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El 2006 y la plutocracia
Silvia Ribeiro*
La concentración corporativa global compras y fusiones entre empresas
alcanzó una cifra récord al cierre del 2006. En nuestra vida cotidiana, esto
significa que las empresas son cada vez menos pero cada vez más grandes, con
mayor poder para imponernos sus productos y pautas de consumo, determinar
condiciones laborales o desempleo y ejercer presiones de todo tipo sobre
congresistas, gobiernos o instituciones internacionales para lograr las normas y
legislaciones que consideren necesarias. Lo que no pueden lograr por mecanismos
de mercado lo pueden imponer a través de leyes a su favor, como ha sucedido en
múltiples oportunidades en el año que pasó y los anteriores.
Según la firma de análisis de mercados Thomson Financial, el valor total de las
fusiones y adquisiciones empresariales en el 2006 alcanzó los 3.79 billones
(millones de millones) de dólares estadunidenses a nivel global, lo cual
significó un aumento de 38 por ciento sobre este tipo de operaciones en el 2005.
Según la firma Dealogics el valor total sería aún mayor, llegando a 3.98
billones.
El fenómeno de la concentración corporativa no es nuevo. Al contrario, es parte
de la lógica intrínseca del capitalismo: las empresas se van comiendo unas a
otras para eliminar competencia y controlar mejor tanto precios y mercados, como
a los trabajadores y consumidores que cada vez tienen menos opciones. En la
década de 1990 al 2000, el ritmo de fusiones y adquisiciones se aceleró en forma
nunca antes vista, comenzando 1990 con un valor total de 462 miles de millones y
cerrando en el año 2000, con un increíble pico de 3.5 billones de dólares;
multiplicando así 7.5 veces el valor inicial.
En esa década ocurrieron las compras y fusiones entre grandes petroleras (Chevron+Texaco,
Exxon + Mobil Oil, BP + Amoco, Total+Petrofina+Elf), que significaron un
importante porcentaje del volumen total de este tipo de operaciones. Fue
superado sin embargo por el volumen combinado de compras entre las empresas de
telecomunicaciones y de alta tecnología. Estas fueron las responsables del pico
del año 2000.
El nuevo récord de 2006 supera el nivel del año 2000. Aunque los analistas
indican que esta vez el volumen está repartido entre más industrias, nuevamente
se encuentran entre los actores principales al sector de telecomunicaciones con
la compra de la empresa BellSouth por parte de AT&T y el sector de alta
tecnología (computación, Internet y electrónica), seguido ahora por el sector de
las mal llamadas industrias "de la vida" (biotecnología).
Entre las operaciones que dan la tónica del 2006, se encuentra la compra de la
empresa de Internet YouTube por parte de Google, un gigante silencioso que tiene
mucha más influencia en nuestra vida de la que quizá advertimos. YouTube es un
sitio ampliamente conocido a nivel mundial, donde se pueden ver y cargar videos
que son vistos por muchos otros usuarios. Es en muchos casos la única fuente de
difusión posible frente a los monopolios de las telecomunicaciones. La primer
acción de Google cuando compró YouTube fue borrar más de 30 mil videos de los
que estaban en el sitio, según ellos para proteger la propiedad intelectual de
partes interesadas en esos videos; marcando de paso que Google es un Hermano
Mayor al servicio del sistema.
En el sector de industrias de la vida, el negocio más importante fue la compra
de la empresa Biomet, que fue adquirida por un grupo inversor que incluyó al
Blackstone Group y al Texas Pacific Group. Esta compra es significativa por
varias razones. Marca una tendencia de grupos privados de inversión que compiten
por las compras de empresas: no se trata solamente de competencia entre
corporaciones del sector, sino de grupos de inversores que sólo evalúan el
negocio, no les importa la actividad en sí, sino sus posibilidades de lucro. A
esta luz, es significativo que Biomet sea una empresa que se dedica a la venta
de prótesis médicas, varias de las cuales se basan en el uso de bio-nanotecnología.
Más allá de si estas prótesis podrían ayudar a quienes lo necesitaran o
acarrearían nuevos problemas, en este contexto indican la tendencia de la
industria a invertir agresivamente en la "mejora del desempeño humano", es
decir, la definición por parte de la industria de quien puede (¿y debería?) ser
"mejorado", abriendo una nueva brecha de capacidades entre los que puedan pagar
y los que no.
En este sector, también es importante la compra de la empresa semillera Delta &
Pine por parte de Monsanto. Aunque menor en volumen, es tremenda en significado:
Delta & Pine era la mayor empresa de semillas de algodón en el mundo, con lo que
Monsanto pasa a controlar también este rubro. Pero además, Delta & Pine es
creadora de la tecnología "Terminator" para hacer semillas suicidas, que ya no
puedan volver a reproducirse. Ahora Monsanto es la mayor empresa semillera en el
mundo y controla también la patente para hacer las semillas suicidas y que todos
los agricultores tengan que comprarle cada año.
Aunque los ejemplos son diversos, de fondo muestran lo mismo: la intención
crecientemente descarnada de controlarnos, para aumentar las ganancias de cada
vez menos, pero más poderosos.
*Investigadora del Grupo ETC
www.etcgroup.org