Latinoamérica
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Ya es hora de decir ¡basta!
María Martha González
Hace ya tiempo que esperamos que suceda algo, en el país con la nueva
política que se iba a implementar o quizás no entendemos y se está
implementando.
Pero lo que no se puede entender es que siendo mayoría, como somos, estemos
sujetos una estúpida minoría que lo único que pretende es hacer fracasar al
gobierno y los cambios que proponemos.
Si hablamos de los contratos petroleros: dicen que: antes se ganaba más, cuando
todos nuestros recursos naturales habían sido casi regalados a las
transnacionales y en lugar de pararles el carro en ese momento, a esa minoría
vendida y corrupta, tratamos de dialogar; no nos entendieron. También, por
supuesto, tenemos que reconocer que cometemos errores, esta vez sí podemos
llamarlos errores, porque no son errores de corrupción, negociados, tráfico de
drogas etc., etc. Fueron y son errores por desconocimiento del manejo del estado
y por no habernos preparado para tomar el poder; tenemos el gobierno, pero no
tenemos el poder.
Esta gran mayoría no controla aún el poder en nuestro país; el poder lo siguen
teniendo los de siempre y, pese a ser una mayoría casi absoluta, tenemos que
transar, convencer y a veces hasta retroceder. Pero tenemos tiempo aún, podemos
con un esfuerzo no muy grande salir adelante e implantar todo lo propuesto y
aclaremos: lo propuesto, no lo prometido sólo para ganar elecciones. Estas
propuestas fueron planteadas una y mil veces por la mayoría de los bolivianos y
vaya que nos costó. Nos costó sangre y muerte.
Desde que nos propusimos llevar adelante la constituyente, nos salieron con mil
y una triquiñuelas para evitar que siga adelante esta nuestra propuesta de un
CAMBIO, necesario para las mayorías nacionales que fueron siempre relegadas y
mal tratadas. Y ¿qué sucede? Sucede que la gran mayoría de nuestros
constituyentes, poco mas o menos, tienen que reunirse clandestinamente para
continuar con su trabajo de cambiar el país, de cambiar una constitución que no
fue hecha a la medida de todos los bolivianos, sino sólo pensando en las clases
dominantes, que fueron los que gobernaron hasta que un 18 de diciembre del 2005,
cuando la MAYORÍA, así con mayúsculas, ganamos con un 54 por ciento de los
votos. Una mayoría absoluta que los dejó, a esos pequeños aprovechadores, con la
boca abierta y un dolor que hasta ahora no se les pasa, y siguen con la boca
abierta, escupiendo gusanos por todos lados y si les duele, que les duela, se lo
merecen. A ellos les duele porque les duele a sus dueños, aquellos del país del
norte que se hacen llamar "guardianes de la libertad y la democracia". En la
constituyente nos quieren imponer sus propuestas por minoría, nos quieren
imponer sacar a algunos de nuestros constituyentes; a la final, lo que quieren
es hacer fracasar la Asamblea Constituyente.
¿Cuándo antes tomaban en cuenta los deseos o derechos de las mayorías que vivían
sojuzgadas? Teníamos que pelear centímetro a centímetro por un pedazo de tierra,
moneda a moneda por un aumento salarial. Había que hacer bloqueos para que esos
grandes señores, los del piso de arriba, se dieran cuenta de que existíamos y
eso nos costaba prisiones, desaparecidos y muertos. Y ¿dónde están todos esos
compañeros ahora? Ya no están, ni estarán nunca más.
En el Parlamento, ¿qué pasa, cuando éramos sólo 27 diputados y 8 senadores,
¿alguna vez trataron de llegar a un acuerdo beneficioso para el pueblo? No, los
mismos señores que ahora se reclaman a gritos como demócratas, utilizaban el
famoso rodillo y la paga extra para que saliera alguna ley que en ese momento
necesitaban los gobernantes de entonces para conseguir su quince por ciento por
ley o por vendernos un poco mas a los demás a los que o aceptábamos o moríamos.
Y ahora ¿qué pasa?, ¿acaso votan por conciencia y democráticamente como nos
quieren hacer creer a cada instante?, no lo que hacen es poner trabas, trancar,
provocar, solamente buscan que este gobierno popular, este gobierno del pueblo,
fracase.
No estoy en contra de hablar, de discutir, de llegar a acuerdos, pero sin ceder
ni un ápice en nuestra propuesta, la propuesta real y verdadera del pueblo, sin
ceder en nuestros principios, principios que se hicieron realidad con el
esfuerzo, la prisión y la muerte de tantos compañeros: los principio de la
liberación nacional para la construcción de una nueva sociedad que viene
incluida en la propuesta del MAS-IPSP.
Esa pequeña oligarquía cruceña que está mandando a su juventud cruceñista a
bloquear, pegar e interrumpir nuestra labor. Unos cuantos inútiles que sólo
sirvieron para hacer sus fortunas a costa del pueblo que ahora está en el
gobierno. Esa oligarquía que creció, aunque les duela, gracias al esfuerzo de
los kollas que les hicieron y les hacen el trabajo. Recuerdo que en una reunión
nos decían, ante un reclamo de las comunidades del oriente, que ellos estaban
llanos y contentos de que la gente del occidente fuera a trabajar en sus
tierras. Claro que, el primer momento, cuando esa misma gente humilde que
trabajaba por un salario mínimo, sin tener posibilidades de prosperar, pensó y
pensó que la única oportunidad que tenían era tener un presidente de su misma
clase y empezaron a hacer campaña por Evo Morales, los señores pensaron que era
demasiado; una cosa era trabajar para ellos y otra que pensaran por su cuenta,
eso no les estaba permitido.
Sin embargo, creo que nos estamos olvidando de algunas cosas y creo que es hora
de decir: BASTA, BASTA YA, a tantas baratas actitudes por seguir manteniendo un
país en un total atraso y sólo tener beneficio para ellos mismos.
Es hora de que cada una de nuestras consignas se haga realidad. No fue vano el
trabajo de convencimiento que tuvimos que realizar en dos elecciones
consecutivas y recordemos por favor que: SOMOS PUEBLO Y SOMOS MAS
Hagamos que ese MAS salga adelante, con defectos y errores, porque tenemos todo
el derecho de equivocarnos también y si lo hacemos no es porque pensemos en cada
uno de nosotros, sino en todo país, en todos los integrantes de este territorio
llamado Bolivia.
Porque no tenemos afán de venganza, sólo queremos mejorar, poder vivir bien, no
esperamos lujos, autos de primera. Sólo queremos vivir bien, queremos que los
bolivianos vuelvan a nuestro país y puedan encontrar trabajos dignos y bien
pagados, queremos que nuestros hijos, nuestros nietos tengan las mismas
oportunidades.
Peleamos por hacer una Bolivia mejor para nuestros hijos, unos desde hace muchos
años, otros recientemente, pero todos consideramos que tenemos que llevar
adelante nuestras proposiciones, nuestros ideales. Hacer de Bolivia un gran país
donde todos, entiendan bien, señores, TODOS podamos vivir bien, TODOS podamos
comer, TODOS tengamos derecho a la salud, TODOS tengamos derecho al trabajo,
TODOS, finalmente, tengamos derechos.
Y una vez mas sigamos adelante todos unidos, ahí también tenemos mucho de que
criticarnos. No todos pensamos igual, es cierto, hay peleas internas que ya no
debieran existir, pero estas divisiones o son pagadas o son porque no todos
participaron desde el principio, hay los otros que juraron al dia siguiente de
que el Presidente Morales jurara a su cargo, y están los advenedizos de siempre
y los que se camuflan como camaleones y aparecen mas masistas que el MAS y lo
único que hacen es poner zancadillas al avance del proceso.
Repitámonos, una y otra vez nuestras consignas hasta que se vuelvan parte de
nuestro accionar diario.
SOMOS PUEBLO, SOMOS MÁS
Porque mientras tratamos de convencerlos, de dialogar, de llegar a acuerdos,
ellos se arman y se arman en serio, es hora compañeros y hermanos que pongamos
fin a los extremismos de esa derecha que no quiere dejar sus privilegios y que
son mas peligrosos.
Vemos que llegan municiones por un lado, y no se hace nada, llegan armas por
otro y no hacemos nada, ¿es que estamos esperando de brazos cruzados que nos
maten? Y esta vez ¿en cuánto tiempo podremos volver a levantarnos? Trabajemos
todos juntos, los que queremos el cambio, y cambiemos. Cambiemos nuestro país
para el bien de todos porque juntos somos mas fuertes, los que nos quieran
acompañar bienvenidos, los que se camuflan para seguir usufructuando del poder
que se vayan. No podemos ofrecerles balsas a Miami, por razones obvias, pero
pueden comprarse sus pasajes de avión. El pueblo siempre se quedó y siempre se
quedará en esta tierra, en las buenas y en las malas. Porque Bolivia es nuestra
y lo seguirá siendo.