Latinoamérica
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Peru: dar otra demension a lucha del pueblo
Luis Arce Borja.
En Perú, no pasa una semana en tranquilidad, y es como si un virus clasista se
habría apoderado del espirito de lucha de los trabajadores. Cada semana alguna
organización anuncia una huelga, movilización o simplemente un paro nacional.
¿Provocadores?. ¿Terroristas?, como dice el régimen aprista, o mas bien
trabajadores que pasan hambre y defienden los pocos derechos laborales que les
quedan. El Perú actual que gerencia por segunda vez el reaccionario y corrompido
Partido Aprista (APRA), con sus medidas antipopulares ha removido el fondo de
las contradicciones sociales y en relación de ello ha agudizado la lucha de
clases. Los maestros terminaron su huelga en derrota a causa de la traición de
sus dirigentes, pero ello no ha desalentado el ánimo de lucha de otros gremios
de trabajadores. Así por ejemplo, lo campesinos cocaleros han anunciado un paro
y movilizaciones para el 14 de agosto. La medida del paro es el resultado, como
han dicho los cocaleros de la "mecida" (engaño) a la que fueron tratados en los
"diálogos" con las autoridades apristas.
Pero lo peor que le espera al gobierno de Alan García, es el futuro PARO DE LAS
FUERZAS POLICIALES DEL PERU, represivos o no, los policías son considerados como
"carne de cañon, y tratados como la mierda de la sociedad. Salarios de hambre,
que promociona la corrupción policial, seguridad social de ínfima calidad,
dictadura y malos tratos de parte de los oficiales, ningún sentido democráticos
al interior de los cuarteles, y otras reclamaciones que hacen de los policías
pobres diablos que tienen que buscarse la vida extorsionando a los pobres, o
muchas veces organizando sus propias bandas de delincuentes uniformados que
asaltan bancos y secuestran personas, roban residencias, o extorsionan a
comerciantes y personas individuales.
En todo esto el gobierno ha "prohibido" a los policías a hacer huelgas. Por el
momento, Alva Castro, ministro del interior ha dicho: No habrá ninguna huelga en
la Policía Nacional del Perú". Este ministro y militante del APRA, como lo
publica el diario La Republica (12 de agosto), ha señalado, "que los policías en
retiro no pueden alentar protestas porque la Constitución prohíbe que las
Fuerzas Armadas y Policiales acaten huelgas. Las actividades en las diversas
unidades de la Policía Nacional del Perú (PNP) se desarrollan de manera normal y
este sector no prepara ninguna huelga para esta semana". "Si uno visita las
unidades policiales, puede ver que todo está tranquilo, todo está normal",
declaró Alva Castro para desestimar las declaraciones de oficiales policiales
retirados que anuncian una huelga para exigir mejoras en sus condiciones de
trabajo, informó Andina.
Luchar con otra dimensión política.
¿Qué hacer frente a esta situación explosiva?. Si se dice que se "vaya el APRA y
García, eso no cambia nada, y es seguro que los que vendrían después serian tan
reaccionarios y corruptos como los gobernantes actuales. Si se dice que hay que
cambiar la Constitución, eso no cambia absolutamente nada. El problema del Perú
no se resuelve con un hermoso texto constitucional, o algo parecido. No hay que
olvidar que este país ha cambiado de constitución como si se trataría de renovar
los zapatos viejos, pero ello no ha servido para nada. Además todas las
constituciones que han salido de las Asambleas Constituyentes y de los
parlamentos, han sido dictadas desde los cuarteles militares y de las oficinas
de las grandes transnacionales. Si se pide nuevas elecciones para escoger, vía
proceso electoral, otro presidente, eso es simplemente una nueva charlatanería
en la que saldrán ganando esos bandoleros y estafadores (de izquierda y derecha)
que buscan entornillarse en los confortables salones del parlamente. Ninguna de
estas propuestas son validas para resolver los problemas económicos sociales del
pueblo peruano. Históricamente este tipo de propuesta, falsa y demagógica, solo
ha sido útil para apagar las explosiones sociales, y para proteger el Estado y
la sociedad de explotación. Además de servir para alimentar los apetito de poder
de tránsfugas, criminales, aventureros y toda suerte de malandrín devenido en
político.
Las masas pobres deben desconfiar de aquellos que les ofrecen una solución a sus
problemas vía proceso electoral, o vía nueva constitución. Decir abajo el APRA y
Alan García, no cambia mucho la situación. Hay que tener presente las recientes
experiencias, cuando se decía con simpleza ¡abajo Belaunde!. ¡Abajo Fujimori!.!Abajo
Toledo!. En efecto estos presidentes cayeron, pero finalmente todo siguió igual.
Echarse abajo a García Pérez es ir contra todo el aparato represivo burgués
instalado en Perú. Esto significa luchar no solo contra los grupos de poder y
sus representantes políticos (APRA, AP, PPC, y otro). Hay que luchar también
contra las fuerzas armadas, la iglesia reaccionaria, el imperialismo y sus
aliados de izquierda tan venenosos y nocivos como la misma derecha. Esta lucha
deberá también enfrentar esa izquierda nauseabunda, que se llama defensora del
pueblo, pero que desde el mismo seno de los oprimidos sirve a sostener el
sistema de opresión.
La única dimensión política de lucha del pueblo es sostener una contienda
independiente, clasista y revolucionaria. Esto significa elevar la lucha
reivindicativa espontánea a un nivel de contienda estratégica de clase.
Reconstituir el Partido proletario, y hacer de esta organización no una
institución de conciliación y de la combina política, sino un instrumento de la
guerra de clases. Volver a las fuentes fidedignas de José Carlos Mariátegui y de
los clásicos del socialismo científico. Luchar contra el oportunismo y contra el
dogmatismo caudillista. Tanto uno como el otro son aliados de los grupos de
poder y del imperialismo. El primero, haciendo de las luchas del pueblo simples
mercancías que subasta en los procesos electorales. El segundo, que hizo del
Partido una organización privada de uso exclusivo del caudillo, y que convirtió
la lucha armada en instrumento para la capitulación y la traición descarada.