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Organizaciones quieren avance en el debate de la Ley de los Extranjeros
Adital
Traducción: Daniel Barrantes
barrantes.daniel@gmail.com
El Ministerio de Justicia lanzó, a comienzos de septiembre de 2005, el
anteproyecto de la Nueva Ley de Extranjeros para ser debatido en la sociedad.
Las sugerencias de las organizaciones sociales pueden ser presentadas hasta
fines de este mes. Sin embargo, hasta el mes de julio de este año, nada fue
concretizado. La discusión sobre el proyecto se encuentra estacionada y las
organizaciones sociales temen que no salga del papel pronto.
El Servicio de Pastoral de los Migrantes (SPM) conjuntamente con otras
organizaciones sociales realiza, desde 2001, la campaña "Por una nueva ley de
migración en Brasil". Hace varios años, vienen desarrollándose debates,
reuniones y encuentros para que sean presentadas sugerencias a la nueva ley. El
objetivo es modificar el proyecto para que la ley sea más justa y solidaria.
"La ley anterior estaba muy basada en la cuestión de la seguridad nacional, que
criminaliza a los inmigrantes. La actual, que está siendo debatida, supera un
poco todo eso, sin embargo, discrimina desde el punto de vista económico, o sea,
los individuos que pueden venir son aquellos que tienen dinero, profesión
calificada, pero no tiene en cuenta por ejemplo, la entrada de aquellos que
vienen a intentar una vida mejor, como los bolivianos en San Pablo", afirma el
secretario ejecutivo del Servicio Pastoral de los Migrantes (SPM), Luis Bassegio.
Las palabras del secretario se confirman en los datos de la disertación
"Política Inmigratoria en el Brasil contemporáneo: límites y desafíos en la
relación entre derechos humanos, democracia y desarrollo", defendida en marzo de
2007, en el Centro de Investigación y Post Grado sobre las Américas (Ceppac) de
la Universidad de Brasilia (UnB) por la investigadora Heloísa Mazzoccante
Ribeiro. La socióloga revisó las políticas de inmigración en Brasil desde fines
del siglo XIX y analizó la concesión de visas bajo el parámetro del grado de
escolaridad.
De acuerdo con los datos de la investigación, del total de visas concedidas en
2006 por el Consejo Nacional de Inmigración (CNIg) (23.634 visas), casi la mitad
(10.903) fue para personas con nivel superior completo o habilitación legal
equivalente, mientras que otras 8.025 fueron dadas a individuos con nivel medio
completo o curso de formación profesional.
De la manera en que se presenta la nueva ley no va a provocar grandes cambios en
la actual política migratoria brasilera. La prioridad por personas que puedan
contribuir al "desarrollo económico, social, cultural, científico y tecnológico
de Brasil" hace que la nueva ley reserve derechos al inmigrante en situación
económica privilegiada. Otra observación de la investigadora concierne a la
mención de los derechos humanos por el proyecto de la nueva ley. La referencia
se realiza en sólo tres de los 151 artículos del documento.
Teniendo en cuenta esto, la Pastoral del Migrante y otras organizaciones
sociales traban una verdadera batalla para conseguir la aprobación de un
proyecto de ley más digno y más justo para los pueblos migrantes. Una serie de
propuestas ya fue enviada al gobierno para que algunas modificaciones se
realicen. Entre las propuestas está la cuestión de una amnistía amplia que
beneficie a todos los que hubieren entrado al país antes de la promulgación de
la nueva ley. Las organizaciones también quieren que se produzca la eliminación
de multas para los que se presenten para regularizar su situación. Otra
modificación sería en lo que se refiere al derecho al voto: el extranjero podría
votar y ser candidato en las esferas municipal y estatal.
Además de estas propuestas, los movimientos sociales quieren el acceso
irrestricto de los inmigrantes a los derechos de los ciudadanos, como salud,
educación y, fundamentalmente, la libre circulación. "Todo esto está bajo un
paradigma llamado Ciudadanía Universal, o sea, que las personas tengan los
derechos garantizados en cualquier lugar en que se encuentren", agrega Bassegio.
Según el secretario ejecutivo, el principal motivo para la emigración es la
búsqueda de una vida mejor. Miles de brasileros dejan el país en busca de
estudios y trabajo. Cerca de 400 mil viven en Paraguay y más de 1 millón y medio
de brasileros migraron a Estados Unidos. De la misma manera, los pueblos de
América Latina buscan Brasil con el objetivo de conseguir trabajo y vida digna.
Solamente en San Pablo, viven 300 mil bolivianos. La falta de políticas públicas
en el país de origen transforma a Brasil en alternativa para esas personas.
Muchos inmigrantes viven en condiciones deplorables. Trabajan para vivir y se
alimentan mal, llegando a pasar por situaciones peores que en el país de origen.
La soledad y el extrañar a los familiares y su cultura hacen que muchos busquen
el camino de regreso a casa. Por eso, la necesidad de una ley que garantice los
derechos de esas personas en territorio brasilero. La Pastoral del Migrante
piensa que, si la discusión sobre esa ley no se realiza antes de fin de año en
el congreso, tampoco entrará en el próximo por ser un año electoral. Ellos creen
que, mientras el enfoque del congreso sea la corrupción, el debate todavía va a
demorarse aún más.
Sin embargo, la expectativa no es tan pesimista. Para el secretario ejecutivo de
la Pastoral, el debate sobre la integración de los pueblos que está teniendo
lugar en América Latina es un buen indicio de mejoras a futuro para la vida de
los migrantes. "Actualmente, en América Latina está teniendo lugar un debate
interesante sobre integración, que significa construir en esta región una patria
grande donde todos puedan vivir dignamente. Existe un nuevo viento que está
soplando en América Latina. Se reclama la integración no sólo del capital, sino
también la integración de los pueblos, en forma solidaria, que dé oportunidad a
todos", afirma Bassegio.