Argentina: La lucha continúa
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Reflexiones acerca de la suspensión de la Marcha Federal
Movimiento Teresa Rodríguez
El Martes 8 de Abril, fuimos convocados por la CTA Varela a efecto de charlar
sobre la decisión tomada por la conducción nacional de la misma en el sentido de
aplazar la Marcha Federal.
Saludamos la iniciativa de la conducción local de compartir el análisis, las
preocupaciones y, fundamentalmente, buscar líneas de acción en consonancia con
lo acordado y con la construcción de una alternativa de poder popular.
Pero no podemos dejar de señalar lo equivocado de la decisión nacional como la
disconformidad con los argumentos esgrimidos.
Si bien se puede entender que se hace difícil una acción unitaria cuando hay
sectores que sostienen la defensa del campo, mientras otros la del gobierno, es
indudable que en momentos que el conjunto de la clase capitalista comienza a
reclamar mayor rentabilidad y a avanzar de hecho sobre las condiciones de vida
de millones de trabajadores, se torna incomprensible la decisión de abandonar la
calle por parte de la conducción ceteísta, pues en la práctica significa estar a
remolque de las posiciones e intereses de los sectores no proletarios.
No sólo eso, la adhesión social de importantes franjas medias urbanas –sobre
todo en el interior- al discurso de los sectores del agro tiene que ver con el
agotamiento del acuerdo sobre la coparticipación de la renta expresada en la
reforma constitucional del 94.
No sólo la desigualdad social ha crecido, sino también el peligro de la
disgregación nacional. Urge un nuevo Pacto Federal, y para que éste tenga un
contenido progresista ello sólo puede suceder si lo llevan adelante los sectores
del trabajo.
Esto mismo reafirma la importancia y necesidad de una alternativa propia de los
trabajadores, la cual no puede sino asentarse en un programa y una propuesta que
represente a la inmensa mayoría del pueblo trabajador.
Desde este punto de vista, cuando la carestía creciente del costo de vida está
licuando los sueldos, volviendo inservibles cualquier tipo de aumento; cuando
1.500.000 trabajadores desocupados se ven condenados a percibir $ 150 mensuales
y los jubilados y pensionados ven arrasados sus ingresos, sin duda alguna es
necesario un plan de lucha que ponga en las calles estas demandas.
En el momento que debatimos esto hay movilizaciones de las más variadas: sólo el
día 9 se movilizan ATE en provincias y Capital, Mafisa en La Plata, en Salta
contra la mina de uranio; está anunciado un Merlazo en la UBA; concentración en
el Hospital Iriarte; marcha al ministerio de Trabajo de los asalaiados del INDEC;
paro provincial de los trabajadores estatales en Rio Negro; en Catamarca vecinos
cortan el paso minero en Las Higueritas; en Chaco corte de ruta en Castelli y
Miraflores, veteranos de Malvinas acampan en Pza de Mayo; la CONADU histórica
para por 48 horas; en La Rioja corte de ruta en Patquía; en San Nicolas acampe
frente a Motormel contra el despido de 100 trabajadores; en Gualeguaychú
continúa el corte y venimos de dos puebladas: la primera en La Pampa que echó al
Intendente y la otra en Jujuy, donde los trabajadores de ATE ocuparon la sede
del Gobierno y bloquearon las entradas a San Salvador.
La inmensa mayoría de estas movilizaciones por aumentos en los salarios y contra
los despidos; otros contra la contaminación y la entrega de nuestras riquezas
naturales.
O sea, el aplazamiento de la Marcha Federal se da en el marco de una clara
aceleración de la lucha de clases, donde la clase trabajadora –aún en forma
fragmentada- da batallas por mejores condicione de vida mientras se hace notable
la pérdida del poder adquisitivo del salario, y por otro lado, mientras el
conjunto de la clase capitalista reclama mayor rentabilidad y se pelea por su
participación en la renta.
Si hasta ayer eran los sectores agrarios los que disputaban su participación en
la renta nacional, desde hoy se suman los industriales que por boca de Lascurian
–presidente de la UIA- ha manifestado que la rentabilidad de las empresas está
cayendo, por lo que el gobierno debería atender también sus reclamos.
Ante este panorama, no es más que necesario ganar las calles exigiendo
congelamiento de precios?, ¿aplicación de la ley de abastecimiento?, ¿aumento
inmediato para desocupados, jubilados, pensionados y reapertura de paritarias?,
blanqueo de todos l@s trabajadr@s, estatización del comercio exterior y
eliminación del IVA de los productos de la canasta familiar?.
Debemos evitar la trampa –al menos hoy- de caer en la falsa discusión de si éste
es o no un gobierno popular, si debemos apoyarlo o no. Lo importante es la
unidad en torno a las medidas a reclamar, o sea, las medidas que deben
implementarse.
Reflexionar si la crisis no exige que del reclamo general de redistribución de
la riqueza pasemos a formular un plan de lucha con calendario definido con
medidas concretas que hagan realidad ese reclamo de redistribución.
Redistribuyen ellos o redistribuímos nosotros.
Los compañeros de la CTA no deben perder de vista que en la crisis de Diciembre
de 2001 la falta de una posición consecuente en defensa de los trabajadores nos
privó de la importancia de una central obrera jugando en la lucha concreta a
favor de los desposeídos y explotados.
Toda inacción de nuestro lado en momentos de crisis favorece a nuestros
enemigos.
A la espera de que estas reflexiones puedan servir para ayudar en el debate que
se está dando, nos despedimos con un abrazo y esperanzados que podamos caminar
juntos.