Nuestro Planeta
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Agua, transgénicos y monocultivos forestales
Carlos Santos
Ecoportal.net
Los servicios ambientales como estrategia de desplazamiento
En México los servicios ambientales han resultado ser la nueva estrategia
para desplazar a las comunidades campesinas de sus territorios. Desde las nuevas
"caras" de la privatización del agua y la contaminación transgénica del maíz a
la imposición de monocultivos forestales de especies exóticas, los "servicios
ambientales" no hacen otra cosa que ocultar "una estrategia más del capital para
expulsar a la gente de las comunidades indígenas" según afirma Aldo González.
Biodiversidad entrevistó al indígena mexicano de Oaxaca, quién habló del agua,
la tierra y las semillas así como de las prácticas tradicionales de indígenas y
campesinos, que siguen conformando una fuerte resistencia a la mercantilización
de los bienes comunes.
¿Cuál es la situación actual con respecto a la privatización del agua en las
sierras de Guerrero en Oaxaca?
Inicialmente nos pidieron el apoyo los compañeros de una comunidad que se llama
San Antonino, Castillo Velazco, en el distrito de Ococlán. Ellos querían que los
acompañáramos para darles alguna información sobre la problemática del agua en
otros ámbitos, porque en julio de 2005 les empezaron a llegar algunas cartas de
la Comisión Nacional del Agua en las que les pedían que fueran a la a pagar el
consumo excesivo que hacían de agua con la concesión que les dieron hace 10
años, aproximadamente.
Los campesinos se extrañaron porque cuando les dieron las concesiones no les
dijeron que tenían que pagar el agua. Cuando a preguntar en la Comisión Nacional
del Agua nos dijeron que nuestra concesión era, por ejemplo, por un cuarto de
hectárea, pero como nosotros regamos un cuarto de hectárea más algunas zonas
aledañas, del mismo pozo, estamos utilizando para regar más de un cuarto de
hectárea. La Comisión se dio cuenta de esto, según nos informaron, porque
revisaron los recibos de la Compañía Federal de Electricidad, entonces hizo una
multiplicación del consumo de electricidad por hora por la capacidad de
extracción de la bomba y eso da determinado volumen de metros cúbicos. Entonces,
de manera indirecta se dio cuenta que les estaban extrayendo mayor cantidad de
agua que la que habían autorizado en la concesión.
Ese es un problema. La gente dice no estar dispuesta a pagar el agua, eso porque
hay muchos factores atrás. Hace mucho tiempo estos lugares eran muy húmedos,
incluso había comunidades que reciben el nombre de "La ciénega", hoy solamente
queda el nombre, porque ya no hay agua, ya no es una ciénaga. Y esto es así
porque a finales de los años 70 la Secretaría de Agricultura y Recursos
Hidráulicos de aquel entonces inició un programa para decirles a los campesinos
de esas zonas que sus tierras estaban anegadas y que necesitaban hacer canales
para extraer el agua. Y lo que hicieron fue abrir canales para desecar esas
tierras y hoy el nivel del manto freático ha bajado enormemente. Ellos nos
dicen: "hace cincuenta años el agua que precisábamos para regar nuestras
hortalizas la sacábamos con un cántaro de los manantiales o hacíamos un hoyo en
la ciénega y salía el agua". Hace treinta años los pozos eran de 6 metros. Ahora
son de entre 25 metros hasta 40 metros de profundidad. Ha habido una pérdida de
los mantos freáticos enorme. El gobierno de alguna forma provocó esta situación,
porque ellos no sabían que iban a orientar el agua de las tierras, de manera
irresponsable hicieron esos canales para desecar las tierras.
No sólo hicieron los canales en pequeños arroyos, sino que hay un río que
atraviesa prácticamente todo el territorio de Oaxaca, al Norte -el río Salado- y
en la parte central y hacia el Sur -donde se llama río Atoyac-. Este río en
ocasiones inundaba la Ciudad de Oaxaca o las colonias periféricas, entonces se
vio como un problema y lo que se hizo fue profundizar el cauce, lo que hace que
ahora en lugar de un río sea un canal, al sacar el agua por el canal se está
desecando las tierras. Los campesinos agregan "cuando hicimos los pozos los
hicimos con nuestros propios recursos el gobierno federal nunca nos apoyó con
recursos económicos para que hiciéramos una inversión de esa naturaleza". Por
ejemplo, hay un subsidio que se da básicamente a los productores de maíz y
frijol que es el Procampo y ellos plantean "nosotros no recibimos el Procampo
porque no sembramos maíz ni frijol, sembramos hortalizas. Y como las hortalizas
no están subsidiadas, nosotros en nuestra comunidad no recibimos ningún
subsidio. Somos los que hemos hecho la inversión, no hemos recibido nunca apoyo
gubernamental y hoy vienen a decirnos que les debemos el agua". Por otro lado
hay otra situación en algunas comunidades donde se están venciendo las
concesiones. Las concesiones las otorgaron hace aproximadamente unos diez años,
ahorita se están venciendo y ellos tienen que renovar las concesiones para poder
seguir extrayendo el agua. Si no renuevan esas concesiones la Compañía Federal
de Electricidad -que es la que les suministra energía eléctrica para que activen
sus bombas- no les puede dar el servicio o les puede quitar el servicio por
falta de la concesión. Entonces ellos necesitan la concesión para seguir sacando
agua del subsuelo. Y la Comisión Nacional de Agua les dice "si quieres que te
renueve tu concesión tienes que colocar un medidor en tu pozo de agua, para que
sepamos con certeza plena cuántos metros cúbicos de agua estás extrayendo". Y la
gente dice: "nosotros no estamos dispuestos a poner contadores en nuestros pozos
de agua porque el agua no nos la da el gobierno".
Han hecho muchas acciones para que el agua se vaya de nuestras tierras y ahora
nos quieren cobrar el agua. En la región de la parte Sur del Valle de Oaxaca,
inicialmente fue la comunidad de San Antonino la que inició esta lucha, luego se
elevó a ocho el número de comunidades que estaban en esta situación, y ahora son
catorce comunidades.
En estos momentos están haciendo más difusión de la problemática que tienen con
el agua para invitar a campesinos de otras zonas a que se sumen a sus
emprendimientos.
Hay gente que está deseosa de que se haga una movilización de protesta para que
el gobierno escuche y solucione el problema. Nosotros vemos que hay una Ley de
Agua, en México, que prácticamente está convirtiendo en delincuentes a los
campesinos.
Desgraciadamente en el caso del Estado de Oaxaca estamos viendo que cada vez que
hay una movilización, hay policías, hay represión, entonces les hemos
recomendado a los campesinos que antes de hacer una movilización tienen que
hacer lo que están haciendo ahora: convocar a más gente para que en el momento
que sea necesario movilizarse no sea sólo una comunidad o un pequeño grupo de
campesinos movilizándose, sino que sea un gran movimiento de toda esa comunidad
del Valle de Oaxaca que pueda iniciar toda la protesta y difusión de esta
problemática. Ellos dicen "ya nos dimos cuenta que el problema no los puso la
ley, entonces ahora otra de nuestras demandas es que se cambie esa Ley Nacional
de Agua".
¿Cómo ha sido el avance de este sistema de "concesiones" de agua?
Lo que hemos visto en relación con el agua y la tierra es que, por un lado,
están concesionando el agua, ya sea de pozos, de ríos o de arroyos, nadie puede
sacar el agua sin autorización de la Comisión Nacional del Agua, y esta comisión
puede autorizar la concesión a campesinos que viven en esos lugares o a
particulares, aunque no vivan en ese lugar. Aunque no sean dueños de un pedazo
de tierra que esté alrededor del río.
Hay empresas mineras que no son dueñas del suelo del que están haciendo la
extracción del subsuelo y necesitan agua para sus actividades y se la dan, en
detrimento de las comunidades locales. Hay un río, por ejemplo, que es el río
Grande, que cuando baja de la montaña tiene un caudal importante, cuando llega a
la altura dela mina esa agua es utilizada para las actividades mineras y después
de las instalaciones de la minera el cauce del río disminuye considerablemente.
Porque la mina tiene muchas filtraciones, entonces se está escapando el agua
superficial a través de las filtraciones de la mina. La gente en estas
comunidades también están muy descontenta, porque la minera sigue profundizando
sus túneles y uno de esos túneles está llegando a la parte de abajo de los
manantiales de agua que surten a la comunidad. Si la minera llega con sus
túneles abajo de nuestro manantial, el manantial se va a secar. La minera dice
que no, pero las comunidades saben por experiencia de otros lugares donde
anteriormente había manantiales y actualmente ya no existen porque se filtraron
a los túneles de la mina.
Hay casos como estos que se están dando en México, en los que ya se ve la
problemática con el agua. No tanto de que les vayan a quitar la tierra a los
campesinos, pero sí que están provocando problemas por la concesión de agua en
las comunidades. El problema de la tierra está más relacionado con otro programa
gubernamental que es el Procede, Programa de Certificación de Derechos Ejidales,
que tiene relación con los ejidos, dotaciones de tierras que les dieron a las
comunidades, algunas indígenas y otras de mestizos. Debido a los bajos precios
de los cultivos indígenas la gente quiere vender la tierra para tener dinero y
poder emigrar a trabajar (a los Estados Unidos, por ejemplo). Entonces por se
está perdiendo la tierra de los ejidos, particularmente, porque la tierra de las
comunidades no se puede vender.
¿Qué articulación tienen estos problemas que mencionabas de la concesión de
agua para las comunidades indígenas o campesinas con las organizaciones que
trabajan esto a nivel urbano?
Hay poca articulación. La problemática es común, pero hay poca articulación. En
el caso del Valle de Oaxaca, vemos es que existe la necesidad de que se articule
un movimiento campesino y urbano, porque la Ciudad de Oaxaca, que está -digamos-
arriba de la cuenca donde están estos campesinos, les está extrayendo mucha
agua. Hay algunas empresas embotelladoras de agua que están alrededor de la
ciudad que están ubicadas en los lugares donde los mantos freáticos están más
altos y se están construyendo unidades habitacionales para la gente pobre, lo
que está dejando sin agua a las colonias populares que se encuentran alrededor
de estas unidades habitacionales. Como está en la parte más alta de la cuenca y
los campesinos están en la parte baja, se van a quedar sin agua. Por eso es
importante que se articulen entre los campesinos y los habitantes de las
ciudades para que se puedan establecer políticas sobre el uso del agua que estén
gestionadas por la gente. Porque la Comisión Nacional del Agua, las
constructoras, las embotelladoras, están haciendo un uso irracional de este
líquido vital.
¿Y cual es la relación de la problemática del agua con el pago por servicios
ambientales?
En relación al agua de las zonas boscosas hay una diferencia con el Valle de
Oaxaca, esa es una zona donde no llueve mucho, entonces ahorita tienen que
extraer el agua del subsuelo. Pero en las zonas boscosas hay lugares en lo que
lleva a haber hasta seis mil milímetros de precipitación anual, sin excepciones,
pero existen esos lugares donde hay una vegetación impresionante, árboles que
son endémicos de ese lugar. que son prehistóricos y que ahora se está
descubriendo su existencia.
En esos lugares hay algunos programas gubernamentales de la Secretaría de Medio
Ambiente, como el Prodefor, Programa para el Desarrollo Forestal, y de otros
programas relacionados con el medio ambiente y con el pago de los servicios
ambientales. Nosotros vemos el pago de los servicios ambientales como un
problema para las comunidades porque muchas veces, junto con el ofrecimiento de
pago de servicios, tienen que firmar un contrato. Al estos contratos, la
comunidad prácticamente está cediendo la oportunidad de tomar las decisiones de
lo que puede hacer en esas tierras, porque la contraparte del contrato es quien
pone las condiciones del uso del suelo entonces. Hay una pérdida de
determinación sobre el uso del suelo, una pérdida de autonomía. Junto con estos
programas de pago por servicios ambientales, sobre todo servicios ambientales
hídricos, también están impulsando la reforestación, pero con una sola especie.
Entonces están impulsando el establecimiento de plantaciones de monocultivos,
que pueden ser árboles nativos o árboles de afuera, pero son monocultivos.
Además hay un componente adicional: en ocasiones están motivando a la gente a
que siembre esos arboles en los terrenos donde antes sembraba maíz. Si siembra
esos árboles ya no va a poder sembrar maíz y va a tener que abandonar esa
tierra. Entonces vemos que los servicios ambientales funcionan como una
estrategia más del capital para expulsar a la gente de las comunidades
indígenas.
Y con respecto al "tipo" de servicio ambiental, te referías a los "servicios
hídricos": ¿hay una diferenciación en el pago por esos servicios con respecto a
los otros o estos contratos son generales, donde se paga por todos los servicios
del bosque o de la selva?
Lo que dicen es "vamos a pagar por todos los servicios hídricos pero esto va a
ser por hectárea", o sea, tu te comprometes a no tocar determinado número de
hectáreas y yo te voy a pagar 400 pesos por hectárea al año, por ejemplo. Ese es
el tipo de pago por servicio que están impulsando. Es una grosería, porque la
gente puede sacar mucho más de 400 pesos por hectárea en un año de su bosque sin
necesidad de hacer un mal uso de él. Están obligando a la gente a dejar su
bosque.
Y con eso dejar el lugar donde viven.
Sí, y su cultura. La relación con el entorno va a cambiar porque no van a poder
hacer uso de las plantas medicinales o de la madera.
Ustedes también han llevado adelante un importante proceso que están llevando
ustedes de descontaminación del maíz nativo -contaminado con transgénicos-, ¿qué
pasó con la última cosecha?
En la última cosecha que -es la del 2005- se hizo un muestreo en el Valle de
Oaxaca, en seguimiento aun muestreo que habíamos hecho en el 2003, decidiendo
ahora solamente muestrear las plantas con deformaciones morfológicas. De la
totalidad de las plantas con deformaciones que se muestrearon alrededor del 10%
dio positivo para la presencia de algún tipo de transgénico, lo cual es un
porcentaje muy bajo. Sin embargo consideramos que este porcentaje puede ser
engañoso, en primer lugar porque como son plantas contaminadas, esta
contaminación se pudo producir hace cuatro, cinco o más generaciones, entonces
los sistemas que fueron diseñados por las mismas empresas para detectarlos puede
ser que no estén funcionando para lo que fueron diseñadas. Pensamos que la
aparición de tantas deformaciones en las plantas nativas puede ser un indicador
de la contaminación, pero ya no es la contaminación pura, sino que pudo tener
algún cambio genético al interior de la planta. Y esto está provocando, por un
lado, las malformaciones pero, por otro, que no se pueda detectar la presencia
de transgénicos por los métodos que fueron arreglados para detectar transgénicos
en la primera generación.
¿Y cómo vienen llevando adelante este proceso? Están identificando las
variedades con malformaciones, pero ¿que pasa con la reivindicación de la
cultura indígena como mecanismo de defensa contra los transgénicos?
Una de las cosas que hemos estado planteando con los compañeros de las
comunidades con las que nos ha tocado trabajar es decir que tienen que seguir
cultivando el maíz, monitoreando sus milpas, pero ahora le tienen que poner
mayor cuidado a detectar la presencia de alguna malformación y que si llegan a
detectar alguna malformación le tienen que quitar la espiga para que no siga
expandiendo el polen. Esto no es algo nuevo. Esto se practica en algunas
comunidades desde hace cientos de años.
El maíz es una planta que puede polinizar a muchas más plantas entonces no se
necesita que todas las plantas tengan la espiga. Desespigar a las plantas más
pequeñas, con malformaciones, o a las más débiles, puede ayudar también a que
las características de las plantas vayan siendo las que la gente quiere. Es una
práctica tradicional de algunas comunidades que ahorita la estamos compartiendo
con otras que no la realizaban para ir mitigando el proceso que sabemos que no
está en todas partes.
En algunas comunidades prácticamente ha acabado con algunos cultivos, pero en
otras es muy raro que se puedan encontrar malformaciones. Así que el proceso de
contaminación no es homogéneo es diferente en cada comunidad y en cada región
del Estado de Oaxaca y en el país. Pero lo más importante es que la gente siga
cultivando el maíz, conservando sus variedades nativas, y que las cuide de esta
forma, sin necesidad de contar con apoyos gubernamentales porque generalmente
cuando hay apoyos gubernamentales están orientados a otra cosa y termina en un
fracaso. Aquí se trata de impulsar una alternativa que venga desde abajo, desde
las comunidades.
Para el intercambio de semillas entre las comunidades, ¿están tomando algún
tipo de precaución especial? ¿Esto también se ha visto afectado por la
contaminación?
Se sigue realizando el intercambio, básicamente entre comunidades que están en
un mismo ecosistema. El intercambio de semillas se realiza entre comunidades con
características ecológicas similares, pero poco a poco la gente está tomando
conciencia de que ya no es tan confiable hacer el intercambio de semillas, por
la contaminación. Lo siguen haciendo pero ahora lo hacen con más cuidado.
Revista Biodiversidad de octubre de 2006, proyecto conjunto de REDES-AT
(Uruguay) y GRAIN (España)