Argentina: La lucha continúa
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Carta a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner
Recuperar la soberanía nacional es el gran desafío
Sra. Presidenta Cristina Fernández de Kirchner
Ciudadana Presidenta
Recibe el fraterno saludo de Paz y Bien
Te envío la presente carta abierta, ya que has decidido ignorar la enviada meses
atrás. Es tu responsabilidad. De mi parte tengo la responsabilidad de recordar a
quienes nos gobiernan sobre los problemas que afectan a nuestro país, en
particular la situación que viven los sectores más desprotegidos y castigados.
Aquellos que llevamos muchos años de militancia, caminando junto al pueblo en
las buenas y las malas, lo hacemos con la fuerza y la esperanza que es posible
otra Argentina más justa y fraterna. La resistencia y luchas por los derechos de
nuestro pueblo son muchas veces tensas y conflictivas, pero también poseen el
sabor de la esperanza al poder avanzar y acompañar el despertar del pueblo y la
alegría de ver que muchos sectores sociales asumen su propio camino y son
protagonistas y constructores de su propia vida y de su propia historia.
Por tal motivo vuelvo a insistir, como ciudadano que se dirige a la ciudadana
Presidenta de la Nación, con la intención de hacer algunos aportes
constructivos.
Comprendo que los gobernantes muchas veces no pueden llevar adelante las
políticas propuestas en su programa. No es fácil empuñar el timón de un barco
que debe enfrentar temporales y borrascas en circunstancias difíciles como las
que vive el país y las fuertes presiones, tanto en lo interno, como en lo
internacional.
El conflicto con los empresarios agropecuarios es un ejemplo para tener en
cuenta. Cuando tocan sus intereses no miden las consecuencias, siendo el pueblo
quien recibió las cachetadas de todos los lados. Esos sectores continuarán
presionando y buscan debilitar al gobierno. Utilizan métodos de
desestabilización y agudización del conflicto. Estas metodologías no son nuevas;
las vienen aplicando contra los gobiernos de Bolivia, Venezuela y Ecuador. No
hay casualidades. Tenemos el ejemplo valeroso de Cuba que debe enfrentar
permanentemente la agresión de la gran potencia.
Aquí, los del "campo" amenazan con nuevos paros y aunque no lo dicen
públicamente, se siente un fuerte tufillo golpista. Hay que rechazar cualquier
intento en esa dirección y hay que hacer memoria para iluminar el presente.
Es cierto que no se puede involucrar a todos los trabajadores agropecuarios en
la misma política desestabilizadora, como así también el gobierno debe cambiar
su actitud y asumir sus errores y saber diferenciar a los pequeños y medianos
productores rurales y tener presente que muchos de ellos pasan por serias
dificultades y que tienen el derecho de reclamar soluciones justas.
Pero también debo decirte que me preocupa no saber hasta donde le interesa al
gobierno, el pueblo. Una cosa son los discursos y otra los hechos. Las
contradicciones son grandes. Por un lado, anuncias con gran publicidad que el
gobierno ha decidido el pago de la deuda externa, al Club de París, deuda que
bien sabes es inmoral, injusta e ilegítima, y como dice el maestro Caloi, el
único deporte que práctica ese club es la "bicicleta financiera". En tu viaje al
corazón del mundo financiero en bancarrota de EE.UU., un gran país que perdió el
rumbo, anuncias que se va a pagar a los bonistas que quedaron fuera del canje. Y
todos aplauden y se asombran como monitos adiestrados, pero exigen más y más.
¿Qué esperas de esa política? ¿Que si haces bien los deberes que te imponen los
que mandan, recibirás como regalo que el país sea aceptado en el sistema
financiero capitalista y recibir préstamos que el país deberá devolver con
intereses y la deuda seguirá creciendo hasta lo infinito y que las nuevas
generaciones deberán pagarla? Hay que pedir al Tata Dios que nos libre de
semejante suicidio político y económico. En ese circuito vicioso el que siempre
pierde es el pueblo.
Recordarás que el ex presidente Kirchner, a quien bien conoces, decidió pagar al
FMI y la situación del país no ha mejorado, por el contrario ha transferido
dinero del pueblo sin ninguna consulta y ha aumentado la pobreza, el desempleo,
el analfabetismo. Quiso sacarse al FMI de encima pero es como los piojos,
siempre vuelven; salvo que el tratamiento sea a fondo. El vapuleado INDEC se
especializa en hacer dibujitos muy malos para demostrar lo indemostrable. Creo
que deben tomar clases de dibujo y ética para que sean creíbles.
Todo ese escenario se presenta como un gran triunfo mediático para calmar a las
fieras del mercado, pero no debes olvidar que esas fieras son insaciables y te
pueden devorar. A muchos nos preocupa que el gobierno haya claudicado en los
principios que en algún momento decía defender.
Nos preocupa que insista en continuar la misma política de entrega pagando la
deuda externa con el hambre del pueblo y suma a los bonistas buitres, a los que
el gobierno juró y re-juró que no se pagaría, que quedaban fuera del canje, pero
ahora encajan.
Es lógico que la ciudadanía se pregunte: ¿hacia donde va el país?- ¿Donde está
la soberanía nacional que tantas luchas, sufrimientos y esperanzas costó?
Ciudadana Cristina, son muchos años de lucha, de sufrimiento y resistencia en la
esperanza, y no luchamos para entregar el país y perder el patrimonio y la
soberanía.
Nuestras luchas fueron y son para defender la vida y la dignidad de cada persona
y del pueblo, restablecer el Estado de Derecho y participación democrática, para
que las nuevas generaciones tengan una vida justa y en libertad. No para ser
sometidos y dominados.
La lucha por los derechos humanos debe ser transformadora de la sociedad. No
paliativos para que nada cambie. Ciudadana presidenta, hablas de los derechos
humanos y privilegias a unos organismos y discriminas a otros. No hay claridad
conceptual ni objetividad en las políticas del gobierno.
Los gobiernos pasan y los organismos de derechos humanos y sociales trascienden
las coyunturas políticas y su credibilidad social es la coherencia entre el
decir y el hacer; en el compromiso día a día con el pueblo y en su independencia
de los poderes de turno. Nadie es dueño de los derechos humanos. Lo más que
podemos aspirar es ser sus servidores, que nos permite construir espacios de
libertad y participación en la construcción democrática, en la memoria
colectiva, en la defensa de la vida y la dignidad de las personas y los pueblos.
Lamento ciudadana presidenta que no tengas la capacidad del diálogo. Has optado
por actuar políticamente en la confrontación, y no es buen camino. Dialogas
únicamente con quienes son obsecuentes y consecuentes con las políticas del
gobierno y el modelo de país que pregonas en tus discursos. Pero la realidad
marca que nuestro país está sometido, entregado, malvendido y devastado y el
gobierno está profundizando la política neo-liberal que llevó a la pérdida de la
soberanía y donde se violan sistemáticamente los derechos humanos. Hay que
despertar y ver la realidad.
Debo decirte que esta carta, aunque tenga cosas que no te gusten, tiene por
objeto contribuir y ayudar a encontrar alternativas correctas y no terminar en
frustraciones que serían graves para el país. No queremos que fracase el
gobierno que presides. Tu fracaso sería el fracaso de todo el país.
Un buen amigo recordó un antiguo proverbio que quisiera compartir contigo y
dice: "Hay que parar el cuerpo, para que lo alcance el alma". No pierdas tu
alma, ciudadana presidenta Cristina; permite que el alma llegue a tu cuerpo y
despierte en ti la mística de servir al pueblo y dejar que entre la luz en tu
mente y corazón.
Los derechos humanos deben ser comprendidos en su integridad, como parte
indivisible de la construcción democrática. No se agotan en la terrible
dictadura militar que sufrimos, tanto en nuestro país como en todo el
continente.
Aquellos que sobrevivimos al horror luchamos con fuerza y esperanza para que el
país pueda alcanzar la Paz y la dignidad que merece. Y muchos hombres y mujeres
asumimos la militancia y compromiso desde la fuerza del Evangelio y tratamos de
caminar junto a los pueblos abiertos al ecumenismo con hermanos y hermanas de
diversas vertientes religiosas, filosóficas, culturales y políticas. Desde ahí
aprendimos a compartir el pan y la libertad; el pan que alimenta el cuerpo y el
pan que alimenta el espíritu, resistiendo y construyendo en el hacer cotidiano,
compartiendo la libertad que nos da la fuerza de Amar para avanzar hacia cambios
estructurales y no caer en la resignación y la derrota en la que no hay otras
alternativas.
Todos los días aprendemos del vivir y compartir. Ahí están las enseñanzas del
querido maestro de América, Paulo Freire, quien decía: "lo contrario del amor no
es el odio. Lo contrario del amor es el miedo a amar". Es el desafío de la Vida.
Cada persona tiene su memoria personal y la memoria colectiva y algunos momentos
de lo vivido nos marcan en toda la vida. Siempre recuerdo los primeros 32 días
de prisión en un tubo de la Superintendencia de Seguridad Nacional, en una
maloliente celda que fuera un centro de torturas. Pude ver que una prisionera o
prisionero que la ocupó antes que yo, tuvo la fuerza espiritual y coraje de
escribir con su propia sangre "Dios no mata".
Nunca puedo olvidar esa fuerza del espíritu de quien, en ese momento límite
entre la vida y la muerte luchaba con fe por un país más justo y fraterno para
todos. Sentí y perdura en mí la fuerza espiritual del Amor y la trascendencia de
quienes dieron su vida para dar más vida. En nuestra lucha y resistencia
levantamos la bandera de: "No matarás ni con hambre, ni con balas". Así
surgieron las grandes jornadas de rebelión no-violenta, de ayuno, oración y
marchas de la resistencia contra la dictadura. En el tiempo esa bandera continúa
vigente, tenemos claro que la lucha no terminó.
Hoy el Movimiento de los Chicos del Pueblo denuncia que "El hambre es un crimen"
y por decir la verdad sufren persecución, allanamientos, castigos y amenazas.
Los chicos deben ser escuchados y no reprimidos. Nos preguntamos: ¿Dónde quedó
toda esa lucha de dolor, resistencia y esperanzas? No queremos que les roben a
los chicos la esperanza de construir un mundo mas justo y fraterno para todos.
¿Fue inútil el camino recorrido de resistencia en estos 25 años de gobiernos
constitucionales? Valoramos algunos avances del gobierno, como los juicios a los
genocidas, de llevarlos ante la justicia y que los jueces determinen el grado de
responsabilidad y que los culpables reciban la condena que les corresponde; es
el único camino para lograr el derecho de Verdad y Justicia que permita al
pueblo alcanzar la Paz.
Tenemos necesidad de preservar los espacios de la memoria y tener una mirada más
profunda de la situación que vive el país. Reclamamos y llevamos a todos los
ámbitos el grave problema de la deuda externa y sus consecuencias sociales,
políticas y económicas.
El Evangelio dice: "No hay peor sordo que aquel que no quiere oír, ni peor ciego
que aquel que no quiere ver". Arturo Jauretche sabia ver hondo en la vida y
conciencia nacional, y le gustaba sacudir la modorra del pensamiento para
despertar la creatividad y su ironía apuntaba a las contradicciones de las
"zonceras de los argentinos" y conocía las vueltas de tuerca que algunos dan en
sus vidas por conveniencia y no por convicciones.
Ciudadana presidenta, ser pragmático es ser coherente entre el decir y el hacer,
tener posiciones firmes y no dejarse llevar de las narices por los que mandan.
Sabes que el poder real no está en los gobiernos. Pero son los gobiernos quienes
tienen que recuperar el poder para gobernar con equidad, al servicio del pueblo
y no continuar con el despojo impuesto por quienes entregaron el país a manos
del capital financiero internacional. Recuperar la soberanía nacional es el gran
desafío.
Algunos compañeros gobernantes en América Latina lo están haciendo. Es cierto
que tienen dificultades frente a los poderes mafiosos nacionales e
internacionales, pero están logrando avanzar en la construcción de nuevos
paradigmas de vida para sus pueblos, son ejemplos que debemos valorar en la
lucha por la recuperación de la soberanía.
No voy a señalar en esta carta lo ya dicho en la anterior, donde planteo ejes
medulares que es necesario superar. Para lograrlo hace falta mucho coraje y
fortaleza de convicciones y la mística transformadora para superar la pobreza,
preservar el medio ambiente y luchar contra el despojo de las tierras a nuestros
campesinos e indígenas. Esto no se puede postergar. Es urgente y hay que
asumirlo antes que sea tarde.
Te reitero el fraterno saludo de Paz y Bien deseándote mucha fuerza y esperanza.
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nóbel de la Paz
Buenos Aires, 9 de octubre del 2008