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Represas: entre la inundación y el desplazamiento
Juan Pablo Soler y Danilo Urrea
Sin lugar a dudas, las grandes y medianas represas han sido sinónimo de
endeudamiento, engaño, pérdida de soberanía, degradación ambiental y vulneración
cultural. Durante los 70, 80 y 90’s los empresarios de las represas quebrantaron
en los países del norte diversos ríos (como el Ebro o el Rhin) al obstaculizar
el cauce una o más veces, al igual que en los países del sur donde se volcaron a
multiplicar su capital en función de las externalidades no previstas. En esa
época, según la ICOLD (1) (McCully, 2001: 02), se iniciaba la construcción de
una nueva represa cada hora. En la actualidad, a pesar de haberse demostrado que
los beneficios generados por las represas no justifican los impactos
irreversibles e inconmensurables generados, se insiste por parte de los
gobiernos, las empresas y la banca multilateral en la construcción de un largo y
nefasto listado de proyectos.
Las represas en los países del sur han sido construidas para promover el
desarrollo de los países empobrecidos. Desarrollo y empobrecidos, dos categorías
que no son el énfasis de este documento, pero que autores como Arturo Escobar,
con base en argumentos políticos, técnicos y ambientales, han podido desmentir y
clarificar; por una parte, el desarrollo sólo es un discurso que esconde los
verdaderos intereses de dominación a través de las falacias de ayuda para los
pobres, y, por otra, la pobreza y el empobrecimiento surgen de la diferencia
cultural de los pueblos, que, al no ser entendida por los países del norte,
sirvió como eufemismo para devastar pueblos y culturas enteras. Ahora bien,
desde la perspectiva de la justicia ambiental valdría la pena preguntar, ¿países
empobrecidos por quién?, ¿para quién?, ¿para qué?, y, ¿represas en función de
qué?
Aunque la construcción de grandes y medianas represas ha conllevado una serie de
impactos ambientales, culturales, sociales y políticos, en este escrito nos
ocuparemos de evidenciar la categoría de "desplazamientos forzados reiterativos
por represas" elemento que adquiere sentido tanto como desplazamiento físico y
desplazamiento de medios de subsistencia (CMR, 2000: 149).
Desplazamientos Forzados Reiterativos por Represas (DEFORE) en Colombia
La base de conocimientos de la Comisión Mundial de Represas constata que con
demasiada frecuencia el desplazamiento físico es involuntario e implica coerción
y fuerza, y en algunos casos incluso quitar la vida (CMR, 2000:149). Según el
informe Represas y Desarrollo, de la misma comisión, entre 40 y 80 millones de
personas habrían sido desplazadas en el mundo durante el siglo XX a causa de las
represas; tal situación constituye un lesivo impacto social, ambiental y
cultural que los empresarios de las represas y diversos gobiernos, a través de
discursos y engaños, han invisibilizado por décadas.
Gran parte de los desplazados por represas que han tenido que sumarse a los
planes de reasentamiento no han mejorado su calidad de vida, ni mejorado su
situación económica; por otra parte, los que no han sido tenidos en cuenta para
estos planes han sufrido impactos similares, o han tenido que migrar a las
ciudades a acrecentar los cordones de miseria. En cualquiera de los casos, la
mayoría de quienes fueron desplazados por represas han desaparecido de las
estadísticas, absorbidos por barrios pobres, o por los campos de trabajadores
extranjeros (Mc Cully, 2001:90).
Al averiguar lo que ha sucedido con los desplazados por represas en Colombia, se
encuentra que algunas familias están a punto de sufrir un DEFORE. Esta situación
revela el fracaso y el engaño de los planes de reasentamiento y la desprotección
que sufren las comunidades más vulnerables y vulneradas.
Represa La Salvajina y el Proyecto de Desviación del Río Ovejas
La represa La Salvajina fue construida en el norte del departamento del Cauca en
la primera mitad de los años 80 y desplazó de un área de 2100 hectáreas mas de
tres mil personas que se dedicaban a actividades de subsistencia, hablamos de
comunidades afrocolombianos que descienden de negros que padecieron el yugo de
la esclavitud en la época de la colonia española.
Las actividades de subsistencia que tenían lugar en la zona -entre las que se
encontraban la minería y la agricultura- cambiaron para muchos habitantes de la
región, puesto que las tierras fértiles quedaron sumergidas en el embalse.
Sumado a ello, la reubicación prometida, como suele suceder en la mayor parte de
los casos, no correspondió ni a las necesidades de la comunidad ni a sus
patrones culturales. Veinte años más tarde de haber pactado el Acta del 86 (2)
entre el gobierno y la comunidad, ésta aún espera el cumplimiento del listado de
promesas de la empresa EPSA y del gobierno nacional; en octubre de 2006 1000
manifestantes marcharon pacíficamente desde Jamundí hasta Cali, Valle del Cauca,
para exigir el cumplimiento de los acuerdos sin obtener respuestas concretas por
parte del Gobierno y la Corporación Regional del Valle del Cauca.
La represa obstaculizó los caminos que campesinos e indígenas habían construido
como parte de su territorio, un recorrido que antes tardaba un día ahora tarda
tres o hasta una semana. Con el embalse, es necesario pedir permiso y someterse
a requisas del ejército nacional, que cuida la represa. Ahora bien, cuando
aparecieron los empresarios les prometieron puentes, les dijeron que ya no
transitarían en caballo sino en carro… pero los puentes nunca llegaron, y, por
suerte, los carros tampoco; les prometieron energía barata, puestos de salud,
oportunidades laborales y muchas otras cosas que se han quedado en la
imaginación de quienes ilusionaron y engañaron; con esta gama de sofismas los
medios tradicionales de subsistencia nunca fueron reemplazados, en detrimento
perpetuo de su calidad de vida.
Los adolescentes de la región presenciaron el conflicto social que generó la
construcción de la represa, vieron como se inundó el trabajo de años de sus
padres y de sus abuelos, tuvieron que aceptar y acostumbrarse a vivir en otra
tierra, en la misma región pero en otra parcela, junto a otra gente también
desplazada por la represa; ésta es parte de la historia de la comunidad de
Yolombó en el norte del Cauca, Colombia. Los jóvenes vieron y acompañaron a sus
padres en la lucha contra la represa Salvajina, pero tanto unos como otros
sufrieron amargamente el desalojo físico, y por desgracia hoy de nuevo se
encuentran amenazados por un DEFORE generado por la Desviación del Río Ovejas al
Embalse la Salvajina, despropósito que atenta contra los medios tradicionales de
subsistencia al impedirles el derecho al acceso al agua.
Desde el año 2000, la Empresa de Energía del Pacífico – EPSA- fue adquirida por
la empresa trasnacional española Unión Fenosa, al comprar más del 60% de las
acciones; Unión Fenosa no reconoce que al comprar la empresa, además de adquirir
las actividades y activos de la compañía, también se hace acreedora de los
pasivos ambientales y sociales del proyecto; además, la empresa insiste en
llevar a cabo el proyecto pese a que por medio del proceso de consulta previa
del año 97 las comunidades afectadas por el proyecto dieron un No rotundo al
DROES (3).
Río Guarinó y Porce II
En Antioquia los empresarios de las represas han quebrantado gran parte de los
ríos del departamento, y dentro de ellos, con tres grandes proyectos de
generación que llevan su nombre, el Río Porce. El proyecto Porce II generó más
de 1500 desplazados y el Porce III desplazará cerca de 2.200 personas, en su
mayoría campesinos. Parte de estos desplazados tuvieron que buscar nuevas formas
de subsistencia en otras regiones, y así aparecieron los habitantes
afrocolombianos en la Dorada y en Victoria, Departamento de Caldas.
No obstante, los planes de integración energética con Suramérica y Centroamérica
requieren el aumento de la capacidad de energía eléctrica disponible para
exportación, por lo que se ha contemplado la construcción de nuevas represas y
la repotenciación de algunas otras; tal es el caso del embalse Miel I, que prevé
la desviación del Río Guarinó hacia el embalse, colocando en riesgo la
superviviencia de las comunidades del oriente de Caldas, entre ellas la de La
Dorada y la de Victoria, puesto que la desviación provocaría un
desabastecimiento hídrico en la región, y, por ende, desplazamiento involuntario
de las comunidades aledañas al afectar los medios de subsistencia.
Algunas conclusiones
Los proyectos de desviación del Río Guarinó y del Río Manso en el oriente de
Caldas, y del Río Ovejas en el norte del Cauca, provocarían un DEFORE de las
comunidades negras e indígenas que se asentaron hace años en las riberas de
estos ríos.
Las experiencias de las comunidades y la abundancia de conflictos ambientales,
sumadas al desacierto de las políticas gubernamentales, darán lugar para que los
DEFORES proliferen y, a la vez, se produzcan desplazamientos reiterados no
solamente por represas, sino por otro tipo de megaproyectos dirigidos a
mercantilizar la vida y la naturaleza.
Los DEFORES con seguridad han tenido lugar en otros países del sur y del norte,
lo que demuestra que las políticas de reasentamiento establecidas por el Banco
Mundial han fracasado de principio a fin; es necesario que la banca multilateral
y las agencias de cooperación acepten la posición de las comunidades por
preservar su territorio, y cuando hubiese lugar a planes integrales de
reasentamiento deberían formularse a través de un proceso participativo que se
centre en preservar la cultura de los pueblos y sus medios de subsistencia.
* Censat Agua Viva. Amigos de la Tierra Colombia
Bibliografía Citada
McCully, Patrick, Ríos Silenciados, Ecología y Política de las grandes represas,
2001
Comisión Mundial de Represas, Represas y Desarrollo, Un nuevo marco para la toma
de decisiones, USA, 2000
Referencias:
(1) Comisión Internacional sobre Grandes Represas
(2) El Acta del 86 contiene los acuerdos pactados entre la comunidad y el
gobierno para compensar los impactos generados por la Represa La Salvajina; allí
quedaron contenidas las promesas en materia de salud, infraestructura y
educación para los afectados en la zona como por ejemplo, centros de salud,
carreteras, colegios entre otros.
(3) DROES: Desviación del Río Ovejas al Embalse Salvajina