Argentina: La lucha continúa
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La CGT da el visto bueno
Salarios congelados hasta que llegue "el momento oportuno"
Prensa de Frente
Nadie sabe, nadie explicó claramente, todavía, cómo y cuánto será la
consecuencia en la Argentina del crack capitalista. Sólo existe una certeza
sólida, avalada por el Gobierno, los empresarios y la CGT, en una especie de
súbita concreción del tan mentado y anhelado Pacto Social: el primer "fondo
anticíclico" ya está conformado y lo constituyen los salarios de los
trabajadores. Serán esos salarios, congelados de hecho, los encargados de
garantizar rentabilidad empresaria aunque se venga la maroma, vía contundente
reducción de costos laborales.
"Uno nunca posterga el reclamo de mejorar el salario, pero este no es el momento
oportuno: para fin de año falta mucho tiempo". Así consagró Hugo Moyano -con el
aval expreso de sus compañeros de consejo directivo de la CGT en la reunión del
cuerpo del jueves pasado- la renuncia a las tibias negociaciones que venía
llevando la CGT con el Gobierno no ya para actualizar los sueldos de acuerdo con
una ponderación de la inflación más cercana a la real, y compensar así la
pérdida de valor real del salario fijado en la ronda de paritarias del primer
semestre del año. Se trataba, apenas, de conseguir un monto fijo de 500 pesos
para todos los asalariados, por única vez y sin carácter remunerativo. Esto es,
una migaja para engañar un poco el bolsillo hacia fin de año.
Pero estalló Wall Street y el sistema financiero internacional. Y así como los "salvatajes",
"nacionalizaciones" y otras medidas a favor de los bancos, financieras y grupos
económicos de todo tipo pensados por George Bush y sus colegas de la Unión
Europea serán financiados con los impuestos, caída del salario y pérdida de
servicios sociales de los trabajadores de los países centrales, lo que puedan
llegar a ser los problemas de los patrones argentinos tendrán que financiarlos
los laburantes de este país.
Rápidos para estos menesteres, cuando empezó a sonar que el dócil sindicalismo
oficial iba por el famoso bono por única vez, después de haber desechado sin
siquiera testear la lógica exigencia de la reapertura de paritarias para
rediscutir salarios, los empresarios y sus organizaciones, como la Unión
Industrial Argentina, salieron a decir que no podrían hacer frente a ese
desembolso. El Gobierno, con el timón en manos de Sergio Massa, también le echó
hielo a la posibilidad del bono. Y Hugo Moyano y sus compañeros completaron el
Pacto. Hasta la oposición en la pluma de Elisa Carrió acordó con la necesidad de
"bajar la tensión en la demanda salarial". Ahora que se sabe quien paga, la CGT
y la UIA van a pedir juntos lo que el Gobierno ya tiene decidido, medidas de
protección arancelaria a las industrias nacionales.