Argentina: La lucha contin�a
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�L�pez desapareci� de cada uno de nosotros?
Jorge Julio L�pez ya lleva un a�o desaparecido de su casa. Pero resulta que tambi�n est� desaparecido de los medios, de los discursos oficiales y de la sociedad. Pocos ya se acuerdan de �l. �Qu� se puede hacer desde nuestro lugar? Seguramente mucho m�s que la nada misma que recorre a cientos de personas. Que nadie venga a decir que no hay nada por hacer. Que no se puede hacer nada. Se puede hacer mucho, el tema es que la mayor�a de esta sociedad no tiene ganas y, encima, no se hace cargo.
Luis Zarranz
lzarranz@jaquealrey.org
Una
de las primeras consignas al momento de producirse la desaparici�n de Jorge
Julio L�pez fue "Todos somos Julio L�pez". El sentido del mensaje era claro. La
desaparici�n de Julio era una intimidaci�n para toda sociedad y sentirnos como
�l era decir que no iban a lograr desaparecerlo por completo.
A un a�o y medio de ese tiempo, Julio sigue desaparecido y tambi�n muchos lo desaparecieron de s� mismos.
Lo de la Justicia no sorprende: es la regla. En la causa no hay ni un solo imputado ni l�neas firmes de investigaci�n. Este dato, por si s�lo, explica la complicidad estatal en la desaparici�n de Julio.
Lo del Gobierno y su doble discurso estaba cantado: "El compa�ero Tito", lo llam� el ex presidente mientras no ordenaba ninguna de las acciones que le reclamaban los organismos de Derechos Humanos. �Tan poco valor le da a la palabra compa�ero una persona que se nos presenta como militante de toda la vida? Dos opciones: o jam�s milit� o es un turro. Si me dejan, me inclino m�s por esta opci�n.
Julio est� desaparecido de su casa, pero tambi�n de los medios, de los discursos oficiales, del Congreso y, esto es lo que m�s duele, de la sociedad, Su desaparici�n es la prueba irrefutable �por si le hac�a falta a un est�pido- de la continuidad de la pol�tica genocida implementada en la �ltima dictadura militar.
Son c�mplices jueces, fiscales, funcionarios. Todos callan. Todos miran para otro lado. �Qu� ven? �Qu� pretenden mirar?
La ausencia de Julio se hace insoportable pero vaya a saber porqu� mecanismos, o quiz� por ese silencio que pretende hacernos creer que no existe lo que no se nombra, sigue siendo sostenible. Sigue siendo, existiendo, y con eso alcanza para ser espeluznante.
La vida misma, la cotidianidad de todos los d�as, lo rutinario, todo eso que tiene la normalidad m�s normal de cualquier d�a, sigue como si nada.
Nadie lo recuerda cuando hace sus compras, cuando entra al cine, cuando grita un gol como desaforado, cuando va a la plaza con el nieto, al laburo, a la escuela...nadie.
Todo sigue. Todo pasa. Todo bien.
Una pregunta se me instala en el cuerpo y me persigue como buscando una respuesta urgente: �Qu� se puede hacer desde nuestro (c�modo) lugar?
Poco, quiz�, pero seguramente mucho m�s que la nada misma que recorre a cientos de personas con los que uno dialoga cotidianamente. "�Ya pas� un a�o y medio?", dice la voz que perturba los o�dos.
L�pez sigue desaparecido, en parte, porque nosotros estamos m�s preocupados por si se pasa el feriado, si vuelve Tinelli o si ma�ana hacemos f�tbol con los pibes. Su desaparici�n es cosa nuestra, y como cosa nuestra debe interpelarnos a la acci�n, a exigir respuestas.
Hay ciertos hechos que nos definen como sociedad. La desaparici�n de L�pez es uno de ellos. Las pruebas est�n a la vista. Nadie, m�s all� de los sectores movilizados, se inquieta por una desaparici�n que se prolonga un a�o y medio sin mayores novedades.
Que nadie venga a decir que no hay nada por hacer. Que no se puede hacer nada.
Mentira.
Se puede hacer mucho, el tema es que la mayor�a de esta sociedad no tiene ganas, no le interesa, no le preocupa y no lo inquieta que alguien haya desaparecido luego de testimoniar contra un genocida. Disculpen si les caigo mal, pero tambi�n son c�mplices. No caben las met�foras, los recursos estil�sticos, las expresiones refinadas: se est�n cagando en un tipo que fue chupado, como se cagan en Fuentealba, en los cartoneros y en los pibes que son molidos a palos en las comisar�as.
"La �nica lucha que se pierde es la que se abandona" dice el p�ster pegado en la pared justo arriba del monitor de esta computadora...