Nuestro Planeta
|
No te creas lo que los líderes de los países ricos dicen, mira lo que hacen
Toma por ejemplo a los miles de niños filipinos que mueren cada año por cortesía de las corporaciones lácteas, apoyadas por el lobby de los EEUU
George Monbiot
The Guardian
Traducción: Félix Nieto para Globalízate
De nuevo ha llegado la hora del anual rito emotivo en el que los más
poderosos del planeta se muestran tiernos. En Heiligendamm se pondrán del lado
de los maltratados de la tierra. Se golpearán el pecho y dirán muchas cosas
importantes y necesarias sobre el cambio climático, sobre África, la pobreza el
comercio, pero hay una palabra que no saldrá de sus labios: poder. Entre los
buenos deseos aristócratas, no reconocerán que el poder que ejercen sobre otros
países destruye todo lo que dicen estar defendiendo.
Los líderes del G8 se presentan como una fuerza del bien absoluto. Algunas veces
fracasan, pero lo que buscan es hacer del mundo un lugar más justo. Bob Geldof y
Bono dan oxígeno a esta mentira, hablando de las buenas acciones que hacen los
líderes, o de las buenas acciones que no han podido realizar- pero no mencionan
el daño que producen. Se niegan a reconocer que lo que las naciones ricas dan
con un dedo lo recuperan con ambas manos.
Mira lo que está sucediendo en Filipinas. Este país sufre bastantes problemas,
pero hay uno que destaca sobre los demás. Sólo un 16% de los niños entre 4 y 5
meses son alimentados exclusivamente con leche materna. Este es uno de los
niveles más bajos de los que se tiene conocimiento mundialmente que ha
descendido en un tercio desde 1998. Teniendo en cuenta que un 70 % de la
población no tiene acceso adecuado a agua potable, el resultado es un desastre
en la salud pública. Cada año según the World Health Organisation (Organización
mundial de la salud) unos 16.000 niños mueren a "consecuencia de una
alimentación inadecuada".
Estas muertes son solo las producidas por los resultados directos de alimentar a
los niños con sustitutos de la leche materna. Un sumario de los estudios
contrastados y recopilados por los grupos activistas Infact e Ibfan sugiere que
la alimentación con leche materna también reduce la incidencia del asma,
alergias, cáncer infantil, diabetes, colitis, inadecuado desarrollo cognitivo,
obesidad, enfermedades cardiovasculares, infecciones del oído y problemas
dentales. Pasar de la botella al pecho podría prevenir un 13% de todas la
muertes infantiles- un impacto mayor que ninguna otra medida. Las panaceas en la
medicina son escasas, pero la glándula mamaria es una de ellas.
El gobierno de Filipinas y las NNUU culpan a las empresas que producen los
sustitutos de la leche materna del declive en la alimentación mamaria. Esas
compañías gastan más de 100 millones de dólares americanos al año en publicidad,
solo en Filipinas, dicha cifra corresponde a más de la mitad del presupuesto
anual del ministerio de salud. Es a los pobres a los que está dirigida esta
publicidad, quienes son los más susceptibles a usar agua contaminada para
preparar el producto. Son muchos los que gastan hasta un tercio de los ingresos
familiares en esta fórmula. La leche en polvo es el producto con mayores ventas
de todos los productos de consumo en Filipinas. Prácticamente toda la producción
corresponde a compañías basadas en los países ricos.
Desde la caída de Ferdinand Marcos como presidente del país en 1986, el gobierno
filipino lleva intentando mediar entre las corporaciones y las madres
vulnerables. No lo ha conseguido. Si consigue encontrar un punto débil para
legislar, las compañías encuentran otro para hacer lo contrario. Baby milk
Action, una de las campanas más fuertes en salud pública ha recopilado un
dossier sobre las violaciones del código de marketing de la Organización Mundial
de La Salud. Las compañías en cuestión han estado haciendo regalos a los
trabajadores de la salud pública y a las madres, impartiendo clases y reuniones
para promover sus productos, haciendo campañas publicitarias en televisión en
revistas y en periódicos. Estas prácticas, aunque sean, en su mayoría, legales
en Filipinas, son desaconsejadas por el código antes mencionado.
El pasado mes de Febrero, la Asociación de la salud y farmacéutica de Filipinas
(Phap siglas en Inglés) que representan a las multinacionales, hicieron una
campaña publicitaria para expresar su preocupación sobre las madres que son
incapaces de alimentar a sus hijos con leche materna. Jean Ziegler, reportero
especial de las NNUU describió dicha campaña sobre el derecho a la alimentación
como "engañosa, falaz y maliciosa en su intención". Dice que los anuncios
"manipulan las cifras de agencias especializadas como WHO y UNICEF… con el único
objetivo de proteger los enormes beneficios de las compañías de leche, sin
importar los intereses de las madres e hijos filipinos."
El último año, con la esperanza de disminuir el desastre de la salud pública, El
ministerio Filipino de la Salud puso en marcha una serie de reglas nuevas.
Prohibió toda la publicidad y la promoción de la fórmula para los menores de dos
años. Impidió que las compañías diesen regalos o muestras, y prohibió que éstas
impartiesen clases a las madres y asistencia a los trabajadores del sector de la
salud. Las nuevas reglas parecen rígidas, pero todas provienen del código del
WHO. El Phap cuyos miembros incluyen a la mayoría de las más grandes compañías
farmacéuticas, fueron a la Corte Suprema para intentar conseguir una restricción
en las medidas. Cuando fue desestimada llegaron los pesos pesados.
La embajada de los EEUU y el representante regional del comercio estadounidense
comenzaron a presionar al gobierno Filipino. Después, el director ejecutivo de
la Cámara de Comercio de los EEUU en Washington- que representa a 3 millones de
negocios- escribió una carta a la Presidenta de Filipinas, Gloria Arroyo. Decía:
Las nuevas reglas, "tendrán consecuencias negativas no intencionadas para la
seguridad de los inversores". La reputación del país "como un destino estable y
viable para la inversión está en riesgo". Cuatro días después, la Corte Suprema
dio marcha atrás en su decisión e impuso las restricciones que Phap había
pedido. Sigue vigente hoy en día. El Gobierno es incapaz de prevenir que las
compañías se salten el código internacional.
Entonces el ministerio de la Salud encargó a un reputado abogado del Gobierno,
Néstor Ballocillo, a apelar la orden. En Diciembre Ballocillo y su hijo fueron
asesinados cuando salían de su casa. El caso sigue sin resolverse; Ballocillo
estaba trabajando en varios casos. El mes pasado el representante de comercio
regional de los EEUU hizo otra visita al Gobierno Filipino. El ministerio de
Salud parece estar inseguro. En dos semanas los activistas que promueven la
alimentación mamaria presentarán sus argumentos a la Corte Suprema para intentar
levantar la orden, y las compañías tratarán de detenerles. Si las compañías
vencen, miles de niños continuarán muriendo de enfermedades prevenibles.
La presión que el Gobierno Estadounidense y su Cámara de Comercio ha ejercido
sobre el Gobierno Filipino está en contra de casi todo de lo que el G8 dice
apoyar: los objetivos del milenio para la salud y la educación, la erradicación
de la pobreza, reglas justas de comercio. Pero las naciones del G8 intentarán
sus objetivos hasta que estos vayan en contra de sus propios intereses. Lejos de
sus cumbres sentimentales, tiran abajo todo lo que dicen estar construyendo.
La demanda de acción sobre el Cambio climático, el Banco Mundial controlado por
los países del G8, que financia centrales térmicas que funcionan con carbón y
proyectos de deforestación. El G8 pide mejores condiciones de comercio con
África; Europa y los EEUU utilizan las conversaciones del Comercio Mundial para
asegurarse que esto no suceda. Los líderes del G8 dicen que la deuda se reduzca;
El FMI demanda que las naciones empobrecidas quiten las barreras al flujo de
capital, lo que les dejan vendidos. Los líderes del G8 simultáneamente aprietan
y lavan sus manos: hemos hecho lo que hemos podido, si hemos fracasado es solo
por la corrupción de las élites del tercer mundo.
El asunto ya no es si el poder dictatorial que los poderes de las naciones del
G8 ejercen sobre el resto del Mundo pueda ser usado para cosas buenas o malas.
El asunto es si dejará de ser usado.
Artículo original:
Don't listen to what the rich world's leaders say - look at what they do
Take the thousands of Filipino children who die every year courtesy of the
formula milk corporates, backed by US lobbying
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/story/0,,2095677,00.html
George Monbiot
Tuesday June 5, 2007
The Guardian