Argentina: La lucha continúa
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El fondo de la canasta
Carlos del Frade
APE
Mientras se acerca la fecha del inicio de clases en la Argentina, los números
que aportan los medios de comunicación dicen que este año será mucho más caro
enviar los pibes a estudiar.
La llamada canasta escolar aumentó un treinta por ciento en solamente treinta
días, consecuencia de especulaciones varias que explotan en el bolsillo de las
mayorías. De acuerdo al Centro de Educación al Consumidor 'la canasta escolar ha
aumentado un treinta por ciento. Mochilas, calzado y guardapolvos son los que
más han subido. Los artículos de plástico, como también cartucheras y carpetas,
sufrieron incrementos porque son derivados del petróleo, una materia prima que
en 2007 y lo que va de 2008 tuvo una fuerte alza', dijo la presidenta de la
organización, Susana Andrada.
Las explicaciones van desde las lluvias en el Chaco y su incidencia en el precio
del algodón hasta la crisis financiera estadounidense. Lo cierto es que los
ingresos de los argentinos están muy por detrás de los valores que impactan en
la vida cotidiana. Una familia de cuatro integrantes debe gastar mensualmente
alrededor de 3 mil pesos, según los estudios de economistas vinculados a
organizaciones sociales como la CTA. Ese monto es impensable cuando el ingreso
medio de los argentinos está por debajo de los mil quinientos pesos. Porque
también es hora de hablar de ingresos y no de salarios ya que casi la mitad de
la clase trabajadora procura su bienestar material a través del empleo en negro
y allí no hay paritaria que rija. Y, por otro lado, los trabajadores en blanco
soportan jornadas que largamente superan, en su gran mayoría, las ocho horas
diarias, con lo que el sueldo es siempre una migaja en comparación a la
capacidad y esfuerzo puesto al servicio del patrón. La mentira, entonces,
oficial y privada, aquella que esgrimen las empresas que prometen el cielo desde
la publicidad televisiva, no está solamente en las cifras sino en ocultar el
avance de los que cada vez pueden menos frente a precios cada vez más caros.
En el caso de la canasta escolar, algunos supermercados prometieron regresar los
precios a los del año pasado. No es creíble. 'Por la experiencia, no creo que
esto suceda, y además no es serio pensar que los útiles tendrán los mismos
precios que el año pasado, porque ya hay aumentos y porque la gente no compra
sólo en supermercados. Además, habrá que ver si en la canasta incluyen los
productos que la gente realmente pide y compra y la indumentaria, que es parte
de lo necesario', indicó Sandra González, titular de la Asociación de Defensa de
los Consumidores y Usuarios de la Argentina.
Detrás de los precios que suben y los índices de inflación dibujados aparece el
crecimiento del empobrecimiento de las mayorías argentinas. De allí que hasta la
última metáfora de igualdad que sobrevivía en el país, el delantal blanco, tiene
costos inimaginables.
Pero más allá de la bronca y la indignación circunstanciales, es necesario saber
que algo profundo se oculta en las cifras. Porque aunque el gobierno hable de
una inflación anual del ocho por ciento y los estudiosos sancionados del
Instituto Nacional de Estadística y Censos difundan que el costo de vida, en
realidad, se incrementó en casi un 27 por ciento, el problema grande no está en
el disfraz oficialista o no de los porcentajes sino que encierra una mecánica
feroz: cada vez es más caro vivir en el país de los argentinos.
O en forma gráfica, cada vez hay más pobres como consecuencia de la acumulación
de riquezas en pocas manos, la subordinación de la política a los intereses de
esas fortunas y la ausencia de una herramienta popular de transformación social
y económica. Educar es más caro porque importa poco que todas las chicas y todos
los chicos argentinos logren educarse. Lo que importa es que las mayorías se
indignen por las formas y no por el fondo: el país hecho a imagen y semejanza de
las minorías. Eso es lo que está en el interior de todas las canastas.