Medio Oriente - Asia - Africa
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Permanecen en un almacén de pescado en un puerto mauritano
Pasajeros del Marine I continúan retenidos en espera de su deportación
Sergio Puente
Periodico Diagonal
Han pasado más de dos meses desde que los pasajeros del Marine I fueran
desembarcados en el puerto mauritano de Nuadibú. Pese al tiempo transcurrido,
aún permanecen retenidos y confinados 23 de los 369 inmigrantes.
A mediados de febrero, nada más tocar tierra los pasajeros, la diplomacia
hispana inició contactos con diferentes gobiernos para su repatriación a
terceros países. Casi inmediatamente, 35 pasajeros -22 birmanos, 10 de Sri Lanka
y tres afganos- fueron deportados a un CIE en Gran Canaria después de la
mediación, no exenta de dificultades, de ACNUR.
Finalmente, sin que el Gobierno español admitiera a trámite sus solicitudes como
refugiados políticos, el 26 de marzo han sido deportados desde Canarias nueve de
los diez ciudadanos de Sri Lanka. Del resto de los más de 300 inmigrantes
retenidos en Mauritania, los 35 de origen africano -24 de Guinea Conakry, nueve
de Sierra Leona y dos de Liberia- fueron trasladados pocos días después de su
desembarco, bajo custodia policial, en un rocambolesco periplo, a Guinea
Conakry, país inmerso en un grave conflicto interno. El resto de los pasajeros
-la mayor parte- permaneció, según denuncia Rafael Lara, de la Asociación Pro DD
HH de Andalucía, "privados de libertad en condiciones infrahumanas y
degradantes, hacinados en el almacén de pescado en el que fueron encerrados tras
ser desembarcados, en el que se les obliga a permanecer sentados y/o tumbados,
alimentados con frecuencia a base de bocadillos". La Media Luna Roja denunció
que los aseos del hangar "están atascados, el techo está agujereado y hay un
olor insoportable que se propaga por todo el lugar".
A lo largo de estos meses, en un lento goteo, las autoridades españolas han
logrado ir deportando a la mayor parte de los pasajeros del Marine 1 -139
pakistaníes y 137 indios- a sus respectivos países de origen. Pero todavía
quedan 23 personas retenidas en Nuadibú. Por otro lado, y en protesta por estos
hechos, Jesús Hidalgo, giennense, y fundador del Colectivo Queda la Palabra
centrado en la reivindicación y defensa de los DD HH, protagoniza desde el 14 de
marzo una huelga de hambre ante el Congreso de los Diputados. No es la primera
vez que Hidalgo se embarca en una protesta solidaria similar ya que tiene a sus
espaldas otras dos huelgas de denuncia de abusos. La retención ilegal en
Mauritania y las deportaciones arbitrarias de los inmigrantes del Marine I por
parte de las autoridades españolas son denunciadas por Hidalgo como el "pequeño
Guantánamo español". Éste es el punto de partida de una protesta iniciada, según
sus propias palabras, "tras comprobar la pasividad de las ONG y la indiferencia
de los partidos políticos españoles", que le fuerzan a "la única acción
posible". Hidalgo reclama, invocando la Declaración Universal de los DD HH, que
se les permita ejercer su derecho a la libre circulación y que les sea respetado
el derecho a la integridad física y psíquica, "frente a la tortura a la que
están sometiendo a estos trabajadores". Para Hidalgo, "esta situación no es más
que la punta del iceberg: hace tiempo que venimos diciendo que este caso no
sería ni el primero ni el último".
Y como para darle la razón, el 23 de marzo un nuevo barco, esta vez con 300
inmigrantes asiáticos a bordo, fue interceptado a 80 millas de la costa de Dakar
(Senegal). La nave, bautizada como Happy Day, y de bandera norcoreana, fue
interceptada, a instancias de la policía española, por la patrullera italiana
Dattilo, que forma parte del dispositivo de vigilancia desplegado en la zona por
la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras
Exteriores (FRONTEX). El Ministerio de Asuntos Exteriores español, tras intentar
en vano que tres países africanos (Senegal, Mauritania y Guinea Conakry)
aceptaran el desembarco de estos nuevos tripulantes, ha iniciado gestiones
diplomáticas con el gobierno de Corea del Norte, que han resultado infructuosas.
La caótica situación ha dado un vuelco al retirar el FRONTEX la vigilancia de la
patrullera italiana sobre el Happy Day. Al cierre de esta edición se desconocía
el destino final de la embarcación y la situación de sus pasajeros. El Gobierno
español teme que el barco, ya sin impedimentos, tome de nuevo rumbo hacia
Canarias. Para la Comisión Española de Apoyo al Refugiado (CEAR) "estas
actuaciones responden a una política de externalización que implica que el
control de las migraciones ya no se realice en las fronteras europeas, sino en
fronteras de países terceros".