Argentina: La lucha continúa
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Córdoba
El fin de la impunidad
Katy García
Con la caída de las leyes de la impunidad, genocidas como Luciano Benjamín
Menéndez, Luis Manzanelli, Arnoldo Chubi López, y Bruno Laborde, entre otros,
comparecerán en Córdoba frente a jueces civiles. Será la culminación de 22 años
de pugna entre justicia e impunidad: una lucha que los organismos de derechos
humanos libraron en la calle y en los estrados judiciales.
Después de haber eludido a la Justicia durante más de dos décadas, el ex titular
del Tercer Cuerpo de Ejército en Córdoba, una de las regiones del país más
castigadas por el terrorismo de Estado durante la dictadura militar del 76, será
pronto juzgado en los Tribunales Federales, por delitos de lesa humanidad.
La presencia ante jueces civiles de Luciano Benjamín Menéndez, detenido en su
casa mientras espera ser juzgado, es el fin de un periplo sostenido por los
familiares de las víctimas con tenacidad ejemplar, mientras el poder civil cedía
una y otra vez a las presiones castrenses.
A partir de la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto final y del
Indulto, todos los hechos que integran la llamada Causa madre o Causa Menéndez
(37-M-87) recobran el derecho a exigir justicia antes vulnerado por esas leyes.
La investigación llevada adelante durante dos décadas permitió determinar a los
responsables, instigadores, autores mediatos, intelectuales, cómplices y
encubridores de las violaciones a los derechos humanos, quienes podrán ser
juzgados ahora que el manto de la impunidad ha dejado de protegerlos.
Todos responsables de un proceso que, como dijo a esta revista María Elba
Martínez, debe verse inserto en Latinoamérica donde hubo dictaduras con las
mismas causas y finalidades. No fueron hechos aislados, ni producto de pequeños
grupos. Es una estructura planificada de la ideología de la seguridad nacional,
que hoy se establece en la seguridad urbana.
Marchas y contramarchas
Entre 1984/87, el más emblemático de los acusados, Luciano Benjamín Menéndez, se
presentó a declarar en cuatro oportunidades. Dos ante el Consejo Supremo de las
Fuerza Armadas (Consufa) y dos ante la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba.
Después de la tercera declaración en la que fue indagado por las causas Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), La Perla y Unidad
Penitenciaria 1, el Consufa le dictó prisión preventiva. En la cuarta
presentación, la Cámara Federal hizo otro tanto por la causa 31-M-87 y UP1.
Como se negó a nombrar abogado defensor, intervino el defensor oficial, Luis
Molina. Con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, Menéndez quedó como
único imputado, pero cuando faltaban días para la audiencia, Memen decretó el
indulto y ese mismo día, el ex represor recuperó la libertad. Ahí quedó muerta
la causa, durmiendo el sueño de los injustos. La impunidad en todo su esplendor
, dijo a umbrales Graciela López de Filoñuk, fiscal del Juzgado Federal nº 3, a
cargo de Cristina Garzón de Lascano, que tramita las causas por violaciones a
los derechos humanos.
En junio de 1998, en respuesta a un pedido del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj),
se reabre la causa, con el único fin de indagar acerca del destino de los
desaparecidos (Verdad Histórica). La fiscalía trabaja en este nuevo encuadre
jurídico, donde no habrá condenados. Se ordenaron allanamientos en todos los
lugares donde hubiera documentación- ex casa Cuna, Side, dependencias policiales
y militares- y se receptan testimonios de personas que ya habían declarado y de
otras que lo hacían por primera vez. Así se recogió numerosas pruebas.
En 2001, comienza a tomar fuerza una idea largamente construida a fuerza de
batallar en todos los frentes nacionales e internacionales buscando justicia.
Pulverizar las leyes de la impunidad, era posible. Ese mismo año, la fiscal pide
la nulidad e inconstitucionalidad de las leyes del perdón y del indulto avalando
los pedidos de Martínez (Serpaj) y de Horacio Verbitsky (Cels). Respecto a las
leyes, el fallo del juez Gabriel Cavallo era un antecedente. Pero sobre el
indulto no había nada.
Pasó un año y medio y la jueza Garzón de Lascano resuelve rechazar la solicitud.
La fiscalía, entonces, apela ante la Cámara Federal y, hasta tanto resuelva,
decide examinar causas que no estén comprendidas en la causa Menéndez, protegida
por el paraguas del indulto. Cabe aclarar que para la acusación a Menéndez los
fiscales seleccionaron de un total de 849 causas, las que acreditaban más
pruebas (437).
Pero había otras 412 que fueron enviadas a la fiscalía para su investigación y
persecución penal. Así surge Brandalisis Humberto y otros, fallo sobre el que
finalmente la Cámara declara la inconstitucionalidad de las leyes en 2005. En
ese interín, el Congreso de la Nación dictó la nulidad absoluta de las leyes del
perdón y otro tanto hizo la Corte Suprema de Justicia de la Nación, luego de que
la justicia española condenara al oficial naval Adolfo Scilingo, por haber
participado, entre otros crímenes atroces, de los llamados vuelos de la muerte.
Los primeros juicios
Uno de los primeros casos por los que Luciano Benjamín Menéndez y otros ocho
imputados serán juzgados en Tribunales Federales, en el edificio del Parque
Sarmiento, será el asesinato de Humberto Brandalisis, y el de su compañera Hilda
Palacio, cuyos restos, identificados por el Equipo Argentino de Antropología
Forense (EAAF), fueron entregados el año pasado a sus familiares (1). La pareja
fue ejecutada en una operación ventilador, eufemismo utilizado por los
represores para indicar que los cuerpos eran ventilados, desperdigados por la
ciudad, simulando enfrentamientos.
Los cuerpos de las víctimas eran llevados luego al Hospital Militar, después a
la morgue, y de allí a la fosa común del Cementerio San Vicente. Demostré que
fueron secuestrados, que habían estado en La Perla, que fueron torturados y que
les simularon la operación ventilador, explicó a umbrales la fiscal Filoñuk,
quien pudo cerrar el círculo perfecto de la represión, con la ayuda de los
libros de la morgue y los hallazgos de los antropólogos forenses.
Con esas pruebas a la vista, la jueza Graciela Garzón de Lascano, respondiendo
al planteo de los abogados de Hijos y Familiares de Desaparecidos y Presos
Políticos, Martín Fresneda y Claudio Orosz, dictó la prisión preventiva a nueve
imputados.
Para que la causa vaya a juicio, sin embargo, hay que esperar la respuesta de la
Cámara de Casación a la defensa de los imputados. Si la Cámara confirma lo
decidido en primera instancia, podrán presentar un recurso de queja a la Corte
Suprema de Justicia. Pero como la Corte ya resolvió en el caso (José) Poblete
por el que fue condenado el Turco Julián, será elevado a juicio. Será la primera
causa penal en Córdoba, confía Fresneda. A la fecha está demorada en casación.
Confesión de parte
Otros dos casos que se ventilarán inmediatamente en Tribunales, son el del
autoinculpado militar Bruno Laborde, y el del estudiante del Colegio Monserrat,
DiegoHunziker, asesinado después de pasar por Hidráulica y La Perla.
Al protestar porque se le negaba un ascenso, el entonces teniente coronel Bruno
Laborde detalló asesinatos y fusilamientos a sangre fría y quema de cadáveres.
En 2004, en una carta de 17 carillas enviada al comandante del Ejército, Roberto
Bendini, Laborde contó que por orden de Menéndez, participó de un operativo en
el que se desenterraron cuerpos que luego trituraron con máquinas agrícolas del
Tercer Cuerpo, compactaron en tachos de 200 litros y desperdigaron en las
salinas grandes de Serrezuela.
Habla de cinco asesinatos, sin dar nombres pero dando pistas temporales.
Investigo y determino quiénes son las víctimas, cuenta López de Filoñok. Se
trata de Juan Carlos Perucca, los hermanos Ortega, y Rita Ales de Espíndola, la
hija de la escritora riocuartense Susana Dillon, asesinada poco después de dar a
luz a una niña que fue entregada a su abuela. La quinta víctima era Mario Jofré,
finalmente liberado.
Diego Raúl Hunziker, militante la Unión de Estudiantes Secundarios, expresión
político-estudiantil de Montoneros, estudiaba en el Colegio Nacional de
Monserrat, cuando fue arrancado de los brazos de su madre y abuela, secuestrado
y llevado al campo de concentración Hidráulica, controlado por la policía
provincial, y luego a La Perla. El joven fue asesinado en un operativo
ventilador. Existe un certificado de defunción pero el cuerpo nunca apareció. Se
presume que entre los restos óseos obtenidos de las excavaciones hechas con
total impericia con pala mecánica en el Cementerio San Vicente, podría haber
estado su cuerpo, en alguna de las 33 bolsas de consorcio que, aun cuando
estaban bajo custodia judicial, fueron cremadas. La Cámara confirmó el
procesamiento de los imputados que ya están presos por este crimen.
Marcelo Tello Biscayart, secuestrado y asesinado en marzo de 1976, es otro caso
en proceso por el que se investiga al Comando Libertadores de América y al
Departamento Dos de Inteligencia (D2), de la policía provincial.
Luciano Benjamín Menéndez, ex titular del Tercer Cuerpo de Ejército, y los
temibles torturadores de La Perla, Luis Manzanelli, Jorge Acosta, Arnoldo Chubi
López y Bruno Laborde, entre otros, actualmente detenidos, serán los primeros
imputados que se sentarán en el banquillo por causas que fueron investigadas por
fuera de la causa madre. Pero quedan por resolver todas las causas que
constituyen la 37-M-87, UP1 y D2 de Informaciones.