Latinoamérica
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El FPMR y el llamado a la lucha del 11 de septiembre
El Gobierno y su "opción preferencial por los ricos"
Dice el marxismo que así como no se puede juzgar a una persona por lo que
esta piensa de sí misma, tampoco se debe juzgar o evaluar la situación de un
país sólo por lo que indica el gobierno, las instituciones estatales, los
partidos políticos oficiales, medios de comunicación de masas, etc., es decir,
la superestructura definida por el revolucionario italiano Antonio Gramsci, como
la "sociedad civil" que reproduce ideológicamente la dominación de una clase por
otra.
Esto porque en el último tiempo el gobierno chileno y sus voceros han difundido
exacerbadamente a los cuatro vientos los "grandes éxitos del modelo", mostrando
como trofeos las cifras oficiales del crecimiento económico en un 6 por ciento,
la caída del desempleo y de los índices de pobreza (del 18,7% al 13,7% según la
encuesta CASEN), el crecimiento de las exportaciones y del precio del cobre,
números que para los tecnócratas y defensores del neoliberalismo significan que
todo va bien mañana mejor...
Pero cabe preguntarse, ¿es ese el país real que se supone está beneficiando a
todos los chilenos y chilenas?...
Evaluemos con datos
Si tanto le gustan las cifras a los defensores del modelo, ¿cómo se explica la
convivencia de este crecimiento económico con el hecho de que según estadísticas
del propio Banco Mundial, Chile es uno de los países más desiguales del planeta?
De acuerdo con los Indicadores de Desarrollo Mundial 2005 del Banco Mundial,
entre 124 naciones, Chile ocupaba el lugar duodécimo entre los países más
desiguales del mundo (donde según la encuesta Casen anterior, sólo un 16% tenía
un ingreso familiar superior a 820 mil pesos mensuales), compartiendo posiciones
con Namibia y por debajo de países más pobres como Zimbabwe, Bolivia, Zambia,
Nigeria y Malawi.
¿A quienes sino al gran empresariado benefician las cifras de crecimiento
económico en una sociedad con gran concentración de la propiedad y la riqueza?
Esta injusta distribución de la riqueza queda brutalmente demostrada en nuestro
supuesto principal recurso natural, la privatización del cobre que inicia la
Dictadura se profundiza durante los gobiernos de la Concertación, y CODELCO que
producía el 95% del cobre chileno, actualmente produce sólo alrededor del 30%.
Este proceso de concentración de los mercados y de la riqueza se puede observar
entre las propias sociedades anónimas. El año 2006 las 600 corporaciones que
cotizan en la Bolsa de Santiago tuvieron un resultado cercano a 18 mil millones
de dólares, lo que es un aumento en valor de un 40 por ciento respecto a lo
ganado en 2005. Un nuevo (como cada año) récord histórico. Sin embargo, la mayor
parte de esta suma corresponde a las grandes corporaciones. Las 30 empresas con
más altos resultados concentraron el 80 por ciento del total de las ganancias.
En lo particular, para los neoliberales es muy fácil lograr "reducir" la pobreza
mientras mantienen estas desigualdades, por ello establecen categorías como la
llamada "línea de pobreza", que hoy fluctúa ridículamente en unos 47.000
pesos mensuales de ingreso en las zonas urbanas. O sea, siguiendo su lógica,
esto significa que si alguien dispone mensualmente de 47.500 pesos, deja de ser
pobre!
La política más eficaz para reducir la pobreza por parte del gobierno ha sido
recurrir a los tecnócratas, "especialistas en pobreza" (que por cierto reciben
salarios de más de un millón de pesos), que estructuran armazones
teórico-estadísticas con una línea de pobreza tan baja que casi no queda nadie.
Sin embargo, independiente de estos arreglines estadísticos hay más de dos
millones de pobres e indigentes en Chile, y si a eso le sumamos el 80 por cieno
de la población que tiene que arreglárselas para sobrevivir con un poco mas de
los 47 mil pesos de la "línea de pobreza", enfrentando frecuentes alzas de
productos y servicios básicos, la conclusión no es más que el fracaso del
modelo económico y de las políticas públicas para reducir la pobreza,
cuestión que el gobierno ha buscado por todos los medios no dejar al
descubierto.
Claro el problema de fondo es estructural, no sólo de juego estadístico
contingente, y es que los presentes niveles de crecimiento económico (meta
obsesiva de este régimen) no son posibles sino a costa de los crecientes
niveles de desigualdad, y por tanto de pobreza, sobre todo en países pobres y
dependientes como el nuestro.
Palabras y hechos
El discurso oficialista actual no deja de ser una estrategia comunicacional para
retomar la iniciativa luego del desastre provocado por el Plan Transantiago,
fortaleciendo el consenso existente en torno al modelo económico, e instalando
en el sentido común que es el crecimiento económico unido a una acción estatal
concentrada en gasto social focalizado, lo que permite terminar con las
desigualdades, y única receta de desarrollo posible.
Esta política de "opción preferencial por los ricos", se refleja también a
propósito de la fijación del salario mínimo, y volvemos al punto inicial,
si las ganancias de las empresas del capital financiero son multimillonarias es
justamente debido a que también se mantienen a raya los salarios, es decir la
producción de plusvalía, corazón del sistema y base de todas las reflexiones y
políticas oficiales.
El gobierno, la derecha y el empresariado se pusieron una vez más en sintonía
para frenar las tibias demandas de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT),
con el típico argumento de que un alza del salario mínimo afectaría a la pequeña
y mediana empresa, que se verían obligadas a reducir personal, etc. Después que
el mismo representante de la Conupia (Confederación de la Micro, Pequeña y
Mediana Industria) aclaró que ese sector tiene el menor número de empleados que
gana salario mínimo del país. Desenmascarado con ello, que quienes pagan
efectivamente el sueldo mínimo son las grandes empresas, los que subcontratan
las labores en las cadenas comerciales y en el rubro agrícola. Toda la mano de
obra en la fruticultura obtiene el sueldo mínimo, o bien los que trabajan en el
salmón y muchos de los trabajadores subcontratados en la minería del cobre.
El tema es que ni siquiera los 180 mil pesos que intentó obtener la CUT son
suficientes para una vida con dignidad en este sistema, expresión de la forma de
cómo se dictan las políticas que afectan a todos los chilenos, pues son las
cúpulas sindicales, políticas y del gobierno, las que imponen el costo mínimo de
la fuerza de trabajo que luego genera las millonarias ganancias a los grandes
empresarios.
El despertar del campo popular
A la imagen de país que ha logrado montar el bloque dominante, se opone por fin
el país de verdad, el país de los trabajadores y el pueblo en general, la gente
sencilla, explotada y humillada, que después de años de injusticia comienza a
manifestar sus descontento y dar pasos resueltos en la organización y
rearticulación social y política. Los trabajadores forestales y del cobre, así
como en su momento lo hicieron los estudiantes, demuestran que a medida que se
acrecientan los niveles de unidad y organización, la lucha se hace más no sólo
masiva y fuerte, sino también eficiente, logrando arrebatar demandas a las
patronales y el gobierno que en otras condiciones no hubiese sido posible.
Por otro lado, lo ocurrido con la fijación del salario mínimo determina también,
la necesidad de que los trabajadores cuenten con instancias organizativas de
carácter nacional eficaces y con capacidad de movilización y de presión para
lograr conquistas reales y no migajas como ha venido sucediendo. La CUT por su
relación con el gobierno y dependencia del Estado no está en condiciones de
hacerlo, por lo que se hace urgente la convergencia en torno a nuevas
herramientas de carácter clasista y verdaderamente independientes del Estado y
los partidos afines o parte del sistema.
Al país de los de arriba hay que oponerle el país de las mayorías, pero eso solo
se alcanzará cuando éstas se organicen social y políticamente, o bien logren
unificar sus medios de acción en torno a contenidos que vayan a la raíz de las
contradicciones, lo cual es la única garantía de continuidad y solidez en las
luchas.
En estas tareas políticas y organizativas se encuentra el FPMR,
construyendo y desplegando su aporte específico a este esfuerzo compartido con
varios sectores revolucionarios. Un opción que no se agota en la lucha
reivindicativa sino que involucra también la lucha ideológica, el
fortalecimiento teórico, el rescate histórico de la lucha popular en función de
las tareas del hoy y mañana, que como dijimos en los homenajes a los
combatientes caídos en la llamada "Matanza de Corpus Christi": la justicia
real y el mejor homenaje es seguir esforzándose por dar continuidad a los
objetivos por los cuales se han sacrificado a lo largo de nuestra historia,
tantas y tantos chilenos.
Con este espíritu el rodriguismo, el FPMR, viene encarando el quehacer
contingente y su participación en la coordinación política y social que promueve
actividades como los 40 años de la muerte del Che en octubre y la tradicional
conmemoración del 11 de septiembre próximo, que en esta oportunidad tendrá la
impronta del descontento social por el llamado a Protesta Nacional y
Popular del 11, un nuevo momento en que el pueblo podrá manifestar su
indignación contra los atropellos y la miseria creciente, tal como sucedió el 29
de marzo de este año, y también una ocasión más para que los sectores
revolucionarios puedan coordinar su accionar a nivel nacional (unidad en la
lucha que creemos permite ir zanjando o decantando las diferencias y pequeñeces
que aún frenan la fuerza unida del campo popular contra este sistema).
Por lo mismo y a pesar de los deseos del gobierno, la derecha e incluso de
algunos núcleos de la "izquierda" que no toleran la disputa de conducción, o de
otros por su propia incapacidad de construir organización sin colgarse de
terceros, el FPMR sigue desarrollando su proyecto, trabajando por consolidar su
andamiaje partidario, quehacer en la base social y relaciones, buscando
pasar de la resistencia a la ofensiva en la organización y la lucha de masas,
por lo cual levanta una estrategia de frentes político-sociales cuyos referentes
en el estudiantado, los pobladores y trabajadores ya comienzan expresarse en la
lucha diaria de cada uno de estos sectores de la clase, del pueblo, de la
patria.