Argentina: La lucha continúa
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Historias de complicidades con militares desde la Salud Pública
Ese es el eje que propone empezar a develar en Rosario una enfermera que
estuvo detenida, junto a otros dos compañeros, en el centro clandestino que
funcionó durante la última dictadura en la Fábrica Militar de Armas "Domingo
Matheu".
Olga Moyano, tiene 51 años y es la primera vez que hace pública su historia para
un medio. Estuvo detenida junto a Nadia Doria y Ariel Morandi, dos enfermeros
que están desaparecidos.
José Maggi
Rosario 12
Olga Moyano tiene 51 años, es enfermera y tiene la memoria fresca a pesar de
los 30 años transcurridos desde mayo de 1978, cuando junto a Nadia Doria y Ariel
Morandi, dos enfermeros que también trabajaban en el sanatorio Plaza que hoy se
encuentran desaparecidos, compartió el encierro. Fue hasta finales de junio del
mismo año, aunque ella se quedó hasta mediados de agosto del 78 cuando cumplió
21 años. Es la primera vez que esta militantes cristiana, nacida en San Genaro
Norte, con un pasado de trabajo social en su lugar, comparte su experiencia con
un medio periodístico. Su testimonio es importante porque es quien más tiempo
estuvo detenida en el centro clandestino de detención que funcionara en la
Fábrica Militar de Armas Domingo Matheu, tiempo en el que escuchó las voces de
su carceleros y aprendió a descubrir sus rasgos físicos. Pero no se agota allí
su historia: Olga propone empezar a descorrer el velo sobre un capítulo que aun
hoy falta escribir como es de las complicidades civiles durante la dictadura, y
puntualmente hacia quienes ocuparon cargos de jerarquía en la salud pública
durante esa época.
El primer relato de Olga es sobre sus captores, a quienes pudo ir de a poco
describiendo: "Mario era morocho tenía un Peugeot 504 rojo, medio petisón. Entre
los que estaban en contacto frecuente con nosotros que nos llevaban comida,
recuerdo a uno que era Armando, que nos permitió sacarnos las vendas, y resultó
ser un tipo muy grandote, pelo crespo, de cara colorada. Y que como estábamos
muy aburridas, porque no teníamos nada que hacer, nos traía libros sobre Hitler
para que nos formáramos".
El otro es "el Barba fue el encargado que nos interrogó, fue el único que lo
hizo. Tenía barba y cutis blanco, y era de una contextura no muy grande, y
siempre hablaba con una voz pausada y era muy incidioso en sus preguntas. No era
ni muy alto ni muy grandote, sino de una contextura mediana. Habría tenido entre
30 y 35 años".
Otro de los descripto es "el Puma era un morochón no muy alto, de contextura
robusta, muy gordito, de bigotes y pelo crespo y se la pasaba gritando todo el
tiempo. Y siempre estaba con Carlitos, que era mucho más histérico de cutis
blanco, corriendo para un lado y para el otro. A pesar de los 30 años que
pasaron tengo imágenes flashes en la cabeza. El Puma y Aldo las llevaron a Nadia
que estaba conmigo el dia que desaparecieron".
Olga como enfermera le aplicó en varias oportunidades inyecciones a Morandi, por
las lesiones que tenian en su cabeza como consecuencia de las torturas a las que
fue sometido en Jefatura. Y recuerda que compartió su encierro con Juan Rivero,
Ramón Verón, Adriana Arce, e Hilda Cardozo entre otros.
-¿Cómo fue tu encierro?
-Siempre estuve con Nadia, hasta el Mundial de fútbol, cuando escuchábamos que
iban a hacerle la custodia de Videla en los distinto parto que se jugaban en
Rosario. Esa época fue de mucha tranquilidad porque no había casi movimientos,
hasta que los trasladan a Ariel y a Nadia, y antes a Hilda Cardozo. Y después de
Mundial en el mes de julio se los llevan a Verón, a Rivero y a Adriana Arce. Y a
mi me dejan sola hasta mediados de agosto cuando me llevan al Batallón 121. Y
ellos venían pero ya no con asiduidad, pero cambiando sus alias, ente ellos para
manejarse.
-¿Te encontraste con algunos de ellos durante su paso por el Batallón 121?
-"No me acuerdo, solo tengo referencia de un suboficial que iba a la Fábrica a
hacer reparaciones y que era del Segundo Cuerpo, que me vino a ver una vez en el
Batallón donde estuve hasta enero de 1979 cuando me trasladan a la cárcel de
Devoto. Era el Sargento Mayor Pendibani", señala Olga.
Pero también hay otro costado en la historia de Olga Moyano que ella misma
pretende bucear. El sector de los trabajadores de la salud resultó uno de los
más castigados durante la represión. Hay varias enfermeras y enfermeros
desaparecidos durante la dictadura.
"Por los testimonios que recojo del HECA, conozco relatos de persecuciones a los
compañeros, que por ejemplo trabajaban en la vieja Asistencia Pública, en Rioja
al 2000, detrás de la Secretaria de Salud Pública, detrás de la vieja Maternidad
Martín. En la Asistencia Pública llegaban todos los heridos de los
enfrentamientos, de casos de torturas, y había testimonios de compañeros que
dicen haber visto gente herida. Inclusive algunas enfermeras de la Martin, que
salvaron chicos gracias a que han visto lo que pasaba y se han jugado. Ellas
contaron como tenían a esa mamás esposadas y también hubo algunas compañeras
enfermeras desaparecidas. Marta Bertolino por ejemplo pudo tener su hija en la
Maternidad Martin y se salva su hija gracias a la intervención de algunas
enfermeras. Esa es toda un área que habría que investigar, porque cuando quise
hacerlo nos enteramos que hay un montón de archivos de recién nacidos que se
habían perdido. Por ejemplo en el Roque Sáenz Peña y en la Asistencia Pública
que se demolió. Allí hay historias de complicidades civiles en todo esto.
Adriana Arce por ejemplo fue sometida a un aborto, y se lo hace un médico.
-¿Cómo fue ese tema?
-Habría que investigar quién era el médico que atendía en Fábrica Militar porque
había allí una serie de complicidades de gente que estaba afuera.
-¿Alguna vez tuvo nombre y apellido ese médico en los relatos?
-Hay gente que habla de un doctor Capitán o Capitain en todo esto, pero nunca se
dijo más que eso. También en el Clemente Alvarez hubo gente que ocupó cargos de
responsabilidades en la salud pública como el doctor Frigeri que era partero, o
Fredi. En la vieja asistencia pública había relatos de médicos de relatos de
terapia intensiva, que en esa época trabajaban allí. Creo que hay mucho por
investigar, sobre todo las complicidades de quien administraban la salud pública
de Rosario. Hay que buscar los archivos y escribir ese capítulo.