Latinoamérica
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Grandes movilizaciones contra Bachelet y otra vez la represión
Más de 400 detenidos
En una jornada convocada por la Central Unitaria de los Trabajadores chilena,
cientos de miles de personas recorrieron el centro de Santiago y diferentes
partes del país en protesta a la continuidad de las políticas neoliberales de la
presidenta Michelle Bachelet. Al igual que en otras protestas callejeras, las
instituciones chilenas respondieron con represión: el saldo, más de 400
detenidos.
La jornada comenzó entrado el amanecer con acciones descentralizadas que ya son
un clásico en la periferia santiaguina: clavos miguelitos, barricadas y cócteles
molotov para interrumpir el tránsito. Estos hechos se dieron a pesar de la
convocatoria ciudadana de la central mayoritaria de trabajadores, la que no se
esmeró en acompañar los recientes reclamos laborales y sociales que golpearon la
capital trasandina. Bajo la consigna "¡No al neoliberalismo! A conquistar un
estado social, democrático y solidario", denunciaron la continuidad neoliberal
de la política económica del actual gobierno socialista, producto de la presión
de las bases sindicales que de por sí preparaban convocatorias para esta semana.
Poco importó que fuese un espacio de estas características el que lanzara la
convocatoria. El centro de Santiago amaneció bajo un impresionante operativo
policial ya que el gobierno se negó a autorizar la protesta. El dispositivo
represivo se puso en marcha hacia la media mañana cercando los diferentes puntos
de concentración. Las columnas debieron evitar los retenes policiales para
intentar confluir frente al Palacio de La Moneda, cosa que no lograron por las
embestidas policiales.
A las 12 del mediodía, cuando los detenidos ya sumaban el centenar, la
presidenta afirmó que "en mi gobierno los trabajadores podrán siempre expresar
pacíficamente sus demandas y defender sus derechos", mientras aseguraba que "hay
espacio en la democracia para expresarse pacíficamente, así que cuidemos lo que
tenemos". Simultáneamente y a pocas cuadras del palacio presidencial, los
carabineros disolvían las columnas de manifestantes, incluso fue atacado en la
cabeza por los `pacos´ el senador socialista Alejandro Navarro, miembro del
oficialismo.
Al caer la noche, se confirmó que la cantidad de detenidos superaba los 400.
De igual manera, se evidencia que el actual gobierno chileno no sólo está
dispuesto a perseguir y encarcelar mapuches y estudiantes sino que ha tomado la
firme decisión de sostener mediante la represión la continuidad de políticas
antipopulares, incluso a costa de atacar a los suyos, tal el caso de Navarro, e
impedir el libre funcionamiento de estructuras de dudosa legitimidad obrera.