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Nuestro Planeta

Imperialismo ecol�gico: Am�rica Latina y los biocombustibles

Maurizio Matteuzzi

Am�rica Latina y los biocombustibles, un asunto que pone en riesgo la supervivencia global. El negocio es grande, pero esconde un lado pol�tico claro, cuyos objetivos son Ch�vez y el continente suramericano. Bush y Lula celebran hoy en Camp David la �asociaci�n estrat�gica� en torno a la �gasolina verde�. Escribe Maurizio Matteuzzi.
En tiempos de la dictadura militar en Brasil, un ministro de asuntos exteriores brasile�o se hizo famoso por una frase: �Lo que va bien para EEUU, va bien para el Brasil�. La frase se convirti� en s�mbolo de la sumisi�n no s�lo del Brasil, sino de todo el continente al sur de R�o Bravo (con la clamorosa y nunca perdonada excepci�n de Cuba).
Por una suerte de n�mesis hist�rica, podr�a parecer que ahora las partes se han invertido. Y que corresponde a EEUU y a los EEUU de George Bush, el hombre del �gran bast�n� a escala planetaria invertir aquella frase y acercarse, si no aun someterse, a los intereses del Brasil y de su (primer) gobierno de izquierda. Fracasado el proyecto estrat�gico del ALCA, ha llegado ahora el momento del etanol. El �biocombustible amigo del medio ambiente�, la �gasolina verde�, de la que EEUU y Brasil producen m�s del 70% del total. Basta de petr�leo y de combustibles f�siles, contaminantes y no renovables, basta de dependencia de pa�ses hostiles como la Venezuela de Ch�vez o el Ir�n de Ahmadinejad, o inestables y poco fiables como Nigeria, Angola o Sud�n, y adelante a toda m�quina con los �propelentes alternativos�, que no contaminan, que no calientan el planeta. Renovables y naturales, puesto que proceden de la ca�a de az�car, del ma�z, de la soja, de la palma africana, de la almendra y del girasol.
Por eso firmaron Bush y Lula, hace dos s�bados en Brasilia, el memorandum de una �asociaci�n estrat�gica� para la producci�n de etanol. Por eso tendr� hoy Lula el gran honor de ser el primer jefe de estado latinoamericano invitado a Camp david, la exclusiva residencia de los fines de semana presidenciales en la campi�a de Maryland.

Por eso, pero no s�lo.

Que el etanol va a ser el nuevo negocio del inmediato futuro, es cosa de la que no cabe dudar. Los grandes grupos del capital internacional la �trilateral� de las corporaciones petroleras, la industria automovil�stica y las transnacionales del mercado agr�cola y las semillas transg�nicas se est�n lanzando de cabeza con inversiones gigantescas, lo mismo que los grandes especuladores de las finanzas mundiales, como George Soros. El s�lo anuncio de la �asociaci�n estrat�gica� EEUU-Brasil, la pretensi�n anunciada por Bush de reducir el 20% del consumo de la gasolina procedente del petr�leo para el a�o 2017 a favor del �biocombustible�, ha generado ya un alza en los precios del grano y del ma�z en la bolsa agr�cola de Chicago.
Ayer el New York Times escrib�a que los granjeros norteamericanos proyectan amumentar este a�o los cultivos de ma�z a niveles r�cord. Y en Brasil Alfred Szwarc, presidente de la asociaci�n de cultivadores de la ca�a de az�car, hac�a sus particulares cuentas de la lechera: �si los americanos quieren substituir el 20% de la gasolina por etanol, nosotros tendremos que triplicar la producci�n para satisfacer la demanda del mercado de EEUU�.
La carrera del ma�z, de la ca�a de az�car; como anta�o la quim�rica carrera del oro. �Por qu� no correr? Hete aqu� que Prodi ha bendecido hace unos d�as en Brasilia la asociaci�n entre Petrobras y ENI para la construcci�n de 4 plantas para la producci�n de etanol. Y no s�lo en Brasil. En los pa�ses vasallos de Centroam�rica, en los m�s remotos de �frica, y por doquier, hay tierras que cultivar y sol para calentarlas. En el Sur del planeta.
Nadie dice que el etanol procedente de la ca�a sea peor que la gasolina procedente del petr�leo. Aun si hay serias dudas sobre la �sostenibilidad ambiental� , porque traer� consigo el espectacular incremento, adem�s de las inversiones, de los monocultivos, de los agrot�xicos, de las expulsiones de millones de campesinos, del uso de las tierras no para producir alimentos, sino combustibles. Tal vez exageren Fidel y Ch�vez, los Sin Tierra brasile�os y V�a campesina, en sus c�lculos sobre la destructividad del etanol. Tal vez pinten las cosas demasiado negras el chileno Miguel Altieri, experto en agroecolog�a de la Universidad de Berkeley que tacha al etanol de �imperialismo biol�gico�, y el ingl�s George Monbiot, que escrib�a hace poco en The Guardian sobre la capacidad contaminante de los biocombustibles (por la v�a rodeada de la deforestaci�n), �diez veces peor que el petr�leo�.
Lo cierto es que, tras el green washing, la mano de pintura verde dada al negocio del etanol; tras la triunfalista �declaraci�n de independencia energ�tica� lanzada por Bush en Brasilia; y tras las suicidas proclamas neo-lulistas de convertir �los 80 millones de hect�reas de la Amazon�a en la Arabia Saudita del biocombustible�, amaga el lado pol�tico. El objetivo es separar a Brasil, haci�ndole desempe�ar el papel de global player, del resto de una Am�rica Latina empe�ada en un arduo proceso de liberaci�n-integraci�n. Quebrar la �sinton�a de izquierda� que hasta ahora ha mantenido unidos, mal que bien gracias a la petrodiplomacia de Ch�vez, a gobiernos tan distintos como los de Brasil, Venezuela, Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay o Ecuador. Frenar el giro agresivamente antiimperialista y por lo mismo, anti-EEUU Recrear, con la coartada de la independencia energ�tica, la nueva/vieja dependencia de siempre.
* Maurizio Matteuzzi es el editorialista de pol�tica internacional del cotidiano comunista italiano Il Manifesto.     

Fuente: lafogata.org

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