Argentina: La lucha continúa
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Intolerancia y doble discurso
Prensa red
El sindicato de prensa repudió en un comunicado la desafectación del escritor y
columnista después de 33 años de escribir en La Voz del Interior. Se trata de
'un doble acto de censura e intolerancia' y un 'mensaje de disciplinamiento a la
Redacción'. La decisión empresarial también fue denunciada por la Comisión
Gremial Interna de Prensa en el diario.
El Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren) denuncia
y repudia un episodio de censura que resulta ejemplificador acerca de cómo los
trabajadores de prensa y el derecho a la información de la ciudadanía han estado
entre las principales víctimas del fuego cruzado de las últimas semanas entre
los dueños del Estado, los dueños del campo y los dueños de la comunicación.
En el momento más álgido del conflicto agropecuario, el diario La Voz del
Interior rechazó un artículo sobre el tema a su columnista y editorialista
Enrique Lacolla, quien escribía en el diario desde hace 33 años. Posteriormente,
al trascender el incidente, la empresa dispuso desafectar a Lacolla de su
redacción, perpetrando así un doble acto de censura e intolerancia.
Por respeto absoluto a la voluntad del afectado, el Cispren decidió aguardar
hasta el desenlace de este episodio. Y hasta podría haberse fundamentado la
espera en la ingenua suposición de que en la empresa quedara un vestigio de
sentido común, de tolerancia y respeto por el trabajo periodístico y la libertad
de expresión. Desgraciadamente, no fue así. Lo que primó fue el mensaje de
disciplinamiento hacia la Redacción del diario.
Frente a esto, la Comisión Gremial Interna de Prensa en La Voz consideró
'extrema' a la medida, porque 'priva a todos, compañeros, colegas y lectores en
general, de una palabra diferente en el periodismo nacional, que ha demostrado
valentía y firme posición en sus convicciones, frente a la chatura y banalidad
que imponen hoy los grandes medios de prensa'.
La desafectación de Lacolla, iniciada con el rechazo de una nota titulada 'La
sedición del campo', coincide con la asunción del control total de la empresa
Cimeco -propietaria de La Voz- por parte del Grupo Clarín, que participa en
forma directa en los agronegocios y cuenta en su directorio con poderosos
terratenientes y empresarios del sector agropecuario. El mensaje es muy claro:
no hay lugar para el disenso ideológico en los grandes medios de comunicación. Y
menos en momentos en que en un conflicto se dirimen intereses propios o de sus
aliados.
Entre ellos, los de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa),
entidad que suele enmascarar en la supuesta reivindicación de la libertad de
prensa la defensa de la libertad de empresa y el monopolio informativo. Adepa ha
afirmado en estos días en una solicitada: 'En su diversidad, la prensa argentina
ha dado sobradas muestras de ecuanimidad, objetividad y equidistancia pudiendo
exhibir una trayectoria democrática que, en muchos casos, abarca vicisitudes
patrias a lo largo de más de un siglo'.
La declaración resulta poco menos que hipócrita, si se tiene memoria -por citar
sólo algunas de estas 'vicisitudes'- de la complicidad de las grandes empresas
periodísticas con el genocidio perpetrado por la última dictadura militar y con
el modelo económico de exclusión social concebido en esos años y profundizado
durante la década de los 90, complicidad ésta última que fuera compensada con la
habilitación de los multimedios, es decir, la consagración del monopolio
informativo.
Ya el Cispren denunció la semana pasada esta impostura de Adepa, que 'advierte
sobre la inconveniencia de las palabras de la Presidenta y hace gala de la
vigilancia de la libertad de prensa, mientras sus socios se cansan de practicar
la censura según lo dicte la conveniencia de la empresa'. El caso de Lacolla es
una triste y elocuente muestra.
Pero la buena noticia es que sigue escribiendo, porque seguramente entiende que
su condición de periodista trasciende a la pertenencia a tal o cual medio de
comunicación, y se debe en última instancia a sus lectores.
Se trata de un caso emblemático que debe llevar a interrogarnos sobre las
supuestas 'grietas' que le quedan a un comunicador valiente y talentoso para
ubicarse dentro de estos medios cada vez más concentrados. Si a un periodista,
intelectual y docente universitario del prestigio y la trayectoria de Lacolla le
ocurre esto, que nos espera a los que todavía creemos en el mandato social del
periodismo.
El Cispren se solidariza -ahora públicamente- con el compañero Enrique Lacolla,
al tiempo que repudia y denuncia el doble discurso de Adepa y La Voz del
Interior, que mientras amordazan a sus trabajadores con una mano, con la otra
esgrimen una bandera en la que no creen ni respetan.
Córdoba, 10 de abril de 2008.
Alexis Oliva
Secretario de Prensa
Guido Dreizik
Secretario General