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Argentina: La lucha continúa

Amenazas en plena legislatura de Tucumán
El doble discurso de los derechos humanos

Prensa de Frente

Alberto Lebbos lucha y acompaña los reclamos sociales en Tucumán hace muchos años. El 11 de marzo de 2006, su hija Paulina, de 23 años, desapareció y recién meses después encontrar su cuerpo muerto. Desde entonces, reclama justicia, sin mucho éxito por parte de las autoridades tucumanas. Alberto formó, junto a decenas de familiares, una comisión contra la impunidad. Tuvo tres entrevistas con el gobernador Alperovich sin obtener respuestas. La semana pasada acompañó un reclamo de diversas organizaciones por la suba del boleto del colectivo y lo molieron a palos. Días después, invitado a una sesión en la legislatura para hablar sobre la represión, lo amenazaron de muerte. A continuación, Alberto Lebbos nos cuenta por qué en Tucumán pensar diferente a Alperovich es un riesgo.

¿Por qué fueron a la Legislatura y que pasó allí?

El martes pasado, se hizo una movilización al Concejo Deliberante para rechazar el aumento del cospel a 1,40 y la policía reprimió brutalmente. Yo todavía tengo todos los brazos con moretones, me golpearon en el piso largo rato, al igual que a otros estudiantes y vecinos que se acercaron. Después de eso, un diputado nos invitó a la Legislatura para plantear la violencia que habíamos sufrido. En esa sesión se iba a votar la incorporación de Sassi Columbres como vocal a la Corte Suprema. Columbres es un ex funcionario de la dictadura y llegó con la aprobación del gobernador Alperovich. Durante la sesión cuando iba a mostrar los golpes que me habían dado tres matones se pararon y uno me amenazó de muerte.

¿Nadie hizo nada ante esa situación?

No. Nosotros estábamos sentados en primera fila. Ya, apenas entramos, vimos cuatro personas, tres con apariencia de sicarios, que se quedan junto a nosotros. Cuando el legislador Renzo Cirnigliario hace mención de las golpizas, yo me levantó para mostrar los moretones y uno de los matones me dice: "Callate pelotudo, te voy a matar". Yo me pegué un susto bárbaro. A los gritos, le digo al presidente de la Cámara, que es el vicegobernador Manzour, que me están amenazando, que intervenga la policía. Todos se hicieron los estúpidos. Salgo del recinto, busco alguien de seguridad de la Legislatura, pero ellos son los mismos que le facilitaron la huída. Después fui a la comisaría e hice la denuncia.

¿Qué opinión le merece el gobierno de Alperovich?

Es todo un maquillaje perverso. Alperovich se disfraza de demócrata y defensor e los derechos humanos y lo único que hace es reproducir la pobreza, gobierna para sus allegados, hace negociados tremendos. En Tucumán están pisoteando la democracia. El grado de impunidad que hay es impresionante. En la policía no se puede confiar. Yo presenté una demanda por el caso de mi hija Paulina, porque está probado que la cúpula policial encubrió el crimen. Los funcionarios de gobierno se llenan la boca a ver cuál es más derecho y humano y mientras amenazan de muerte a alguien delante de sus narices y aprueban a un sirviente de la dictadura para impartir justicia. El viernes por la tarde tuvo que renunciar, por la presión social.


¿Cuál es el estado de la causa por el crimen de Paulina?


Hay pruebas contundentes de encubrimiento por parte del jefe de policía, hubo amenazas a los testigos, se falsearon pruebas y documentos, en suma, infinidad de maniobras, de todo tipo orientadas a encubrir. Los demandé ante la justicia y ni los citaron a declarar. En dos años, no logramos que se hagan cruces telefónicos. El gobierno de Alperovich les da protección política y se sigue reproduciendo la impunidad. De hecho, yo hablé dos veces con Alperovich cuando Paulina estaba desaparecida y después hubo una tercera vez, y las tres veces mintió absolutamente: dijo que habían pedido auxilio a las fuerzas nacionales, hasta llegó a decir públicamente que sabia quién era el asesino de Paulina y que faltaban horas para que lo atraparan. Todas mentiras.

¿Cómo se está viviendo en Tucumán?

Las condiciones son terribles. La gente tiene mucha bronca. Por ejemplo, a los ancianos no quieren pagarles el 82 por ciento móvil, hay jubilados que viven con 450 pesos mensuales, todos los días hay marchas a la plaza Independencia, ya sea por los crímenes impunes, por la venta de inmuebles públicos, por la situación de los jubilados, por el aumento del boleto, por cómo viven los desocupados. Hay un descontento total y la situación se agrava día a día. La inflación es tremenda, hay escasez de productos, están limitadas las condiciones de vivir dignamente. Es una situación dramática. Y desde el gobierno niegan la realidad porque no tienen ninguna intención de dar soluciones. Tenemos un Estado policial que está al servicio del poder político y que lo que menos le preocupa es cuidar al pueblo.

Tras la marcha y la represión, ¿Cómo se sigue en Tucumán?

Hoy hacemos la marcha número 100 desde la Comisión de Familiares Víctimas de la impunidad. Pero, por lo que pasó la semana pasada, el objetivo es unificar todos los reclamos. Nosotros pedimos justicia, pero también repudiamos la represión y seguimos rechazando la suba de la tarifa de transporte. Nosotros vamos a seguir en la lucha, reivindicando todos los reclamos sociales, y por suerte, cada vez somos más y estamos más concientes de que la lucha es la única forma que tenemos para reclamar. Las instituciones están pulverizadas, la Justicia está de rodillas, la Legislatura es servil.
Desde hace un tiempo que más de cincuenta organizaciones de Tucumán nos organizamos para reclamar de forma conjunta por todo lo que está pasando. Desde los crímenes y desapariciones de mujeres, hasta el avasallamiento del Estado en distintos planos, el tema de las tarifas, distintas cuestiones que tienen como denominador la impunidad de Alperovich. Y tenemos que seguir.

Fuente: lafogata.org