Argentina: La lucha continúa
|
Los ajeros, la "Galle" y los pañuelos blancos
Osvaldo Bayer
Nos desbordaron los medios la última semana con informaciones de dueños
de la tierra bien trajeados con rostros enojados o hasta amenazantes, con
discusiones sobre la palabra argentina más actual (retenciones), o sobre las
hinchadas de River que se despedazan por disputar el "poder" en las canchas, y
siempre estamos informados al minuto cuando cacarea Maradona. Pero nadie nos
informó que había muerto el delegado de los más humildes trabajadores del país:
los recolectores de ajos de Mendoza. ¿Cómo? ¿Existen? Hace dos semanas escribí
en este espacio sobre ellos. Sí, existen. Son los más ignorados de estas
tierras, e informé cómo se rebelaron porque la gigantesca empresa rural Campo
Grande, de Adrián Sánchez, no depositó los descuentos jubilatorios durante doce
años. Esas mujeres y hombres de manos como raigambres y ajadas hasta el extremo
decidieron la protesta, formaron una columna frente a la enorme propiedad rural.
Allí fueron desalojados por orden de la fiscal de turno Liliana Giner, en algo
habitual en la historia mundial de los desposeídos: no se detuvo a los patrones
estafadores del bolsillo humilde sino que se apaleó a los eternamente estafados.
Los palos uniformados de la Justicia argentina fueron dados con todo gusto. Hubo
rostros ensangrentados de obreras embarazadas y cabezas y espaldas apaleadas
como bolsas. Esto fue en noviembre pasado. Ahora se informó que acaba de morir
uno de los que levantaron la voz de protesta. El delegado Juan Carlos Erazo, en
el hospital donde estaba internado por los golpes recibidos hace más de cuatro
meses, perdió la batalla para siempre. Juan Carlos Erazo. Por algo será. Por
protestar; el arma eterna de los proletarios. Sí, era pobre, y eso hay que
tenerlo en cuenta cuando se sale a la calle. Pobre que protesta, pobre que la
paga caro. La empresa no reincorporó a los delegados despedidos. No cumple la
orden de blanquear la empresa con toda la peonada en negro.
La pregunta es: ¿no hay forma de hacer cumplir las leyes? ¿Por qué la Corte
Suprema de la Nación actuó en forma tan burocrática y rauda a favor del asesino
Patti, pero no hay justicia contra los que trasgreden todas las leyes y los
principios de la ética pero están amurallados en el poder del dinero? ¿Cuánto
tiempo pasará hasta que se haga justicia con los ajeros? El caso del recolector
Juan Carlos Erazo me hace recordar los versos de nuestro poeta Raúl González
Tuñón, que les cantó así a cuatro trabajadores recolectores de tabaco salteños
muertos por la gendarmería nacional en 1948:
Aquí yacen Silvestre, Rueda, Allende
y Flores
Cuatro nombres con olor a madera
Y a cañaveral, a tabaco, a petróleo y luna
Ojalá que algún poeta mendocino nos describa alguna vez en versos las manos
generosas del ajero Juan Carlos Erazo, manos que recogieron los productos de la
tierra para la Vida, y que cayó para siempre ante los defensores de la codicia.
Y sigamos con la Justicia. Otro caso que se mantiene en silencio. Nos referimos
a la presa política argentina Karina Germano López, conocida por sus amigos
cariñosamente como la "Galle". Es la hija del desaparecido Rodolfo Germano.
Tanto Karina, como su madre, Hilda López, vivieron en el exilio, en Suecia y
España. Pero antes pasó por la ESMA, donde fue interrogada por Alfredo Astiz.
Karina volvió a la Argentina en 1998 y se integró a la organización H.I.J.O.S.
En febrero de 2002, Karina fue detenida en San Pablo junto con otros cinco
latinoamericanos y se los acusó de participar en el secuestro del
multimillonario Washington Olivetto. Todos los detenidos fueron condenados por
la justicia brasileña –muy criticada permanentemente por su proceder– a 16 años
de prisión que luego fueron convertidos en treinta años por el Tribunal Superior
de San Pablo. A pesar de que Karina demostró que estaba por casualidad en el
lugar donde fue detenida y el secuestrado Olivetto declaró que nunca la había
visto en el lugar. Luego de cinco años de detención en San Pablo, ella pudo ser
trasladada a una cárcel argentina, Ezeiza, de acuerdo con el Tratado
Argentino-Brasileño de Presos. Aquí, Karina, en la cárcel, estudia sociología y
fue impulsora del Centro Universitario de la prisión.
Al cumplir una sexta parte de la pena, le corresponden a la detenida salidas
transitorias y al cumplir el tercio, la libertad condicional. Es lo que ha
solicitado Karina. Pero el juez Sergio Delgado le niega este derecho por la
pequeñez burocrática de que "el traslado de Karina Germano se produjo 49 días
antes del tiempo estipulado para dicho beneficio". Todo esto es de una
burocratismo vergonzante, más si se piensa que el fiscal de la causa es nada
menos que Oscar Hermelo, quien, como se sabe, fue miembro del grupo de tareas de
la Escuela de Mecánica durante la dictadura militar y como paradoja absoluta ese
grupo de tareas fue responsable de la desaparición de Rodolfo Germano, padre de
Karina. Por lo increíble no podría ni ser redactada una novela con este tema.
Realidades argentinas. Realidades de nuestra democracia. Más pensando en todos
los generales, almirantes y brigadieres desaparecedores que murieron en sus
camas en sus lujosos departamentos en los últimos treinta años de esta
democracia. Karina nos ha dicho ante tanta mordaz injusticia: "No me siento
vencida. Me enfrento una vez más al gran circo jurídico que sigue vacilando ante
los culpables, que continúa encarcelando a la parte vulnerable de nuestro
pueblo, o sea a la pobreza, la marginalidad, la exclusión social".
El juez Sergio Delgado, el fiscal Oscar Hermelo, con todos los poderes frente a
Karina Germano López, llamada con cariño la "Galle". Esa mujer. Estaremos
siempre de su lado.
Y si seguimos con las fantasías morbosas de nuestra realidad argentina damos con
otro hecho tan increíble como los dos casos anteriores. A la plaza en Núñez que
desde hace once años lleva el bello nombre de Plaza de los Madres del Pañuelo
Blanco ahora un colaborador acérrimo de la dictadura de la desaparición de
personas, el macrista Santiago de Estrada, le quiere cambiar el nombre por el de
Presbítero Fernando Carballo. Pícaro el macrista. Propone un cura contra las
Madres así recibe el apoyo de Bergoglio y sus fratres. Se basa el colaborador de
la dictadura en que ése es el deseo de la Comisión Obras Virgen de Luján. Llama
la atención que esta organización católica se oponga al nombre actual de Madres
del Pañuelo Blanco. O no. ¿Está también de acuerdo con esto la Iglesia? Más
sabiendo que desde 1996 esa plaza fue llamada Madres del Pañuelo Blanco en un
acto verdaderamente pleno de emoción con asistencia de los barrios vecinos.
Recuerdo que me tocó hablar en él y lo dije pleno de nostalgias y emociones: que
conocía desde niño ese lugar y me llenaba de agradecimiento que fuera el
vecindario que se había decidido por ese poético nombre en recuerdo de las
mujeres que salieron a la calle desafiando al poder de la muerte.
Desde aquella inauguración, allí el verde revivió, se pusieron juegos para los
niños y bancos para lectores y contemplativos. Un magnífico mural cubrió los
largos tapiales que rodean un lado de la plaza; los nombres de los desaparecidos
de los barrios de Saavedra, Núñez, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón y Coghlan
sembraron los senderos entre los canteros. Por supuesto que cobardes ataques
nocturnos de los pandilleros trataron de destruir lo levantado con esfuerzo y
alegría. Pero la Verdad logró mantenerse.
Después de doce años, ahora el golpe de furca de Santiago de Estrada. De
inmediato, la concejal Gabriela Alegre avanzó con otro proyecto donde se
reafirma el nombre dado por la asamblea barrial. Veremos si triunfa la mano
abierta o la cuchillada por la espalda. Hace unos días se hizo un concierto
popular con bandas de música y murgas de apoyo al nombre Madres del Pañuelo
Blanco. El pueblo, contra la burocracia de las bancas oficiales. Veremos quién
triunfa. Aunque sabemos muy bien que vencerán finalmente las Madres del Pañuelo
Blanco para que sigan encontrándose allí con sus queridos hijos desaparecidos en
ese verde bajo las estrellas para abrazarlos, para encontrarse bajo el color de
la luna con sus hijitos robados, el reencuentro por los siglos de los siglos.
Tres estampas de nuestro presente para tener en cuenta: los recolectores de ajos
nos miran; la "Galle" no se rinde, la dictadura quiere volver a poseer una plaza
llena de vida y de memoria.