Argentina: La lucha continúa
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Las estadísticas oficiales cada vez más lejos de la realidad
Eduardo Lucita
Es irrecusable, los datos oficiales que calcula y suministra el INDEC no
soportan comparación alguna con la realidad. No son sólo los índices de precios,
sino un conjunto de variables en cuyos cálculos intervienen los precios
minoristas. La imagen de la institución oficial se deteriora día a día y el
descrédito va en aumento.
Los lectores de esta columna podrán, con legítima preocupación, pensar una vez
más 'llenan espacios con la crisis del INDEC', con 'las estadísticas no
creíbles', etc. etc., y tendrían razón, pero es que -y no es excusa- la realidad
se nos impone.
Fuertes discrepancias
Cuando a principios del 2007 el Gobierno Nacional de entonces decidió la virtual
intervención del INDEC, con cambios nunca bien explicitados ni justificados en
la metodología de recolección y cálculo; desplazamiento de funcionarios;
nombramientos de reemplazantes sin experiencia reconocida, se pensaba que el
retoKe a la baja del IPC, absolutamente cuestionable y falto de ética, sería a
lo sumo por un trimestre, para bajar expectativas inflacionarias y marcarle la
cancha a las negociaciones colectivas que se avecinaban. Luego de ese breve
período los índices volverían a la normalidad, con alguna décima de ajuste al
alza para recuperar lo perdido.
Cerrado el 2007 y como fue comprobable mes a mes, la más que espuria metodología
no duró solo un trimestre, por el contrario se perfeccionó con el tiempo a tal
punto que el método de cálculo no era otro que cada mes el índice debía dar un
par de décimas menos que el mismo mes del año anterior. Ergo la inflación del
2007 no podía superar los dos dígitos. Y así fue, según datos oficiales alcanzó
el 8.5 por ciento en todo el año.
Claro que esta metodología ha concluido en un verdadero aquelarre estadístico.
* No es creíble que los gastos en turismo en el verano del 2008 resulten un 7
por ciento inferiores a los del verano 2007. Es difícil compatibilizar casi el
20 por ciento que en promedio han aumentado las prepagas con el 2 por ciento
autorizado por la secretaría de Comercio. Menos aún los acuerdos de precios con
el costo de la canasta básica real.
* Más cautos distintos especialistas, organizaciones de defensa del consumidor y
sectores empresariales calculan entre puntas un alza de precios del orden del
20% anual.
* A comienzos de este año, justo al cumplirse doce meses de la virtual
intervención del INDEC, profesionales, técnicos y empleados del organismo
oficial dieron a conocer sus propias estimaciones. Tomaron como base la
evolución del índice de precios de la provincia de Mendoza, cuyos datos
históricamente son bastante coincidentes con los de Capital Federal y el GBA.
Pues bien esa elaboración arroja para todo el 2007: 22.3, 23.4 o 26.2 por ciento
según las diferentes alternativas de cálculo evaluadas.
Multiplicidad de efectos
La manipulación de los índices de precios tiene efectos múltiples que parece no
fueron tenidos en cuenta por los responsables de tamaño desaguisado.
* El argumento original del gobierno para retoKar los índices fue que el IPC
tiene un fuerte impacto en los bonos de la deuda con cláusula de ajuste por CER,
lo que desataba una fuerte especulación sobre los mismos. Esto nunca se
comprobó, pero cierto es que como ya se ha dicho desde esta columna, cada punto
de inflación significa adicionar entre 450 y 500 millones de dólares al año por
pago de intereses. Con la inflación real estos pagos se duplicarían.
* Diversos estudios muestran que el índice de precios también incide en el
cálculo del Producto Bruto, esto impacta en otra porción de bonos de la deuda,
aquellos cuyo cupón está atado a la evolución del producto. A diferencia de los
anteriores cuyo ajuste se paga con los intereses, estos se capitalizan, por lo
tanto aumentaría más la deuda de lo que ya está aumentando.
* La evolución del PBI tiene también incidencia en la participación de los
asalariados. Esta es resultado de un cociente entre la masa salarial total y el
PBI nominal, por lo tanto al estar subvaluado el denominador se distorsiona los
cálculos de distribución del ingreso, y la participación de los trabajadores
sería menor a la informada oficialmente.
* Como es conocido el IPC es también la base para el cálculo de los niveles de
pobreza e indigencia, si se tuviera en cuenta el valor real de este indicador
estos indicadores sociales serían mayores a los informados por el organismo
oficial. Más aún, si el estudio realizado por los trabajadores del INDEC se
aplica solo a la evolución de los precios de los alimentos el aumento sería
superior al 36 por ciento. Por lo que la canasta alimenticia sería más cara y el
total de pobres e indigentes mayor aún.
¿Y Ahora qué?
¿Cuál es el índice real? Nadie lo sabe. ¿Cuál es el patrón de referencia para
los cálculos empresariales? ¿Para los contratos estatales? ¿Para los sindicatos
que deben negociar salarios y recuperar participación en el ingreso? ¿Para los
inversores que ven caer la cotización de los bonos? y que al contrario
significan una peligrosa carga para las finanzas públicas pues tienen un
rendimiento de casi el 18 por ciento en pesos con una cotización del dólar fija.
¿Cuáles son los datos reales de pobreza e indigencia?
Así la sensación térmica de los consumidores de a pié no baja de un 25 al 30 por
ciento o más de aumento de precios en el año. Los empresarios hablan de caída de
sus tasas de ganancias por el alza de los precios. Los titulares de las empresas
de servicios públicos privatizadas piden mayores subsidios o mejores tarifas
para cubrir los mayores costos. Los sindicatos abren el paraguas pidiendo para
empezar a negociar un 30 a 35 por ciento de aumento en las próximas paritarias,
las asociaciones patronales hablan de 12 en cuotas, mientras que el ministerio
de Trabajo se estiraría hasta el 18 por ciento. Distintos analistas hablan de
espiral inflacionario aunque esto no es comprobable todavía, pero la calle se
queja.
Complejidades
La credibilidad, local e internacional del INDEC, un organismo otrora reconocido
y prestigiado mundialmente, con profesionales formados en las universidades
nacionales y especializados en los mejores centros estadísticos del mundo, cae
en picada.
Mientras el inefable y poderoso secretario de Comercio sigue apagando el
incendio con nafta, el ministro de Economía del 'nuevo' gobierno intenta
emprolijar la metodología, cubriéndola con un mayor rigor técnico. Según la
comidilla de los pasillos ministeriales ya hubo fuertes enfrentamientos entre
los funcionarios.
La madeja lejos de desenvolverse se enreda cada vez más. Tiempo atrás nos
preguntábamos: ¿Cómo saldrá el gobierno nacional de esta encerrona? Seguimos sin
poder respondernos, la pregunta tiene hoy tanta o más actualidad, ya que la
situación es más compleja que lo previsto originalmente.
Otra vez ¿cómo saldrá el Gobierno Nacional de esta encerrona?