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Gripe aviar:
Las culpas de la avicultura industrial
Stephen Leahy
IPS
Las granjas industriales son responsables del estallido del actual brote de
gripe aviar, y no los pequeños corrales instalados en viviendas particulares,
según el ambientalista Instituto Worldwatch.
Sesenta por ciento de la producción animal, incluidas las explotaciones
concentradas de cebado de animales (granjas de animales que no cultivan su
forraje, conocidas como CAFO, por sus siglas en inglés), se registra en el mundo
en desarrollo.
La desregulación y los subsidios que impulsan esos CAFO o granjas industriales
acercan esos establecimientos a áreas urbanas de Bangladesh, China, India y
muchos países de África, según el informe "Signos vitales 2007-2008", publicado
por el Instituto Worldwatch el 19 de este mes.
Aunque no hay una prueba científica concluyente al respecto, esas granjas
industriales son muy probablemente el lugar donde el virus de la gripe aviar
logró mutó hacia una cepa que enferma a los seres humanos y serán responsables
de próximas epidemias, dijo la investigadora Danielle Nierenberg, autora del
informe.
Cuarenta y dos de los 45 brotes de gripe aviar que estallaron en Laos en la
primavera boreal de 2004 se registraron en granjas industriales, y 38 de ellos
fueron en la capital, Vientiane.
En Nigeria, los primeros casos se detectaron también en una granja industrial
que poseía 46.000 aves. Se propagaron a otros 30 establecimientos y luego a
corrales domésticos vecinos, lo que obligó a avicultores pobres a sacrificar sus
pollos, destacó Nierenberg.
"El crecimiento de las granjas industriales en el mundo en desarrollo es
alentado por el aumento de la población de las ciudades, donde hay más dinero
para comprar carne", dijo la experta entrevistada por IPS.
Nierenberg atribuyó a ese fenómeno la cuadruplicación de los corrales mundiales
desde los años 60, hasta alcanzar 18.000 millones de aves.
La mayor parte de la avicultura correspondía antes a establecimientos modestos o
viviendas particulares. Hoy, la mayoría de las aves de corral esperan el
degüello en lugares donde conviven con varios miles.
Aglomerar 100.000 pollos en una única instalación para producir carne barata
crea la atmósfera perfecta para la propagación de enfermedades.
Por esa razón, la crianza intensiva de animales en Europa y América del Norte
incluye la administración de grandes volúmenes de antibióticos a pollos y cerdos
y al ganado vacuno.
El uso generalizado de antibióticos derivó en el surgimiento de bacterias
resistentes a esos medicamentos, lo que supone un riesgo adicional para la salud
humana.
El virus de la gripe aviar ha estado presente durante cientos de años en aves
silvestres y de corral, y era inofensivo para los seres humanos hasta 2003.
Ese año, la cepa H5N1 del virus logró contagiar a hombres y mujeres en contacto
directo con las aves y sus excrementos, y hasta ahora murieron 167, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
El mes pasado, se registró en Gran Bretaña el primer brote del virus H5N1 en una
granja industrial con 160.000 pavos y una procesadora de carne. Funcionarios del
gobierno británico explicaron el contagio por la importación de carne desde
granjas industriales de Hungría.
Las autoridades sanitarias de Rusia confirmaron el lunes un brote del virus H5N1
en cinco regiones diferentes alrededor de Moscú, que fue atribuido al sobrevuelo
de aves silvestres, a pesar de que en esta estación no hay movimientos
migratorios.
La agencia de noticias rusa Novosti aseguró que científicos rastrearon la cepa
del virus y localizaron su origen en un mercado de mascotas de la capital.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO) y la OMS también han atribuido la mutación del virus de la gripe aviar a
la migración de aves y a los corrales domésticos.
Como consecuencia de estas declaraciones, al menos 15 países prohibieron la
crianza de aves en viviendas particulares y en pequeños corrales comerciales.
Eso fue más dañino que beneficioso, según Nierenberg.
"Muchos de los 800 millones de granjeros urbanos del mundo, dedicados a cultivar
y a criar animales para alimentación, transporte y obtención de ingresos en
general en los patios traseros y en los techos de las casas, han sido
injustamente tomados como blancos", anotó la experta.
Cada vez hay más evidencia de que existen otros vectores de la enfermedad. Este
invierno no se detectó ningún pájaro silvestre con el virus en Europa o África,
aunque hubo brotes en Nigeria, Egipto y Europa, que han sido atribuidos por
expertos al tráfico ilegal e inadecuado de aves.
"Nuestra investigación muestra que el comercio global de aves de corral y los
pájaros migratorios están involucrados en la propagación del H5N1", dijo Peter
Daszak, director ejecutivo del Consorcio para la Medicina de la Conservación en
Nueva York y estudioso de la enfermedad.
La combinación de corrales inmensos y superpobladoss, el comercio internacional
de sus animales y la migración de aves silvestres constituye la receta perfecta
para propagar la enfermedad en todo el mundo, señaló Daszak en una entrevista.
Sin embargo, hay "un poco de juego de culpas" entre quienes responsabilizan del
surgimiento del virus H5N1 a las granjas industriales y los que acusan a las
aves migratorias.
"Las nuevas enfermedades son uno de los costos del desarrollo y el crecimiento",
opinó.
Daszak y sus colegas evaluaron el aumento de la incidencia de dolencias humanas
o animales como la fiebre de Ébola, la encefalopatía espongiforme bovina (mal de
las vacas locas), la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (enfermedad
neurodegenerativa sufrida por humanos que ingieren carne de reses afectadas por
la anterior), el sida y la gripe aviar.
El equipo de Daszak creen que ese aumento es consecuencia de cambios
ambientales, casi siempre ocasionados por la acción humana.
Como los seres humanos comparten muchos agentes patógenos con animales, el
impacto de sus acciones en las enfermedades animales constituyen una amenaza a
la salud pública, agregó.
"El sector avícola es el más globalizado de la agricultura. Hay un movimiento
increíble de pollos y otros productos", dijo la semana pasada al International
Herald Tribune Samuel Jutzi, director de Producción Animal y Salud en la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Antes, muchos de nosotros subestimábamos el rol del comercio" en el surgimiento
o propagación de las enfermedades humanas, agregó.
El virus H5N1 de la gripe aviar habitualmente no se desarrolla en aves
silvestres o criadas en corrales domésticos, porque sus poblaciones están
demasiado dispersas y son muy variadas, explicó Cathy Holtslander, de la no
gubernamental Coalición Más Allá de las Granjas Industriales, de Canadá.
Concentrar enormes cantidades de animales en espacios pequeños, alimentarlos con
la comida más barata posible, centralizar y acelerar el procesamiento y
distribuir el producto en todo el planeta del mundo contribuye a la expansión de
la influenza aviar, dijo Holtslander a IPS.
"Los pobres del mundo probablemente necesitarán más carne, pero nosotros, en
América del Norte y Europa, deberíamos comer mucho menos", afirmó Nierenberg.
Y sería mejor y más saludable obtener carne en sistemas de pequeña escala y
producción localizada. Las granjas industriales proporcionan carne barata porque
no consideran los costos reales en términos de contaminación del aire y del agua
y la aparición de enfermedades terribles en trabajadores y animales.
"La infraestructura de Estados Unidos apenas puede manejar los problemas
causados por las granjas industriales", dijo Nierenberg. "No sé cómo pueden
abordar esto en el mundo en desarrollo."