Medio Oriente - Asia - Africa
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Bienvenidos a ‘Palestina’
Robert Fisk
Belfast Telegraph
Traducido del inglés por Sinfo Fernández
¡Qué molestos resultan esos musulmanes del Oriente Medio! En primer lugar,
les pedimos a los palestinos que abracen la democracia y entonces van y eligen
al partido equivocado –Hamas-, y Hamas va y gana una mini-guerra civil pasando a
dominar la Franja de Gaza.
Y nosotros, occidentales, aún queremos negociar con el desacreditado Presidente,
Mahmud Abbas. Hoy, "Palestina" –y permítanme que mantenga esas comillas en su
sitio- tiene dos primeros ministros. Bienvenidos a Oriente Medio. ¿Con quién
negociaremos? ¿A quién nos dirigiremos para hablar? Por supuesto que deberíamos
haber hablado hace meses con Hamas. Pero no nos gustaba el gobierno elegido
democráticamente por el pueblo palestino. Se suponía que iban a votar por Fatah
y por sus corruptos dirigentes. Pero votaron por Hamas, que rechaza reconocer a
Israel o acatar el totalmente desacreditado Acuerdo de Oslo.
Nadie preguntó –desde nuestra parte- a qué particular Israel se suponía que
Hamas tenía que reconocer. ¿El Israel de 1948? ¿El Israel de las fronteras
posteriores a 1967? ¿El Israel que construye –y continúa construyendo- inmensos
asentamientos para judíos y sólo para judíos en la tierra árabe, engullendo
hasta más del 22% de la "Palestina" sobre la que aún hay que negociar?
Y por eso, hoy se supone que tenemos que hablar con nuestro fiel policía, el Sr.
Abbas, el "moderado" (como le denominan la BBC, la CNN y Fox
News) dirigente palestino, un hombre que escribió un libro de 600 páginas
sobre Oslo sin mencionar ni una sola vez la palabra "ocupación", refiriéndose
siempre a la "reorganización israelí" como "retirada", un "dirigente" en el que
podemos confiar porque mantiene lazos y va a la Casa Blanca y siempre dice todo
lo que nos resulta conveniente. Los palestinos no votaron a Hamas porque
quisieran una república islámica –que es cómo se representará la sangrienta
victoria de Hamas- sino porque estaban cansados de la corrupción del Fatah del
Sr. Abbas y de la naturaleza putrefacta de la "Autoridad Palestina".
Recuerdo que hace años me convocaron a la casa de un funcionario de la AP cuyos
muros acababan de ser perforados por el proyectil de un tanque israelí. Y así
era. Pero lo que me dejó atónito fueron los grifos chapados en oro de su baño.
Esos grifos –o cualquiera de sus múltiples variantes- fueron los que le costaron
las elecciones a Fatah. Los palestinos querían que la corrupción –el cáncer del
mundo árabe- se acabara y por eso votaron a Hamas, y a continuación, nosotros,
los siempre tan sabios y tan buenos occidentales, decidimos sancionarles y
matarles de hambre e intimidarles por ejercer su voto libre. ¿Ofreceríamos quizá
a "Palestina" ser miembro de la UE si hubieran sido lo suficientemente graciosos
como para votar por la gente correcta?
En Oriente Medio, ocurre lo mismo con todo. Apoyamos a Hamid Karzai en
Afganistán, aunque mantenga en su gobierno a señores de la guerra y a barones de
la droga (y, a propósito, lamentamos mucho todas esas muertes de civiles afganos
inocentes de nuestra "guerra contra el terror" en los páramos de la provincia de
Helmand).
Amamos al Hosni Mubarak de Egipto, cuyos torturadores no han terminado aún con
los políticos pertenecientes a los Hermanos Musulmanes arrestados recientemente
fuera de El Cairo, cuya presidencia recibió el cálido apoyo de la Sra. –sí, la
señora- George W Bush, y cuya sucesión pasará casi con seguridad a su hijo,
Gamal.
Adoramos a Muammar Gaddafi, el enloquecido dictador de Libia cuyos hombres lobo
han asesinado en el extranjero a sus oponentes, cuyo complot para asesinar al
Rey Abdullah de Arabia Saudí precedió a la reciente visita de Tony Blair a
Trípoli –debería recordarse que el Coronel Gaddafi fue llamado "hombre de
estado" por Jack Straw por abandonar sus no existentes ambiciones nucleares- y
cuya "democracia" es perfectamente aceptable para nosotros porque está a nuestro
lado en la "guerra contra el terror".
Si, y amamos también la inconstitucional monarquía del Rey Abdullah en Jordania
y de todos los príncipes y emires del Golfo, especialmente todos aquellos a los
que nuestras empresas de armamento pagan sobornos tan escandalosos que hasta
Scotland Yard tiene que cerrar sus investigaciones por orden de nuestro Primer
Ministro –y sí, puedo comprender, en efecto, por qué no le gusta la cobertura
que "The Independent" hace sobre lo que él llama "el Oriente Medio". Si
los árabes –y los iraníes- apoyaran tan sólo a nuestros reyes y shahs y
príncipes cuyos hijos e hijas se educan en Oxford y Harvard, cuán fácil nos
resultaría controlar "el Oriente Medio".
En cuanto a eso –control-, hay lo que hay, y esa es la razón por la que tenemos
que ofrecer, y retirar, los favores de nuestros líderes. Ahora Gaza pertenece a
Hamas, ¿qué harán nuestros electos dirigentes? ¿Tendrán que dialogar nuestros
pontífices de la UE, de las Naciones Unidas, de Washington y Moscú con esa gente
horrible y desagradecida (no tengan miedo, que ellos no les van a estrechar la
mano) o tendrán que reconocer la versión cisjordana de Palestina (en las buenas
manos de Abbas) mientras ignoran al elegido y militarmente victorioso Hamas en
Gaza?
Desde luego que resulta fácil echar una maldición sobre ambos. Pero así nos pasa
con todo el Oriente Medio. Si tan sólo Bashar al-Asad no fuera Presidente de
Siria (sólo el cielo sabe cuál sería la alternativa) o si el chiflado Presidente
Mahmud Ahmedineyad no controlara Irán (aunque actualmente no conoce dónde
empieza y dónde termina un misil nuclear). Si Líbano fuera sólo una democracia
de nuestra propia cosecha como nuestros pequeños países de patio trasero de
césped, por ejemplo, Bélgica o Luxemburgo. Pero no, esos molestos
medio-orientales votan siempre por la gente equivocada, apoyan a la gente
equivocada, aman a la gente equivocada, no se comportan como nosotros, los
civilizados occidentales.
Así pues, ¿qué es lo que vamos a hacer? ¿Apoyar que se vuelva a ocupar Gaza,
quizás? En todo caso, lo que no haremos será criticar a Israel. Y seguiremos
reservando nuestros afectos para los reyes y princesas y poco atractivos
presidentes del Oriente Medio hasta que toda la zona nos estalle en la cara y
entonces diremos lo mismo que estamos diciendo ya de los iraquíes: que no se
merecen nuestro sacrificio y nuestro amor.
¿Cómo vamos a abordar un golpe de estado de un gobierno elegido?
Fuente:
http://www.belfasttelegraph.co.uk/news/world-news/article2663743.ece
Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate. .