Latinoamérica
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La memoria y el cumpleaños del MIR
Lucía Sepúlveda Ruiz
www.memoriamir.cl
Ayer estuve en el lanzamiento de "El vuelo de una mariposa. Una historia de amor
en el MIR", de Eva Palominos Rojas (Editorial Escaparate). Conocí a Eva en París
el 2005, pero ya éramos amigas virtuales desde que ella supo que yo estaba
escribiendo sobre su hermano Luis Jaime, uno los 119 desaparecidos en la
Operación Colombo.
Hoy es el aniversario de la fundación del MIR (15 de agosto de 1965). El MIR de
los 70 que mujeres como la autora de esa obra, ex presa política o yo misma
conocimos, ya no existe como tal. Pero lo extraordinario es que está presente de
una y mil maneras en el Chile de hoy. Y no me refiero a las orgánicas que tienen
hoy esa denominación sino a algo que es como una suerte de "desierto florido" en
que las flores son peculiares y aparecen de pronto, sin aviso, no están siempre
pero surgen como de la nada para maravillarnos, para asombrarnos y alentarnos.
Por ejemplo, son flores de justicia, como las primeras condenas a Contreras y
sus secuaces, que fueron por la desaparición de nuestros compañeros,y se
lograron por la lucha y valentía de sus familiares y de los ex presos políticos
miristas. Y los procesos siguen, y vuelven también los acallados nombres de
nuestros compañeros para encerrar ahora la voz y el cuerpo de sus torturadores.
El desierto florido surge también en esos encuentros con iniciativas sociales,
ambientales, de terapias alternativas, culturales o de la memoria en que a poco
andar descubro que entre los impulsores están ex miristas o hijos/hijas de ex
miristas...
Cuando volví a Chile el 93 después de seis años de exilio argentino, parecía que
a nadie le importaba nada lo que había ocurrido del 73 en adelante y el olvido
era la regla. Nadie preguntaba nada acerca de qué habíamos hecho en dictadura y
algunos en mi familia preferían creer/decir que yo había vivido desde el golpe
en el exilio. La lucha y la vida clandestina no eran tema para la inmens mayoría
de los chilenos.
Yo comencé a vivir por primera vez en una casa estable y a hacer un jardín en el
patio, en que nunca había habido nada. Me costó mucho y creo fue parte
importante de la terapia: sacar las piedras...y luego ponerlas porque después
aprendí que también había que dejar piedras. Respetar algunas plantas silvestres
que eran las propias del lugar -porque igual volvían a aparecer - y buscar otras
que se adaptaran a ese espacio. Y me fui dando cuenta lo lento que era el
proceso de preparar la tierra y esperar que creciera y floreciera lo sembrado.
Hoy tenemos una patagua y un maitén ya de tamaño respetable, y un canelo, cierto
que un poco desarraigado.
Pienso que con la memoria del MIR sucede algo parecido. Lo que hicieron nuestros
compañeros del MIR está todavía en su mayor parte enterrado como semilla en esta
tierra pedregosa que es Chile y en su inconsciente colectivo. En Argentina en un
solo año se puede cosechar tres veces, por la humedad, por el tipo de tierra, en
fin. Aquí no. Pasarán los años, muchos años, y otras generaciones serán las que
puedan valorar el aporte del MIR a la construcción de esta sociedad, y la
historia de amor del MIR con Chile que escribió Eva Palominos echando mano a su
historia personal pero también usándola como una metáfora de lo que vivimos
colectivamente.
No sé por qué tituló así a su libro, que aún estoy leyendo, pero sí me acuerdo
de la frase sobre la mariposa y lo que puede pasar si una sola mariposa es
aniquilada y se rompe la cadena de los acontecimientos más allá de los mares y
los territorios, porque todo tiene que ver con todo. (Encontré la cita: The
fluttering of a butterfly's wings can effect climate changes on the other side
of the planet. ~Paul Erlich. El vuelo de las alas de una mariposa puede generar
cambios climáticos al otro lado del planeta.)
Me identifico con ese título y con ese nombre, más allà de que en la obra haya
otras interpretaciones que no comparta totalmente.
Hoy encontré en un periódico electrónico del sur www.tiroalblanco.cl, un
sorprendente artículo del cientista social Marco Soto -a quien no conozco- sobre
los 42 años del MIR. Y copio un párrafo ad hoc:
"El Mirismo se ha fragmentado como una granada incrustada en la realidad
nacional, penetrando el tejido en distintos formatos y realidades. Nadie puede
desconocer que pese a las contingencias y los tiempos, proyecta una continuidad
histórica desde una memoria social que lo reclama..."
Este sábado en SANFIC 2007 Festival de Cine Documental (Cine Hoyts) se estrena
"Calle Santa Fe", la película de Carmen Castillo que también habla desde el
amor. El viernes, no sé en qué horario, se estrena "Alamar", de Macarena Aguiló,
sobre la vida en Cuba de los hijos e hijas de compañeros del retorno MIR a
Chile, acogidos por la revolución cubana y criados por "padres sociales" en una
experiencia inédita y compleja de la cual ella (hija de Hernán Aguiló, ex
dirigente del MIR y de Margarita Marchi) fue protagonista.