Argentina: La lucha continúa
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Caso Atahualpa: asesinato a la solidaridad
Ángel Atahualpa Martínez, un joven de 19 años fue asesinado por la espalda
el domingo 15 de junio. Su cuerpo apareció ese domingo trágico en la afueras de
Viedma. Atahualpa, un muchacho solidario que participaba de la toma de los
terrenos "30 de Marzo", ocupó un terreno para su hermana y allí le estaba
levantando una casilla, pensaba, además viajar a Cuba para estudiar medicina.
Atahualpa, la solidaridad asesinada. La impunidad sigue viva. Publicamos a
continuación una entrevista a su madre Julieta Vinaya realizada por Juan Guidi
para "La Palabra"
La Palabra
Agencia Rodolfo Walsh
Atahualpa es un nombre que representa el hijo, el hermano, el compañero, el
amigo, el joven solidario que el 15 de junio a la madrugada su cuerpo apareció
sin vida a las afueras de Viedma. No se sabe aún el motivo por el cuál fue
victima del homicidio, si estaba en el lugar equivocado, si vio lo que no tenía
que ver, pero los cierto que y a partir de allí renació y se instaló con mas
fuerza el trabajo que Atahualpa y sus amigos realizaban por los mas necesitados.
Atahualpa era un joven con inquietudes solidarias y de fuerte vocación, de hecho
estaba cursando el quinto año y tramitaba una beca para estudiar medicina en la
Habana, Cuba.
Su mamá Julieta Vinaya, junto a sus seres queridos, amigos, comenzaron un
trabajo constante y permanente para esclarecer el asesinato. Marchas, recursos
legales, reclamos varios, entrevistas con autoridades competentes hasta hace el
compromiso de la propia presidenta Cristina Fernandez en disponer de los medios
del ejecutivo para esclarecer el hecho.
¿Acompaña verdaderamente la sociedad en estas circunstancias?
Julieta Vinaya: A veces es difícil, son situaciones complejas. Hay gente que no
puede venir a las marchas y bueno me acompañará desde otro sitio, desde otro
lugar de lucha, uno percibe cuando el abrazo es sincero y cuando es oportuno o
"falso".
Pero lo que quiero rescatar el trabajo de los jóvenes, pibes que vienen a
laburar, donde Ata estuvo, eso para mi es como si me acompañaran en las marchas.
Algunos llegan con una bolsa de cemento, con un poco de hierro, con unas horas
de su tiempo, ahí es, por medio de ellos veo a mi hijo. Nosotros, seguiremos con
las marchas, porque es una promesa de lucha, pero buscaremos alternativas de
participación, festivales, muestras, recitales y demás.
¿Los afiches que se ven en las calles, en los domicilios de Viedma, con la
sonrisa de Atahualpa, puede llegar a generar una especie de mala conciencia para
los autores de hecho?
Juieta Vinaya: No sé si tienen conciencia. Porque uno si piensa, pero
verdaderamente ellos no sé...Su familia, su entorno, la mirada de sus hijos,
cuando comparten a diario con ellos. Esto seguramente tiene que ver con los
valores que uno construye en su casa. Yo siempre le hablé a mis hijos y les
mencionaba el valor del esfuerzo, me crié en una villa miseria del Gran Buenos
Aires, con las condiciones de precariedad que eso implica, en ocasiones faltaba
para comer, teníamos lo indispensable y asumimos desde muy pequeños el valor de
compartir y el costo de conseguir hasta lo esencial. Eso intenté y creo haberlo
logrado transmitir a mis hijos esos valores, con ello crecieron compartieron en
el caso de Ata, con sus amigos la trascendencia de la solidaridad.
¿A medida que pasa el tiempo como, se va materializando en Ud. la memoria de
Atahualpa?
Jualieta Vinaya: Obviamente que al principio el dolor es desgarrador, no se
puede comprender lo sucedido, pero la fuerza me a da mi propio hijo. Además hay
un entramado en la noche de Viedma, que a gente desconoce y en cualquier momento
puede desencadenarse.
Mi hijo, está presente permanentemente y me debo en esta lucha hasta esclarecer
y saber que pasó.
Hay 100.000 pesos de recompensa, lo más concreto y ninguna aproximación. ¿Su
intuición de madre que le hace inferir?
Julieta Vinaya: Que hay gente que vio algo, inclusive apareció en algún momento
una testigo, que luego se desdijo, e inclusive su amigo, que esa noche estaba
con él y nunca más nos relacionamos. Es decir, ¿Qué hay detrás de esto?
¿Acciones oscuras que tienen que ver con lo ilegal? Porque nadie se aproxima a
declarar, evidentemente hay mucho, mucho miedo.
¿El poder entendido en todo su concepto, ejecutivo, judicial, legislativo,
considera que instrumenta los mecanismos necesarios para enfrentar estas
situaciones?
Julieta Vinaya: Están, quizás no como una quisiera, desde la justicia están
investigando y si fuese un caso mas seguramente ya estaría archivado. Hay
sesenta casos en la provincia desde la apertura democrática y se suman. Entonces
la sociedad tiene que estar movilizada. Hoy me pasó a mí, mañana puede pasarle a
mi vecino.
Desde la legislatura nos acompañan con los afiches, volantes, quizás me hubiese
interesado trascender mas a niveles provincial y nacional.
Forma parte de las madres del dolor. ¿Cómo se comunican entre si?
Julieta Vinaya: Mucho, no sólo por el común denominador de la ausencia injusta
de un ser querido, sino acompañando en las marchas y las distintas actividades
que somos convocadas y podemos asistir. Ellas estuvieron conmigo cuando me
sucedió lo de Atahualpa y las escuchaba en su experiencia, que esto recién
comienza, que el dolor que uno siente no se si se apacigua, pero es distinto.
Recuerdo que una mamá me decía "nosotras siempre, vamos a tenerlos a ellos", y
sólo en ese momento quería tenerlo Ata, quedarme con él, abrazarlo.
Yo le pido Ata que me dé fuerzas para seguir con su imagen sonriente, en su
trabajo permanente.
¿Se aprende a convivir con el dolor? ¿ Los asesinos de Atahualpa pensarán en que
el tiempo transcurra y que todo se diluya en el olvido y en la impunidad?
Julieta Vinaya: Va pasar el tiempo y una va a continuar con más fuerza. No me
siento sola, hay muchas personas que me están acompañando. Además, Atahualpa era
de un pueblo originario y lo van acompañar otros abuelos y que ya se hicieron
ceremonias en distintos puntos del país para despedirlo y recibirlo a Atahualpa.
Tal es así que para el 1 y 2 de noviembre se realizan eventos especiales en
Bolivia, Perú y se preparan con objetos de sus preferencias a las personas para
homenajearlos, preparar una mesa gigante en forma de escalera y poner fotos,
objetos, comestibles, las bebidas, las personas se reúnen en derredor y se reza.
Y esta es la manera en que el día de los santos queremos recordar Ata, como
nuestro pueblo lo hace, seguramente vendrá gente, que le parecerá extraño, pero
esa será a forma de recordarlo y también una continuidad de decir presente.