Guinea Bissau
La emergencia de un nuevo narco-estado
Maria Chiara Bianchini
gloobal.net
Guinea Bissau se ha convertido en un punto clave del tránsito de cocaína entre
América Latina y Europa. Los traficantes se aprovechan de la poca vigilancia, de
la inestabilidad política y de la pobreza para ejercer su actividad.
En los últimos dos años han habido más de 50 aprendimientos de drogas, según la
Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNDOC). "Y esto es sólo
la punta de iceberg", dijo Antonio Mazzitelli, representante de UNDOC para
África Central y Occidental.
Se cree que sean pocos los habitantes locales que consuman drogas. Sin embargo,
los traficantes los cooptan para que proporcionen vigilancia, transporte y otros
tipos de servicios. Unos 6 gramos de cocaína tienen más o menos el mismo valor
que un salario medio anual en Guinea Bissau.
El país ocupa el quinto lugar más bajo en el último índice de desarrollo humano
de las Naciones Unidas y todavía lucha para recuperarse de la breve guerra civil
que acabó hace seis años. Los analistas están de acuerdo en que las tensiones
políticas podrían encender de nuevo la violencia y por esto los donantes son
reacios a ofrecer ayuda, y el gobierno sigue estando carente de fondos y
eficiente.
"Puesto que el Estado es incapaz de controlar su propio territorio, los
traficantes pueden actuar tranquilamente", dijo Mazzitelli. "En otros países
costeros de África, los traficantes puden encontrarse con controles policiales
pero en Guinea Bissau los riesgos son muy bajos".
La situación es tan grave que la estabilidad del gobierno resulta afectada por
el hecho de que los traficantes están ampliando sus bases dentro de los
ministerios, el ejército y a policía, según dicen varias fuentes cercanas a este
comercio que han hablado desde el anonimato.
Los hechos.
Los traficantes utilizan aviones y barcos para dejar y recoger las drogas a
través del laberinto de islas e bahías que forman la costa de Guinea Bissau,
según dicen los expertos regionales. Los países de la costa occidental de
África, como Guinea Bissau, Guinea, Senegal, Nigeria, Togo, Ghana y otros se han
convertido cada vez más en zonas de tránsito, al punto que hay cocaína
literalmente arrojada por el mar en las playas.
Después de haber escuchado cuentos sobre unos pescadores que recogieron bolsas
de un misterioso polvo blanco y las usaron el año pasado para condimentar comida
o como fertilizante, la UNDOC visitó la aldea de Quinhamel, a 30 km al occidente
de la capital, Bissau, para investigar.
"Confirmamos que en el área se había hundido un barco en octubre [2005] y que
los pescadores recogieron varias bolsas de cocaína que estaban flotando en el
agua", dijo Mazzitelli.
"También supimos que poco después llegó a Bissau un avión privado con un
pasajero de África occidental y dos latinoamericanos venidos para volver a
comprar las bolsas. La policía los cogió y confiscó cerca de 700.000 euros, pero
fueron dejados en libertad un par de días después".
Mazzitelli dijo también que, al poco tiempo, otro avión privado llegó a España
desde Guinea-Bissau, con un cargo de 100 kg de cocaína, por un valor que
alcanzaba los 5 millones de dólares en el comercio callejero. "Pensamos que
todos estos hechos están relacionados".
El Tesoro involucrado.
El secuestro más grande realizado en Guinea Bissau, tuvo lugar el 26 de
septiembre de 2006 después de un tiroteo en la capital. "La policía arrestó a
dos personas con pasaportes venezolanos y confiscó ordenadores, armas de fuego,
radios y unos 674 Kg de cocaína", dijo Mazzitelli.
La policía depositó la droga, de un valor aproximado de 39 millones de dólares,
en la tesorería nacional y luego desapareció, según un oficial del Tesoro que
pidió quedar anónimo. "Unos soldados vinieron pidiendo poder contar la droga y
nunca la hemos vuelto a ver".
El vocero del ejército, Arsenio baldé, dijo que no han sido los soldados quienes
se llevaron la droga. "Tal vez era gente con uniforme militar pero no eran
verdaderos soldados", dijo.
El ministro de justicia Namuano Gomes dijo estar convencido de que la policía
destruyó la cocaína, sin embargo él no lo había presenciado personalmente.
"La cadena de los eventos se rompe en este punto", dijo Mazzitelli. "No existen
pruebas de que es lo que se destruyó, si es que algo se destruyó. Por lo que
sabemos podrían haber destruido 674 kg de cemento blanco".
El Ejercito acusado.
Puesto que el Estado no puede pagar los salarios o las indemnizaciones del
demasiado grande ejército nacional, muchos soldados reciben dinero de los
traficantes de drogas a cambio de garantizar seguridad, según fuentes cercanas
al ámbito del tráfico de drogas.
El portavoz del Ejército Baldé negó este hecho diciendo que "las cosas en Guinea
Bissau andan mal, pero no tan mal".
Gomes dijo que el sistema de justicia y las fuerzas de seguridad del país son
incapaces de manejar el problema. Dijo que la guerra civil de 1999 ha debilitado
las instituciones y que no hay coordinación entre la policía, las patrullas
fronterizas, la guardia aduanera y el ejército.
"En este país no tenemos ni siquiera una prisión en condiciones", dijo. "Así que
aunque perseguimos a alguien, no pensamos mantenerlo por mucho más de un año. Al
final simplemente les dejamos irse".
También dijo que las demandas internacionales para que Guinea Bissau pare el
tráfico de drogas no son razonables.
"Las drogas no vienen de Guinea Bissau y nosotros no las consumimos, sin embargo
nos dicen que tenemos que patrullar nuestras islas deshabitadas y nosotros ni
logramos patrullar los lugares donde vive nuestra gente", dijo Gomes. "¿Cómo
pueden esperar que los policías, que no están recibiendo sueldo, entreguen
bolsas de droga sin recibir nada a cambio?. ¿Como pueden esperar que los civiles
entreguen información si no les podemos ofrecer incentivos y puesto que las
personas, a todos los niveles de la sociedad, reciben beneficios por facilitar
el tráfico de drogas?".