Argentina, Mendoza: El negocio de los casinos deja una
ganancia de un millón de pesos por día
Jorge Hirschbrand
MDZOL
La cifra se duplicó en los últimos tres años. La indecisión de gobierno para
vetar o promulgar la ley que los restringe. La demanda empresarial para no
cortar las alas de un negocio redondo. Regency es la firma con más presencia en
el mercado local. Quiénes son las personas que representan a las empresas que
operan en Mendoza.
Por día, los casinos que funcionan en Mendoza se reparten una ganancia cercana
al millón de pesos. La cifra corresponde a las estadísticas que maneja el
Instituto Provincial de Juegos y Casinos, y se desprende que, durante el mes de
octubre, las diferentes casas de juego se llevaron una parte de la friolera de
30 millones de pesos.
De ese total, entre el 45 y el 50 por ciento fue a parar a las arcas del Casino
de Mendoza y de las empresas de tragamonedas que operan los nueve anexos que
están repartidos en distintos puntos de la provincia. Y no es casual que esto
ocurra: la mayor parte de la recaudación tiene que ver, específicamente, con
este tipo de actividad. De los casi 13 millones de rédito, sólo 800 mil
provinieron de los juegos tradicionales, tales como quiniela o ruleta.
En comparación con los meses anteriores, octubre presentó una pequeña merma en
la recaudación. Aunque, si se tiene en cuenta el mismo período de los años
anteriores, la cifra se duplicó desde 2005 a la fecha.
Este dato sirve para entender por qué la apertura o no de nuevos casinos se
convirtió en un tema de Estado. Se trata de un negocio redondo, del que nadie se
quiere quedar afuera y en el que, más allá de lo invertido, existe la garantía
de una pronta recuperación de dinero.
Por eso el Ejecutivo provincial no sabe si promulgará o vetará la ley que los
restringe, y por eso existió prisa por firmar las habilitaciones
correspondientes para otorgar permisos de funcionar con salas de juego a hoteles
de lujo que todavía están en etapa de proyecto o que están prontos a inaugurar:
uno en Maipú (aún no comienza la construcción), otro en Capital (el edificio
Diplomatic ubicado en calle Belgrano) y otro en Guaymallén (frente al Shopping,
ahora explotado por la firma Meliá).
Los competidores
La marca líder en la región es Regency, el operador a cargo del casino del hotel
Hyatt. De la torta porcentual, un tercio se queda en el edificio de 25 de Mayo y
Sarmiento de Ciudad. El resto, se reparte entre Enjoy, que en sólo un mes se
quedó con el diez por ciento del mercado, y Casino Club y Tower, las dos salas
instaladas en San Rafael.
Para el Estado, las utilidades representan un número menor a los 13 millones
mencionados. De allí, casi la mitad corresponde a las empresas operadoras; con
excepción de la explotación del Casino Central, que está a cargo de Cirsa, que
se lleva el 26 por ciento del volumen de dinero en danza por las maquinitas.
Salvo Regency y Casino Club, ninguna otra sala paga cánones especiales al
Instituto, que, además de oficiar de organismo de control y fiscalización, forma
parte de la competencia desatada en el millonario negocio del juego.
"Es una situación comprometida, que a veces nos hace ruido a nosotros. Por
ejemplo: para encarar alguna estrategia comercial para la captación de clientes,
todos nos tienen que pedir autorización a nosotros, cuando, en realidad, también
somos competencia", afirmaron funcionarios del Instituto.
¿Quién es quién?
Los anexos del casino provincial están repartidos entre cuatro empresas que
coparon el mercado: Cirsa, Ivisa, Bingos y Betec.
Cirsa es una firma de origen español que logró instalarse en Argentina a partir
de la explotación del casino flotante de Buenos Aires. Bajo su ala están los
anexos del Casino Central, San Martín, Rivadavia, Alvear y Malargüe.
Precisamente, estos cuatro últimos fueron remodelados, tanto en sus
instalaciones edilicias como en las informáticas, para adaptarse al sistema que
utiliza la firma Casino Club, vinculada con el empresario kirchnerista Cristóbal
López y que adquirió una parte de Cirsa. En Mendoza, el apoderado es Gerardo
Lázaro.
Ivisa es una firma argentina que originalmente se dedicó a la impresión de
cheques y documentos de valor. Ingresó al negocio de los casinos luego de
vincularse durante un tiempo con Gitech, una empresa norteamericana
especializada en juegos. Ivisa tiene el control del anexo de Tunuyán, además del
sistema de recaudación y apuestas de la Quiniela de Mendoza. En la provincia, su
representante es Jorge Novaro.
Bingos maneja los anexos de Eugenio Bustos y La Consulta. Llegó a la provincia
luego de su experiencia operando máquinas tragamonedas en diferentes salas de
bingo de la provincia de Buenos Aires. El contacto local es Hernán Bazterrica.
La historia de Betec es similar a la de Bingos. Su antecedente inmediato está
vinculado con el manejo de máquinas en Buenos Aires. En Mendoza, sus unidades de
negocio son los anexos de Tupungato y Uspallata. Jorge Granelli es su
representante en la provincia.
Diferencias legislativas e impositivas
Del resto de los casinos que funcionan en la provincia, úicamente Regency y
Casino Club pagan un canon extra al Instituto de Juegos y Casinos. Este aporte
tiene que ver con la naturaleza fundacional de las salas y con las condiciones
que se establecieron previamente.
En el caso de Regency, este impuesto estuvo contemplado cuando Hyatt ganó la
licitación para explotar las instalaciones de lo que alguna vez fue el Plaza
Hotel. En ese momento, el gobierno ofreció para la firma ganadora la posibilidad
de refuncionalizar el hotel y el casino –en ese momento en manos del Estado- que
funcionaba a la vuelta.
Por eso, la apertura del Regency no estuvo bajo la tutela de la ley 5775, que
ofrecía la posibilidad de instalar salas de juegos a quienes invirtieran en la
provincia para la construcción de hoteles de 5 estrellas, sin nada a cambio. La
intención original de la norma era posibilitar que los empresarios contaran con
un flujo de caja adicional para hacer beneficiosa la actividad.
En esa misma ley se establece que las instalaciones de un casino no pueden
superar el 4% del total de la edificación. Este punto marca otra diferencia con
el Hyatt: el Regency ocupa cerca del 10 por ciento.
El funcionamiento del Casino Club, en San Rafael, también tiene algunas
particularidades. En realidad, la sala de juego pertenece al Estado provincial,
pero desde el año 2000 está concesionada a la firma de Cristóbal López. Este
mecanismo se aplicó luego de que la provincia, tras una serie de denuncias,
fuera, de alguna manera, condicionada a manejar el negocio de las tragamonedas
sólo si los aparatos eran comprados por el Estado. Como no resultaba productivo,
se abrió un proceso licitarlo para entregar el manejo del casino del sur a manos
privadas. Por mes, Casino Club debe pagar el 5 por ciento de su rentabilidad.
Los contactos locales de estas empresas son Nick Hughes (Hyatt) y Rubén Quintana
(Casino Club). En la lista de responsables por el funcionamiento de los otros
puntos de apuestas en la provincia también aparecen: Gonzalo Del Sante (Enjoy),
Ricardo Castro (Tower) y hasta la última temporada invernal, Jorge Porcario era
la cara visible del casino de Las Leñas.
"Al menos estas son las personas con las que hablamos nosotros temas centrales,
vinculados con controles o con cuestiones administrativas. Después, todo lo que
se dice, a nosotros no nos consta. Pero es cierto que es vox populi que detrás
de varias firmas existen intereses de políticos y empresarios mendocinos",
confirmó un empleado del Instituto.
Precisamente, son esos intereses los que pusieron el tema "casinos" entre los
primeros puestos de la agenda pública. De ahí una nueva ley para regularlos y
restringirlos, y de ahí las denuncias en la Justicia Federal, en la Provincial y
en la Fiscalía de Estado. Es que, según las estimaciones, las ganancias seguirán
subiendo, y nadie quiere quedarse fuera del reparto o rescindir lo que,
consideran, derechos adquiridos.