro, siempre hay que identificar
un enemigo por derecha. Al kirchnerismo le había ido bien con los militares
genocidas, desprovistos de toda solidaridad por sus compañeros de armas en
actividad y por los grupos económicos que los acompañaron en la dictadura; y
algunos gestos, como el de no concurrir a los actos de la Sociedad Rural, había
generado simpatías populares.
Pero evidentemente valoraron mal un entramado social muy complejo, y que cerró
filas enfrentándolo en un escenario inesperado, las rutas, con un referente
chacarero que resultó mucho más creíble y populista que la dama presidencial.
El Post- Kirchnerismo
El sueño de los poderosos es la perpetuidad en el poder. La Argentina acuna esos
mismos sueños en sus protagonistas civiles y militares. Alguna vez Onganía soñó
con quedarse 20 años; tuvimos militares genocidas con objetivos sin tiempos;
Alfonsin se ilusionó con un Nuevo Movimiento Histórico y los Kirchner
fantasearon con una reedición del PRI mejicano que se conservó 70 años en el
poder.
Pero cada cual tuvo su Cordobazo, su Malvinas, su Semana Santa. Su Waterloo.
Parece injusto que socios privilegiados del crecimiento económico
post-devaluación, se hayan convertidos en los aguafiestas del matrimonio
presidencial. El enemigo menos pensado, a juzgar por los resultados electorales
obtenidos por el kirchnerismo, hace menos de un año, en los lugares que fueron
epicentros del conflicto. O por la circunstancia que quiénes pedían mano dura
para los piqueteros, terminaron protagonizando mas de cuatrocientos cortes de
ruta; un delirio insurreccional solo imaginado por febriles mentes de
ultraizquierda
La Argentina es un país inesperado. Después del conflicto agropecuario, se
empieza hablar de post-kirchnerismo.
Isabel Perón en los funerales del transversalismo
La derecha mediática jugó fuerte en la coyuntura. Según sus editorialistas, los
impuestos confiscatorios al "patriótico" empresariado rural confirmaba el
regreso de los Montoneros asociados a Chávez y Fidel Castro. Hubo una vuelta al
pasado, pero no fue precisamente el regreso de los Montoneros y de las consignas
por" la Patria Socialista".
El acto en Plaza de mayo, en defensa del gobierno popular revivió la ortodoxia
justicialista, aquella de "la Patria Peronista". Las columnas más importantes
fueron aportadas por el Sindicato de Camioneros y los punteros del conurbano. La
presencia de un puñado de militantes de Derechos Humanos, Hebe de Bonafini y
algún artista popular, no pudieron disimular que un puntero de José C. Paz
[barrio pobre de Buenos Aires] movilizó mas que todo el transversalismo junto.
Así como el alfonsinismo era mucho mas que "los radicales"; el kirchnerismo
prometió ser mucho más que "los justicialistas". La pureza en estos casos, no
significa una apuesta mas elevada, sino la demostración de un fracaso, la
comprobación que la mascara ya no puede ocultar el retorno de los conocidos de
siempre, y de que empezó el tiempo del retroceso. A Cristina Fernández le ha
tocado lidiar con estos tiempos y empezó en desventaja. Queriendo emular a Evita
consiguió parecerse a Isabel, que solo pudo conseguir la mitad menos amable de
lo acumulado por Evita: el odio de los oligarcas.
Las ultimas elecciones presidenciales mostraron una ruptura de las clases medias
de las grandes concentraciones urbanas con el proyecto kirchnerista. En el
interior, le había ido mucho mejor al compás del bienestar somero. Ahora se
rompió el idilio y las clases medias urbanas de las ciudades rurales estuvieron
a la cabeza de los cacerolazos en el interior.
Pero no todo es malhumor clasemediero, también hay crisis energética, pérdida de
credibilidad e inflación.
Para enfrentar la crisis energética, la Argentina importará este año 1.800.000
metros cúbicos de gas-oil. Mas del doble que el año pasado. Pero apenas iniciado
el invierno empezaron los cortes de gas a industrias, los bolsillos de los más
pobres fueron golpeados por un nueva aumento del precio de las garrafas y las
redes eléctricas caminan al borde del colapso.
La abrumadora mayoría de la población piensa que el gobierno miente con sus
mediciones de la Inflación que publica el INDEC, y esa falta de credibilidad se
extiende a otros aspectos de la gestión. La inflación llegó para quedarse y el
mas optimista de los cálculos privados estima un 30% para 2008, lo que significa
un aumento de dos millones y medio de pobres y de setecientos mil indigentes.
Esos datos chocan con un discurso oficial que afirma la decisión del gobierno de
distribuir la riqueza y hacer una sociedad más solidaria.
Y ya se sabe, cuando cruje el barco del gobierno, las ratas afinan el oído,
estimulan el sentido del olfato y de la vista.
El síndrome de Boca Júnior
El ingeniero Macri pudo haber elegido ser Presidente de Unión Argentina de
Rugby, o de la Federación Argentina de Tenis, o hasta incluso presidente de
River ( los millonarios) pero eligió a Boca Júnior para proyectarse como figura
pública. Cuestión de olfato, o de calculo matemático de los votos que se
necesitan para ser presidente. Los bosteros no tienen glamour pero dicen ser la
mitad mas uno.
Con un partido inventado (el PRO) pudo ganar la Capital, pero su olfato le dice
que para ser presidente tiene que conducir al Boca Júnior de la política, es
decir al Justicialismo.
Lo anterior viene a explicar porque cuando los votantes de Mauricio en la
Capital agarraron la cacerola, el dirigente se hizo el distraído cediéndole toda
la iniciativa a Elisa Carrió. Mauricio sabe que el justicialismo lo permite
todo, incluso ser neoliberal. Pero nunca le perdonaría que fuera gorila. Y Macri
respeta ese imaginario agiornado del justicialismo donde Miguens es
gorila y Grobopatel es un emprendedor exitoso, acompañante viajero del
matrimonio presidencial.
Macri apuesta a una implosión del matrimonio gobernante y se reserva la carta de
ser el que ofrezca orden en el caos. Algo así, como el Duhalde del 2002. Por eso
sigue cultivando las viejas relaciones con el Justicialismo, con los punteros de
Capital, con Scioli, con los ex menemistas, no se expone y espera su turno.
El regreso de la Alianza
En el clímax de las exageraciones mediáticas la tapa de Pagina 12 acusó a los
dirigentes de las cuatro organizaciones rurales que asumían la representatividad
de los intereses rurales de ser "Los 4 Jinetes del Apocalipsis". En esa misma
edición, el Sr Verbitsky desgranaba sus argumentos vinculando el conflicto
agrario con redes golpistas.
Sin desconocer que militares golpistas puedan operar delirando con capitalizar
la movilización popular, la realidad está bastante lejos de las elucubraciones
del diario oficialista y sus manipuladores mediáticos.
Así como los cortes de ruta incorporaron al reclamo y a la política a miles de
trabajadores desocupados, los cortes de ruta del 2008 han incorporado al reclamo
y a la política a miles de pequeños y medianos productores, profesionales e
intermediarios ligados al " campo", que no tenían participación política alguna,
salvo votar; que repudiaban a los piquetes y las movilizaciones; y que se
caracterizaban por un fuerte individualismo y casi nula participación en las
asociaciones gremiales. Su relación con el pasado hay que buscarla mas por el
lado de un reverdecimiento de la Alianza (Bussi fue un hombre del FREPASO) y del
radicalismo.
Elisa Carrió con su Coalición Cívica, aprovecha las vacilaciones del Ingeniero
Macri y se ofrece como mascaron de proa del nuevo emergente social y político.
La Carrió, como el Partido Radical, no tienen pretensiones de disfrazar su
antiperonismo. Van asentar sus posibilidades electorales en el descontento de
las clases medias urbanas y rurales recreando una Alianza donde puedan convivir
Alfonsin, Prat Gay, Miguens, Olivera, Bussi, Binner, los radicales K, Toti
Flores, Lanata y algún justicialista que se siente desplazado como Reuteman o
Schiaretti.
Sobre las nuevas formas de control social
La idea de ser depositarios del patrimonio de la normalidad alimentó la soberbia
del Kirchnerismo. Estuvo presente en el discurso de Cristina, pero también
estuvo presente en los barrios cuando los afectados por las inundaciones, o por
un temporal fueron a pedir ayuda; cuando una cooperativa de trabajo no
oficialista va a pedir trabajo en obras estatales. La realidad con que se
encuentran en los dos casos es que solo hay apoyos para los que figuran en las
listas de los punteros o las organizaciones oficialistas. La respuesta es: están
con nosotros, o no hay nada. Y las víctimas salen a la calle, como salieron en
Tucumán a reclamar por el cospel o en Gran La Plata, donde los cortes de calles,
por vecinos afectados por la inundación y después por el temporal, son
cotidianos.
Creo que es incorrecto reducir los cacerolazos que se produjeron en Plaza de
Mayo y en el interior a manifestaciones oligárquicas. Seguro que hubo oligarcas
pero también, y especialmente en el interior, muchos sectores de clase media que
no soportan mas la soberbia oficial.
Cuesta calificar el desalojo a golpes de " la puta oligarquía" de Plaza de Mayo,
por parte de los piketeros K, como un acto de autodefensa popular. Mas bien
están cercanos al accionar de la patota de Moyano, intentando desalojar cortes
de ruta de productores. En su accionar hay puntos de contacto con quienes
patotearon a trabajadores en el Hospital Francés, en el Casino, y en
Subterráneos. Al matonaje de Milagros Salas, principal anfitriona de Cristina en
Jujuy, que dieron una golpiza al dirigente popular Luca Arias en el 2006 y
apretaron al Perro Santillán; la continuidad de apretes a referentes vecinales
en villas de Capital y el conurbano donde grupos oficialistas hacen planes de
vivienda aliados a los viejos punteros de todos los gobiernos.
Ya no se trata de la policía o la gendarmería, son grupos que movilizan personas
de nuestro pueblo y que a veces consiguen referencia en casos resonantes, pero
su objetivo no es cambiar la sociedad, sino ejercer nuevas formas de control y
represión al pueblo.
No inventaron nada nuevo. Hay que volver a Rodolfo Walsh en Quien mató a
Rosendo, para reconocer en estos nuevos protagonistas el retorno del Lobo
Vandor, con las mismas trampas, las mismas mascaras, las misma funcionalidad a
los poderosos.
La política barra-brava
En el pico del conflicto agropecuario se escucharon algunas voces que alertaban
sobre los inconvenientes de que en la Argentina se empiece a imponer una cultura
política de " barras bravas". Es decir que los conflictos de intereses se
deriman en espacios abiertos: rutas cortadas, plazas movilizadas. Esas voces
surgieron de voceros que expresaban al gobierno, pero también de los grupos mas
concentrados en inversiones en agronegocios. La cuestión no es menor para
quienes desde hace años se han acostumbrados a resolver sus conflictos a través
del lobby: El lobby es una palabra inglesa que designa la antesala de los
edificios, los parlamentos y los despachos ministeriales donde,
subrepticiamente, circulan tráficos de influencias, valijas persuasivas,
regalías y aprietes. Por extensión el lobby ha sido la forma preferida de
nuestros gobernantes y los grandes empresarios, para disputar o conciliar sus
intereses.
En la política del lobby, el gran público no se entera lo que se discute. En la
política hecha en rutas cortadas y movilizaciones masivas, algunos temas salen a
la luz, y se eleva la discusión política del conjunto de nuestro pueblo..
Por ejemplo a raíz del conflicto agropecuario se puso en discusión que en
políticas impositivas se puede hacer una distinción entre pequeños propietarios
y grandes terratenientes. Se trata de retenciones que representan el 10% de la
recaudación impositiva.
¿Que ocurriría si se discutiera en las rutas y en las plazas la cuestión de que
se grava mas el consumo que el capital o la ganancia. Que podría suceder si se
empezara a cuestionar el IVA que es el impuesto a los pobres, que afecta
directamente a los alimentos y a la canasta básica y representa el 30% de la
recaudación impositiva?
Tiene razón este gobierno "empeñado en distribuir la riqueza" y los empresarios
" sometidos a una insoportable presión impositiva" que la política " barra
brava" es un lamentable error y un pésimo ejemplo para la ciudadanía.
"No hay que avivar giles", dice un dicho popular. La izquierda se pierde en el
oportunismo o duerme la siesta del conservadurismo, pero no vaya a suceder que
alguien se avive y eche la primera piedra a rodar.
La vocación marginal
Alguna vez alguien dijo que se vive como se piensa, o se termina pensando como
se vive. La cita es muy apropiada para echar a una mirada a nuestra izquierda
que desde la realidad de vivir en la marginalidad, empieza a pensar
marginalmente.
Convierte así una circunstancia histórica, una mala racha, que puede explicarse
en el contexto mundial, en una vocación política.
¿Hay oportunidad histórica para la izquierda en el post-kirchnerismo?
Desde lo objetivo se abre una oportunidad muy interesante. El problema no es si
hay posibilidad de entrar en el juego grande de la política y tener incidencia
efectiva. El problema es si hay decisión de hacerlo desde una posición de
autonomía política.
La actuación de la izquierda en la coyuntura estuvo por debajo de sus
posibilidades en sus dos variantes: el oportunismo y el conservadurismo.
El oportunismo se expresó en salir corriendo con apoyos críticos detrás de uno
de los polos del conflicto. Unos apoyando al "campo", caracterizando su
movilización como rebelión agraria; otros corriendo detrás del gobierno con la
excusa de defenderlo de un golpe antidemocrático y las fuerzas de la reacción.
Los dos justificando su accionar en nombre de que concurrían a esas trincheras
sin bajar sus banderas de la reforma agraria. Las carcajadas que se escucharon
en Olivos son iguales a las de la Sociedad Rural; pero como corresponde a
mariscales que solo plantean agrupar fuerzas, les contestaron a ambos que su
planteo era muy interesante, pero lo discutirían mas adelante.
La otra variante del pensamiento marginal se expresó en el conservadurismo. La
correcta negativa a sumarse en el conflicto "campo"-gobierno, sumándose a uno de
los bandos en pugna, no fue acompañada por propuestas alternativas que
expresaran una posición autónoma. Desde el conservadurismo cualquier iniciativa
es mirada con desconfianza y la resistencia a los cambios está bonificada. Se
privilegia conservar el prestigio sobre arriesgar políticamente. En consecuencia
su intervención política es siempre tardía, de bajo perfil y parte de grandes
enunciados ideológicos. Esta claro que hacer historia o docencia es mucho menos
riesgoso que hacer política.
Resulta paradójico que cuando se cumplen 100 años del nacimiento del Che, la
izquierda argentina se debata entre el oportunismo y el conservadurismo. Y en
consecuencia el perfil del militante de izquierda políticamente correcto es
aquel que encarna las prevenciones ante lo nuevo. Porque precisamente, el Che (y
la revolución cubana) encarnaron la ruptura con el oportunismo y el
conservadurismo de la izquierda latinoamericana de su época, fueron diferentes
por su vocación de poder para transformar la sociedad.
* Miembro del Frente Popular Dario Santillan
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