Medio Oriente - Asia - Africa
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Marruecos aprovecha la negociación con el Frente Polisario
para reprimir al pueblo saharaui
La represión en el Sáhara Occidental es un hecho cotidiano
Jean-Paul Le Marec
En los últimos meses, Marruecos ha aprovechado que las miradas se habían
vuelto hacia la mesa de negociaciones entre su delegación y la del Frente
Polisario para intensificar sus medidas represivas contra la población saharaui
de los territorios ocupados. Todas las manifestaciones, organizadas
mayoritariamente por jóvenes, para reclamar la autodeterminación y la
independencia han sido violentamente reprimidas por las fuerzas de ocupación.
Sahara occidental: Negociación y represión
Detenciones, encarcelamientos, secuestros, torturas, casas destruidas
representan el día a día de los saharauis. Incluso se recurre de nuevo a las
"desapariciones forzosas": quince saharauis llevan varios meses desaparecidos
sin que sus padres hayan tenido ninguna noticia de ellos. Este verano, el número
de prisioneros políticos saharauis se ha duplicado y se multiplican las causas
contra los defensores de los derechos humanos. Su único crimen ha sido
reivindicar la retirada de la ocupación marroquí y la autodeterminación del
pueblo saharaui manifestándose pacíficamente en la vía publica o repartir
panfletos a favor del boicot a las elecciones legislativas por considerarlas
ilegales en un territorio bajo ocupación colonial. Las numerosas asociaciones
creadas por la sociedad civil saharaui contra las violaciones de los derechos
humanos, por el respeto del derecho a la autodeterminación y por la protección
de los recursos naturales han sido prohibidas. De este modo, las autoridades de
ocupación han prohibido que el "Colectivo Saharaui de Defensores de los Derechos
Humanos" (CODESA) celebrara su congreso constitutivo en el Aaiun el 7 de
octubre. El poder marroquí mantiene un verdadero cerco en el Sahara Occidental
ocupado, impidiendo o expulsando a las delegaciones de observadores y a los
periodistas.
Esta situación, que se produce a dos horas de avión de París, no parece
despertar el interés de los grandes medios de comunicación occidentales, ni de
los "intelectuales" que dicen estar preocupados por los derechos humanos. Sin
embargo, han sido muchos los directores y propietarios de periódicos, los
responsables políticos que han pasado este verano sus vacaciones en Marruecos.
¡No han visto nada, no han oído nada de lo que pasaba más al Sur en la última
colonia de África! No obstante, los ecos de la represión han llegado a Ginebra
durante la reunión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Gracias a las organizaciones que les cedieron su turno de palabra (France
Libertés, Unión Internacional de la Juventud Socialista, Federación Mundial de
la Juventud Democrática) algunos defensores saharauis de los derechos humanos
pudieron denunciar esta represión y confirmar lo que ya había observado en mayo
de 2006 la misión del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos (cuyo informe todavía no se ha hecho público).
Mantener la represión no contribuye a crear el clima favorable para las
negociaciones directas entre Marruecos y el Frente Polisario que se iniciaron en
junio de 2007 bajo la égida de las Naciones Unidas. La base de la negociación no
es el proyecto marroquí de autonomía sino la resolución 1754 aprobada por el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 30 de abril de 2007, que reafirma
claramente el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, uno de los
derechos humanos fundamentales, garantizado por la Carta de las Naciones Unidas.
Ya ha habido dos rondas de negociaciones en Estados Unidos en junio y agosto.
Las dos delegaciones deberían reunirse de nuevo en diciembre en Ginebra. De
momento, es un dialogo de sordos. El Frente, como siempre ha hecho desde el alto
el fuego de 1991, respeta la legalidad internacional y pide que se apliquen las
resoluciones de las Naciones Unidas. En cambio, Marruecos sigue aferrado a su
proyecto de autonomía en el marco de la soberanía marroquí. Dice que está
dispuesto a negociar pero "solo sobre la autonomía, toda la autonomía, nada más
que la autonomía" como señaló el rey de Marruecos en su discurso del trono el 30
de julio.
En la Asamblea General de las Naciones Unidas, muchas delegaciones nacionales
intervinieron para que las negociaciones lleguen a un acuerdo conforme a la
legalidad internacional que permita al pueblo saharaui pronunciarse sobre su
futuro, libremente sin coacciones, a través de un referéndum de
autodeterminación. La IV Comisión de las Naciones Unidas empezó sus trabajos el
7 de octubre al margen de la Asamblea General, con la descolonización del Sahara
Occidental, última colonia africana, en el orden del día. De aquí a diciembre,
deben llevarse a cabo acciones ante las instancias internacionales, los
gobiernos de la Unión Europea (especialmente de Francia) para que Marruecos
cumpla de una vez sus compromisos internacionales por el respeto del derecho a
la autodeterminación del pueblo saharaui y ponga fin a la represión en los
territorios ocupados. En este sentido, es indispensable que las competencias de
la Misión de las Naciones Unidas en el Sahara Occidental (MINURSO), que se creó
para hacer respetar el alto el fuego, se amplíen a la protección y seguridad de
la población saharaui de los territorios ocupados.