Entrevista realizada a José Rigane: "Este Gobierno y el
anterior solidificaron las políticas de los 90' en el plano energético"
FETERA
¿Qué significó vender nuestros recursos?
La entrega que más duele es la pérdida de YPF. Argentina es el único país en el
mundo que entrega el petróleo de la manera en que lo entregó. Pero lo peor del
caso es que en la actualidad es el único país que mantiene el proceso de
concesiones, cuando ya no se utiliza más en ningún lugar. El 95% de las reservas
mundiales de petróleo están en manos de empresas estatales.
Hoy las empresas extraen petróleo, se lo apropian y hacen con él lo que quieren.
La riqueza de los argentinos está en el subsuelo, es patrimonio. El petróleo no
se siembra, está ahí, como el agua, le pertenece a los argentinos. Un barril en
la Argentina tiene un costo de entre 6 y 8 dólares, según la cuenca. El precio
internacional está en 140 dólares.
La libre disponibilidad que tienen las empresas es que de cada 100 dólares solo
30 pasan por el Banco Central, el resto no rinde cuenta. No existen controles.
¿Quedan reservas?
Estamos al límite de los 8 años de petróleo con posibilidades ciertas de que
empiece una importación mucho más seria. Hasta 1998 Argentina exportaba el 40%
del petróleo crudo. Un país que se debatía entre la indigencia, la pobreza y la
desocupación, exportaba esa cantidad enorme de materia prima sin valor agregado.
En ese sentido Argentina es el peor ejemplo, respecto de lo que no deben hacer
los pueblos.
¿Qué podés decir en cuanto a las inversiones y al rol del Estado en materia
energética?
No hubo capital de riesgo ni inversiones, se aprovecharon de todos los recursos
descubiertos por YPF, se asentaron sobre la infraestructura creada por el pueblo
argentino a través de YPF. REPSOL hizo un gran negocio hundiendo valores a la
hora de comprarla, desconociendo reservas y luego de vender la empresa comienza
el proceso de recuperación de valores y de suba de las acciones mediante una
operatoria.
Por otro lado, el Estado argentino perdió la capacidad de planificación, de
conocimiento de los datos técnicos y dejó de tener un proyecto energético. Se
convirtió en un Estado bobo, socio de las empresas privatizadoras.
Este gobierno y el anterior solidificaron las políticas de los 90' en el plano
energético. El gobierno de Kirchner entregó en concesión Cerro Dragón diez años
antes que se venciera la anterior concesión. La principal cuenca petrolífera,
alrededor del 25% del petróleo argentino, se la entregó a los ingleses y a los
yankis, con un contrato que no tiene política de exigencia, de control. Y la
entregó hasta su agotamiento.