Argentina: La lucha continúa
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Un intento de "bonapartismo previsional"
La crisis nacional en desarrollo
Manolo Romalo
La Verdad Obrera/Rebelión
Las condiciones de la crisis mundial han obligado a los Kirchner a decidir
liquidar uno de los grandes negocios de la renta financiera, las jubilaciones
privadas. El fallido giro al Club de París y a la negociación con los bonistas
en default, la disminución en la recaudación por exportaciones dada la baja del
precio de la soja, la recesión internacional que empieza a golpear la industria
local y la imposibilidad de aplicar un ajuste drástico al gasto público sin
liquidarse políticamente, los llevó a intentar cerrar la brecha fiscal con la
estatización de las AFJP. En definitiva, una decisión pensada para mantener el
control político de la situación, pero que ha abierto una nueva crisis nacional.
La medida cosechó el rechazo del establishment internacional. El FMI acaba de
declarar que Argentina "no está apta" para acceder a una línea de créditos que
el organismo financiará para "países emergentes que presenten problemas de
liquidez". La embestida del capital financiero incluyó versiones de renuncia de
Martín Redrado a la presidencia del Banco Central, rumores de inminente
devaluación y hasta de un "corralito" que alentaron el retiro de depósitos y la
creciente compra de dólares que arrastró a pequeños inversores. El ministro de
Trabajo Tomada, que venía de defender el proyecto oficial en el Congreso, debió
reunirse de urgencia con los representantes de la banca para discutir, además
del tembladeral financiero, los anuncios de despidos en el sector al que
respondió el gremio bancario amenazando con un paro. Ante la corrida al dólar
que llegaba a 3,44 pesos, el BCRA salió a ofrecer 1000 millones de dólares para
mostrar que aun tiene reservas suficientes para castigar a los especuladores. El
dólar terminó a $3,39 pero el gobierno volvió a desembolsar 200 millones de
dólares en una jornada, que se suman a los más de 2.000 millones en las últimas
semanas para, de todas maneras, permitir una "devaluación administrada". El
gobierno hizo una primera demostración de fuerzas para acolchonar el "golpe de
mercado", pero viene provocando una sangría constante en las reservas del Banco
Central y los tironeos seguirán.
El giro estatista de los Kirchner, es resistido por empresarios como el
presidente de Fiat, Cristiano Ratazzi, lo definieron como "una tentativa de
manotazo y expropiación". Los patrones, en especial automotrices, tienen su
propia pulseada con el gobierno. Al mismo tiempo que la UIA sigue reclamando una
devaluación con un dólar más cerca de los 4 pesos, las grandes multinacionales
como General Motors, Renault e Iveco desoyeron el pedido del Ministerio de
Trabajo de "pasar el verano" sin despidos y a pesar de la moderación de la CGT
que suspendió los reclamos salariales. Los industriales están chantajeando con
cesantías y suspensiones a cientos de trabajadores en verdaderos actos de
lockout patronal.
En este clima de tensiones la marcha de San Isidro hegemonizada por las clases
ricas de la zona norte de Capital y Gran Buenos Aires logró masividad en el
reaccionario reclamo de leyes más represivas, entre ellas el pedido de la baja
de la edad de imputabilidad a los jóvenes, que logró apoyo en el gabinete del
Gobernador Scioli y roces con el Ministro de Justicia Aníbal Fernández.
En todos los niveles se manifiestan los síntomas de una crisis nacional, donde
el gobierno recibe presiones de las distintas alas de la clase capitalista que
se preparan y plantean sus demandas en el nuevo escenario económico.
Final abierto
En una coyuntura altamente inestable, el kirchnerismo necesita una resolución
rápida que recomponga la calma y apura la votación en el Congreso que no debe
pasar de la próxima semana "para darle tranquilidad a los mercados". "No sea
cosa que cuando terminemos de discutir, ya hayan desaparecidos los fondos",
defendió gráficamente Moyano el proyecto de los Kirchner en la Comisión de la
Cámara de Diputados. El oficialismo trabaja para lograr mayoría en ambas
cámaras; de un lado negociando con el bloque del SI de María América González y
el diputado Claudio Lozano para sumar sectores que le fueron adversos en el lock
out agrario. De otro para alinear a la propia tropa del PJ donde se discute, a
cambio del apoyo al proyecto, los destinos de $ 13.500 millones al año por el
15% de la coparticipación que recibe el ANSeS y que reclaman que de aquí en más
se distribuyan a las provincias.
Señales negociadoras vinieron del Hotel Sheraton de Mar del Plata donde se
reunieron 800 empresarios en el Coloquio de IDEA, un cónclave del establishment
que tiene a las AFJP como principales auspiciantes. "Ante lo que consideran casi
un hecho consumado por creer que el kirchnerismo tendrá los votos necesarios
para convertir el proyecto en ley, los empresarios pidieron diálogo para debatir
el cambio", señala el diario de la city El Cronista. El Grupo Clarín, en el
mismo sentido, informó que dos grandes AFJP, Máxima de HSBC y Consolidar del
BBVA, habrían decidido "abandonar la lucha" y negociar con el gobierno las
condiciones de la estatización. Si así fuera, estas dos gerenciadoras más las
oficialistas Previsol del Credicoop de Carlos "corralito" Heller y Nación que ya
aceptaron el pase al estado, representan el 38% de los afiliados a las AFJP.
Un intento de "bonapartismo previsional"
Si se aprueba la nueva ley del oficialismo: "La Anses, a partir de 2009,
manejará un presupuesto de casi 190.000 millones de pesos (sume el presupuesto
anual del organismo, de 70.000 millones de pesos, el fondo de garantía, los
15.000 millones que se aportan anualmente al régimen de capitalización y el
acumulado de 90.000 millones de las AFJP). Ese presupuesto será mayor que las
reservas del Banco Central" (La Nación 29/10). El Estado pasaría a controlar un
porcentaje importante de las acciones que tenían las AFJP en 40 de las
principales empresas del país, como el 23% de Siderar del poderoso Grupo Techint,
el 25% de Edenor o el 10% del Grupo Clarín. Con la liquidación del "mercado de
capitales" privado local donde las empresas obtenían financiamiento de las AFJP,
y al estar cortado el crédito internacional por la crisis financiera, la
camarilla kirchnerista espera que tendrán que pasar por las oficinas de De Vido
y Néstor Kirchner para que la ANSeS les otorgue préstamos vía la compra de
títulos, acciones y financiamiento de obra pública. "Lo mejor que le puede pasar
a los jubilados es que el Estado le maneje los fondos (...) Creo que la mayor
garantía es la creación de puestos de trabajo", sostuvo el dirigente de la CGT.
Un plan para reforzar el control sobre los gobernadores e intendentes del
peronismo subsidiando obra pública para acolchonar los efectos de una recesión
que golpea no solo el frente fiscal sino también en la industria amenazando con
romper el consenso de masas con los Kirchner, el empleo. Demás está decir que si
el proyecto oficial termina con un resultado "no positivo", el gobierno entra en
quiebra y la oposición política no tiene reemplazo a la vista. Pero aún si se
aprueba, este "bonapartismo previsional" no podrà asentarse, volviendo a
disciplinar a todas las fracciones capitalistas, en el marco de la crisis
internacional.
El PTS plantea una salida de los trabajadores para que la crisis la paguen los
capitalistas. Exijamos que los sindicatos rompan con la pasividad e inicien la
lucha por la defensa de las jubilaciones, el salario y el empleo. Para frenar la
fuga de capitales y destinar el ahorro a las necesidades vitales de la mayoría
nacional: cese de los pagos de la deuda externa, impuestos a las grandes
fortunas y nacionalización de la banca bajo administración de los trabajadores.