La Argentina cumple un cuarto de siglo de democracia ininterrumpida..
Un hecho inédito en su atribulado recorrido histórico.
Veinticinco años de caminar sobre una bella palabra que remite al poder popular,
a la igualdad de posibilidades, a la justicia social, al trabajo, a la vivienda,
a la educación y a todo aquello que hace a la vida del ser humano en relación
con los demás.
Pero la palabra, como diría aquel desgarbado y notable escritor que nació en
estos arrabales del mundo, Julio Cortázar, ha sido violada, vaciada de
contenido. Y no por culpa de su repetición y uso, sino por la escasa
correspondencia entre realidad material y significado.
La democracia de diccionario poco tiene que ver con la vida de las mayorías
argentinas, a pesar del primer cuarto de siglo de práctica continua de algo
parecido.
Por eso cuando los grandes medios de comunicación que siguen funcionando con una
ley impuesta por los proveedores de la muerte que impusieron el terrorismo de
estado, es necesario pensar en aquello que se avanzó y lo que no fue superado en
este tramo de la evolución del pueblo.
Una pregunta clave es saber cuánta separación existe entre aquella noche
carnívora caracterizada por la permanente represión y estos días del presente.
Las respuestas, entonces, no hay que buscarlas en el diccionario ni en los
ensayos filosóficos y sociológicos, sino en las postales que sintetizan la
realidad concreta de la existencia colectiva de los argentinos.
La noticia viene de los barrios porteños de Almagro y Palermo, emblemáticos
territorios vinculados a las mejores historias de una ciudad que alguna vez soñó
con ser Europa. La Policía Federal "desalojó violentamente a un grupo de
personas de una casa tomada ubicada en la calle Acuña de Figueroa y Córdoba.
Desde el interior de la casa intentaron resistir con piedras y palos el
operativo, mientras que la Infantería disparó balazos de goma", rezan las
crónicas.
Las notas agregan que "desde el interior del inmueble se escuchaban los gritos
de los habitantes que se resistían a dejar el lugar. Ante el ingreso de los
efectivos, la gente se enfrentó a los uniformados. La vivienda es un hotel en
donde viven entre treinta y cuarenta familias pero la propiedad fue vendida, por
lo que debía ser desalojada. Mujeres con niños salían desesperadas ante la
tensión que se vivía en el lugar", remarcan las fuentes.
Una descripción que bien puede ser una pintura de Vanzo o un fragmento de
"Tiempos Modernos", del genial Carlitos Chaplin.
"Mujeres con niños salían desesperadas ante la tensión que se vivía en el
lugar", marca el escrito periodístico.
A un cuarto de siglo de funcionamiento de la democracia argentina, las madres
que intentan defender la precaria vivienda que ocupan en el corazón de
renombrados barrios porteños, deben abrazar a sus criaturas para que los palos y
las balas de goma no les hagan mal.
Una exacta referencia que demuestra que a pesar del tiempo transitado, la
democracia en estos arrabales cósmicos sigue siendo una lejanísima expresión de
un diccionario que todavía no se conjuga en la vida concreta de las mayorías.