Nuestro Planeta
|
Por quinto año consecutivo cosechan arroz orgánico en Brasil
Roberto Aguirre
www.prensamercosur.com.ar
Campesinos de la zona de Porto Alegre cultivan sin agrotóxicos ni transgénicos,
y demuestran que es posible una agricultura sustentable sin el auspicio de las
multinacionales.
Familias campesinas del sur de Brasil demostraron, una vez más, que es posible
llevar adelante una agricultura sustentable sin utilizar productos químicos o
semillas transgénicas.
Según informó el Movimiento Sin Tierra (MST) en su sitio de Internet,
agricultores de la zona metropolitana de Porto Alegre obtuvieron arroz
agroecológico por quinto año consecutivo. Las estimaciones de los especialistas
del MST confirmaron que, en la zafra 2006/2007, se cosecharon alrededor de tres
mil toneladas del cultivo, criado sin uso de agrotóxicos o semillas transgénicas.
Asimismo, se informó que las plantaciones de arroz agroecológico ocupan,
aproximadamente, un 20 por ciento de las tierras cultivadas de la zona.
Igualmente, de las cerca de 700 familias que asentadas en el área metropolitana
de Porto Alegre, 150 producen este tipo de cultivo.
Este dato no es menor, si se tiene en cuenta el gigantesco avance del modelo
agrotécnico en Brasil, donde las multinacionales han copado las tierras del sur
con soja transgénica. Al mismo tiempo, las grandes empresas del agro invierten
millones de dólares al año en cabildeos, y en un sistema propagandístico que
ubica a sus productos como la única vía para una agricultura sustentable en
términos económicos.
Contradiciendo esta visión hegemónica, un campesino de la zona, Huli Marcos Zang
del asentamiento Hijos de Sepé Viamão se alista entre quienes adhieren a la
producción sin químicos. Para el agricultor, la mayor ventaja de la agroecología
es que genera autonomía de las multinacionales y el mercado.
"Producimos nuestras propias semillas y no precisamos comprar otros insumos en
las agropecuarias ni depender de las multinacionales. Conseguimos producir sin
depender del mercado. No importa lo que ocurra, producimos igual", afirmó el
campesino de Porto Alegre.
Según el MST, las ventajas de producir sin agrotóxicos son varias. La
agroecología no degrada el medio ambiente, no contamina el agua y no es nociva
para la salud de los productores, así como para los consumidores. De la misma
forma, son varias las ventajas económicas ya que el costo de la mano de obra es
más bajo y el precio del arroz económico es más alto que el convencional.
En este sentido, según el Instituto Riograndense del Arroz (Irga), el costo de
la labranza tradicional de arroz se encuentra alrededor de los tres reales (1,4
dólares) por hectárea, mientras que, en el sistema agroecológico, los campesinos
tienen un gasto de sólo un real (0,5 dólares) por hectárea cosechada. Por otra
parte, en el mundo cada vez se abren más mercados para los productos orgánicos,
que son muy valorados por consumidores europeos.
Además de poseer ventajas en el plano económico, la agroecología impulsa la
recuperación de valores culturales ancestrales como la pequeña agricultura
familiar, tan vapuleada en los países de América Latina por culpa del latifundio
y de la acción de las multinacionales del agro.
Asimismo, el modelo que contempla el uso de agrotóxicos es sumamente nocivo para
los campesinos, ya que los distintos químicos que se aplican funcionan a modo de
asesino silencioso. Un ejemplo de ello es el altamente tóxico Gramoxonne, a base
de Paraquat y fabricado por Syngenta, que se cobra de la vida de cientos de
agricultores en Centroamérica (ver "Cultivar hasta la muerte" APM, 10/09/2006).
El hecho de que se cultive arroz orgánico, por quinto año consecutivo,
representa una fisura en el discurso de las multinacionales y demuestra que
lograr la soberanía alimentaria para los pueblos no es un objetivo tan lejano.