Los PRSP: Nueva fase de los Programas de Ajuste Estructural en
África subsahariana
Roger Benítez
CEPRID
El lanzamiento por parte del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario
Internacional (FMI) de los Documentos Estratégicos para la Reducción de la
Pobreza (PRSP, por sus siglas en inglés), marcó un viraje no solo en el discurso
de dichas instituciones financieras, sino un enfoque multidimensional de la
relación de las potencias capitalistas desarrolladas con los países
subdesarrollados.
Debido a la insostenible crisis de legitimidad que atravesaban las instituciones
de Bretton Woods y el consiguiente rediseño de la Iniciativa para los Países
Pobres Altamente Endeudados II (HIPC II, por sus siglas en inglés), los PRSP se
convirtieron en la condicionalidad fundamental dentro de la Iniciativa.
Los Programas de Ajuste Estructural (PAE), que desde la década de los años 80
pasaron a formar parte de las agendas de los gobiernos africanos, rigurosamente
monitoreados por el BM y el FMI, demostraron su inconsistencia para resolver los
problemas económicos, heredados de la crisis de la deuda externa. El impacto
social de los programas profundizó males como la pobreza, la malnutrición, el
analfabetismo y otros, que afianzaron la deformación estructural histórica de
los propios países de África subsahariana. La influencia directa, por otra
parte, de las políticas neocoloniales de las antiguas metrópolis hacia sus ex
colonias (luego de la independencia política) acentuó tal deformación en materia
de comercio y desarrollo productivo.
La crisis de las instituciones que promulgaban las políticas "puramente
ortodoxas", dio lugar a la búsqueda de un discurso aparentemente más humano,
donde el peso fundamental recaería sobre las comunidades y las ONGs. Es por ello
que los objetivos de los PRSP, según el FMI, giran en torno a:
- Promover estrategias "nacionales" basadas en la amplia participación de la
sociedad civil. - Beneficiar directamente a los pobres de los resultados
alcanzados. - Reconocer y comprender la naturaleza multidimensional de la
pobreza. - Involucrar tanto a los factores locales (gobiernos y empresarios
nacionales) como a los externos (donantes) en los proyectos de política. - La
reducción de la pobreza a largo plazo (1).
Lo novedoso de estas declaraciones es precisamente el reconocimiento de la
pobreza como un fenómeno multidimensional y no como el resultado de las
capacidades individuales, precepto que rige en una economía de mercado donde el
papel económico del Estado queda minimizado. Si bien el sector público daba
señales de un profundo debilitamiento, la no inclusión de éste entre los
donantes y los proyectos locales crea un sesgo en el cual se limita la capacidad
de definir una estrategia nacional coherente, y lo ubica así en una posición
marginada en el proceso de negociación, a pesar de seguir siendo la principal
contraparte de la política de las Instituciones de Bretton Woods.
En cuanto al grado de homogenización, se distinguen claramente puntos de
divergencia respecto a los PAE. En los años 90, el ajuste se caracterizó por su
imposición abrupta. Su medida estandarizada para todos los países africanos no
tuvo en cuenta características específicas. Por su parte, los PRSP en gran
medida difieren de esta concepción. En este caso, el punto de partida son los
gobiernos que elaboran los "Planes Nacionales". Por ello, un análisis exhaustivo
de los PRSP tiene que tener en cuenta no solo las bases en las cuales se lanza,
sino la forma que adopta en cada país elegible a la iniciativa HIPC.
A finales de agosto de 2005, 49 países habían redactado completamente sus PRSP y
se encontraban en fase de aplicación y otros 11 habían redactado el documento
pero no habían implementado aún las políticas (nos referimos al conjunto de
todos los países subdesarrollados, africanos incluidos). Senegal resulta un caso
ilustrativo dada la histórica relación con las Instituciones de Bretton Woods.
Su gobierno redactó el Documento Estratégico para la Reducción de la Pobreza en
el año 2001 y fue aprobado por el FMI y el BM en diciembre de 2002. (2) El
documento se basó en el mecanismo de los Planes Prioritarios de Acciones (PPA),
en los cuales los proyectos se agruparon en tres categorías: los relacionados
con la creación de riqueza; los concernientes al fortalecimiento de las
capacidades y servicios sociales (en otras palabras: infraestructura); y los
planes con vistas al mejoramiento de las condiciones de vida de los grupos más
vulnerables.(3)
Paradójicamente, para el año 2004, Senegal había alcanzado el punto de decisión
de la Iniciativa HIPC y para ello, de los 79 planes recogidos en el documento,
solo se habían puesto en marcha 54. De los planes vinculados a la creación de
riqueza, fue aprobado el 79.31%, de los relativos a la infraestructura, el
85.19%; y de los dirigidos al mejoramiento de las condiciones de vida a los
sectores más vulnerables, el 34.78%(4).
Los resultados indican un marcado interés hacia aquellos sectores más
productivos o generadores de ganancias o, en su lugar, los que crean una
infraestructura atractiva para las inversiones extranjeras directas. Por lo
tanto, lejos de constituir un plan dirigido a combatir directamente el fenómeno
de la pobreza, los PRSP prevalecen como una política basada en sectores
atractivos y no se establecen prioridades que favorezcan los sectores sociales.
La crítica ortodoxa neoliberal afirma que la aplicación de los PRSP constituye
el elemento corrector de los PAE, al ser tomadas en cuenta las "distorsiones
sociales". Sin embargo, no son más que la búsqueda de la aceptación social del
neoliberalismo. La relación directa que se establece entre las organizaciones
locales, fundamentalmente las ONGs y los donantes externos, constituyen el nuevo
mecanismo de las Instituciones de Bretton Woods para acentuar la desarticulación
de los Estados africanos y convertir a la sociedad civil en defensora del
discurso neoliberal.
El BM y el FMI no soslayan el concepto de eficiencia económica según los
patrones internacionales. Por tanto, la aplicación de los PRSP no niega la
necesidad del ajuste neoliberal; de ahí que, si bien los procesos de
privatización, desregulación y orientación exportadora continúan, el discurso de
erradicación de la pobreza y alivio de la deuda externa está dirigido a
persuadir a las masas.
Una vez más se demuestra cómo las instituciones financieras internacionales
crean el marco propicio para garantizar la reproducción del capitalismo mundial,
minando los esfuerzos de los países en desarrollo para salir de la crítica
situación de marginación en que se encuentran. Las políticas neoliberales de hoy
no son las mismas que décadas atrás. Los PRSP no son más que una fase superior
de los PAE, cuyo discurso evoluciona ante las nuevas tendencias y fenómenos que
afrontan los países subdesarrollados, en especial los de África subsahariana.
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Referencias: (1) International Monetary Fund: Factsheet Poverty Reduction
Strategy Papers, 03-03-2006,
www.imf.org. (2) International Monetary Fund: Senegal:
Poverty Reduction Strategy Paper – Second Annual Progress Report, 15-02-2006,
www.imf.org.
(3) Ibid. Roger Benítez es investigador del Centro de Estudios sobre África y Medio
Oriente de La Habana (Cuba) http://www.nodo50.org/ceprid/territorios/africa/afr10.htm