La
Comisión de Homenaje a los presos políticos fusilados en la penitenciaría de
Barrio San Martín, realizó en la tarde del sábado un homenaje a los 30
militantes asesinados entre 1976 y 1978. Familiares, amigos y vecinos se
congregaron en la plaza del barrio, plantaron tres árboles y luego marcharon
hasta la cárcel donde se realizó un emotivo acto y se leyó un documento.
El barrio San Martín vivió una tarde diferente. El paso de la propaladora de
Meco y la presencia colorida y ruidosa de la murga de Parche en Parche,
anunciaban que algo pasaba. Así, algunos vecinos de la zona salieron a la puerta
de sus casas y otros se acercaron a compartir con los presentes un pequeño acto
realizado en la plaza de los Burros donde se plantaron tres árboles que
simbolizan: compromiso, solidaridad y lucha.
"Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover
el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia
adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente
equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la
sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego,
la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero". Con este fragmento de
Juan Gelman se inició la lectura de un texto que reivindica la lucha de las
víctimas y reconoce a los familiares la larga lucha llevada a cabo a lo largo de
32 años. (Ver nota relacionada)
Tras descubrir una placa recordatoria, marcharon hasta la cárcel al ritmo de la
murga. Durante el recorrido los vecinos miraban y tal vez comentaban entre sí lo
ocurrido hace más de 30 años. En ese lugar sombrío donde la impunidad perdura se
realizó un emotivo encuentro. Los jóvenes hijos de los 30 fusilados pusieron en
común experiencias dolorosas, vividas en la niñez y en la adolescencia.
El documento leído expresa los horrores que experimentaron los 29 compañeros
fusilados. Reivindica su pertenencia política y sostiene que "la memoria no se
negocia". Asimismo, sienta posición sobre el futuro del predio que el actual
gobierno se apresta a vender. En ese sentido expresaron su oposición a la venta
de la cárcel en el marco de la emergencia carcelaria. "Respetamos todas las
posturas. (...) No ovidamos que detrás de estas paredes, además de los presos
políticos que la dictadura asesinó y de los más de 800 que pasaron por aquí, han
sufrido y sufren miles de presos sociales, condenados por las políticas de
hambre, marginación y exclusión social". Más adelante argumentaron que "hay
razones históricas, urbanísticas y políticas para oponernos a la venta y
destrucción del edificio de la penitenciaría". La Comisión impulsa un proyecto
que contempla no solo la preservación de la memoria sino que propone la
implementación de "centros de formación y capacitación de oficios para los
sectores más desprotegidos de la sociedad".
El texto recuerda con profundo dolor "la agonía interminable de René Moukarzel y
el cobarde asesinato de Paco Bauducco que siguen grabados en las paredes
descascaradas de esta cárcel".
Luego, evocaron una forma de comunicación que les permitía romper el cerco con
el afuera, durante los años previos a 1976 y que prosiguió hasta que se vino la
noche. Mensajes en forma de caramelos salían de las tumbas para entrar a la boca
de la visita. El aporte de los sobrevivientes permitió reconstruir frases que
fueron prolijamente envasados y volaron por aire hasta llegar a las manos de los
presentes. Finalmente un globo por cada uno de los presos asesinados se elevó a
un cielo que esa hora de la noche se tornaba amenazante. (Ver relacionada)
El juicio que viene
La mayoría coincide en que el juicio comenzará a mediados del próximo año. Una
de las abogadas presentes, María Elba Martínez del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ)
manifestó que en este momento hay "apelaciones en la cámara pero no creo que
prosperen por que son repetitivas. He pedido la imputación a otros médicos y
esperábamos que se nos diera la posibilidad de recibir la notificación y
presentar la acusación a fin de año".
Luego analizó que esta causa es un ejemplo de cómo actuaba el General Juan
Bautista Sassiaiñ. "Utilizó una metodología que lo describe completamente.
Porque estaba relacionado directamente con la aerotransportada y con José de la
Quintana. Lamentablemente, no está vivo, pero esto ha tenido su sello. Una
sistemática que se repitió en La Plata –donde también estuvo- y luego con otras
características se repitió en Margarita Belen", sostuvo.
En esa línea explicó que "no solamente se trataba de falsos enfrentamientos sino
que en algunos casos –las víctimas- han muerto por torturas y después les han
dado el tiro. Muchos han muerto en el Hospital Militar como es el caso de Hubert
al que se inscribió tres años después y nunca se entregó el cuerpo".
Reflexionó luego sobre la "falsedad profunda de los discursos e informes
oficiales sobre la modalidad de cómo ocurrieron los hechos. La sociedad debería
revisar su postura cuando escucha hablar de la teoría de los dos demonios,
porque los enfrentamientos eran falaces".
Consultada por la decisión de la Cámara de Apelaciones de dejar en libertad a
represores respondió que "la responsabilidad de que salgan son las demoras en
los tribunales porque pasado un término considerado por ley no pueden seguir
detenidos. Si esto se hubiera hecho en 2005 como estaba planteado, con todos los
elementos como estaba previsto esto no hubiera pasado", concluyó.
Para Miguel Ceballos, hijo de una de las víctimas y abogado querellante en la
causa, para el próximo homenaje espera que "haya una sentencia y que todos los
culpables vayan presos a Bower". Valora que durante todos estos años en la
espera del juicio "se construyeron estos espacios, hemos compartido, nos hemos
conocido. Entre nosotros hicimos cosas, hemos crecido y lo rescato como
positivo".
Mientras que Olga, cuñada de Diana Fidelman afirma que "siento la misma emoción
y cada día tengo más esperanzas de que llegue el juicio para aliviar el dolor
que tenemos todos. Cada acto nos remueve todo, aunque toda la vida sentimos la
ausencia y la pena de no tenerlos a nuestro lado". En tanto Constanza De Breuil
espera ver a los culpables en una "cárcel común y efectiva".
Con respecto a la venta del predio Mariana Baronetto manifestó que " al igual
que mis compañeros estamos en contra de la venta. Somos un grupo chico, somos
todos distintos, tenemos nuestra forma de ser y nuestra vida, pero tenemos algo
en común que es nuestro pasado. Compartimos la historia de nuestros padres y
familiares y esto se nota. La gente que lee el proyecto se da cuenta que es
verdadero, legítimo y justo lo que pedimos. Lo último que se pierde la
esperanza. Nos une el afecto y eso es lo que nos motiva a seguir hasta las
últimas consecuencias".
Para Martín - hijo del "Chicato" Miguel Mozé-, la venta "no debe realizarse.
Cree que se debe dialogar entre todos los sectores involucrados y "definir qué
queremos hacer con este espacio". Agregó que había escuchado de boca de algunos
ex presos les gustaría que "sea destruido porque fue un laboratorio de terror.
Me parece que en estas visiones distintas debemos conversarlas y ver qué podemos
construir juntos. Estamos de acuerdo en que no debe venderse hay que construir
un espacio de diálogo y discusión para conversar entre todos no solo los
Organismos y el Archivo de la Memoria sino también los que viven en el barrio".
Para Hernán Vaca Narvaja, "estos espacios tan emblemáticos, tan significativos y
que aglutinan tanta historia deberían reconvertirse y convertirse en espacios de
la memoria. Como decían mis compañeros antes: que se genere vida desde adentro,
donde antes hubo muerte. Que esas paredes cambien de sentido. Pero destruirlo
para hacer un shopping, o para parquizarlo no contribuye a preservar la memoria
colectiva, porque aquí pasaron cosas muy graves".
Con vistas al juicio refiere que alberga "todas las expectativas porque hay una
condena previa. Hay un contexto político favorable para que la justicia actúe
con independencia y por que además, en este caso, hay una acumulación de pruebas
de la aplicación del Terrorismo de Estado tales como traslados, testigos y
sobrevivientes". "Me gustaría que a esa gente que torturó y asesinó cumpla su
pena en esta cárcel. Sería un acto de desagravio a los mártires de la
penitenciaría", aventuró.
Foto: Un grupo de hijos, hijas y familiares de las víctimas esperan por justicia
para sus seres queridos. / Autora: María Godoy - PRENSA RED