El sindicalismo mexicano en tiempos del Tratado de Libre
Comercio
Erika González
Observatorio de Multinacionales en América Latina
El Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) fue invitado por el
Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (Cilas) a su "Conferencia
Nacional de activistas y dirigentes sindicales", celebrada en México en abril de
2007. El evento ha permitido reunir durante varios días a multitud de personas
del ámbito sindical de todo México para discutir y planificar su trabajo, en
base a los desafíos que supone la profundización del sistema neoliberal en el
país y el tan extendido sindicalismo de protección. A continuación, se describen
las principales impresiones que nos produjo la actual situación del sindicalismo
mexicano.
En mayo de 2006, en Oaxaca, México, la Sección XXII del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación se plantaba para reivindicar lo que todos los años
por esas fechas denunciaba: el cacicazgo del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), que todavía gobierna en esa región y controla todas las
estructuras de poder. La reivindicación era gremial, sobre las condiciones
laborales de los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza, y también social,
sobre la deteriorada situación de las condiciones de vida de una mayoría
empobrecida. La violenta represión del gobierno del Estado de Oaxaca (en el
suroeste mexicano) hacia este sindicato, que causó 4 muertos y 92 heridos, fue
respondida con una mayor resistencia y con la convergencia con otros movimientos
sociales, hasta formar la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y dar a
conocer internacionalmente este proceso.
Otro episodio en el ámbito laboral que quizás no ha causado tanto revuelo a
nivel internacional, pero que desde luego sí que ha removido mucho los ánimos a
nivel nacional, fue la muerte de 65 mineros en el estado de Coahuila (en el
noroeste del país) en febrero de 2006 por una negligencia empresarial. En este
caso, los trabajadores, en su mayoría subcontratados y sin una mínima seguridad
laboral, fueron obligados a seguir trabajando a pesar de que en la mina se
habían identificado grandes acumulaciones de gas que, posteriormente, provocaron
la explosión que causó su muerte.
Son dos ejemplos de las realidades que tienen que vivir los trabajadores y
trabajadoras de México, ejemplos que muestran una cotidianidad sombría si
miramos las condiciones laborales dentro de las maquilas, o si se tuviera más
presente la situación dentro del mercado informal del trabajo en el campo o en
la ciudad, o el avance de la subcontratación en todos los sectores. Son
realidades laborales que surgen de una política económica fiel seguidora del
paradigma neoliberal, que incluso sufriendo los rigores de la crisis de la deuda
externa desde la década de los ochenta, implementó una reforma drástica basada
en la apertura al comercio exterior y a la inversión extranjera así como la
reducción del papel y el tamaño del Estado.
La puerta de entrada a la globalización económica y la puerta de salida de
los derechos laborales
El desmantelamiento de las estructuras del Estado se refleja en dos escalas. A
escala local o regional, a través de los gobiernos de los estados y municipios
que han promovido la inversión extranjera a través de "condiciones especiales",
tales como la exención o rebaja de algunos impuestos locales, la dotación de
infraestructura de acceso, la entrega o rebaja en el precio de los terrenos y
reducciones en el precio de los servicios básicos. Y a escala nacional, en los
múltiples Tratados de Libre Comercio que ha firmado México, tanto con Estados
Unidos y Canadá (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) en 1994, como
con varios países de América Latina (Bolivia en 1994, Chile en 1998, El
Salvador, Guatemala y Honduras llamado Triángulo del Norte en 2000), así como
con la Unión Europea en 2000 y con Japón en 2004 . Son dos líneas que se
complementan.
A través de los TLC, la competencia en el mercado mundial se forja a través de
las ventajas fiscales, de infraestructuras, el abaratamiento de recursos locales
y, por supuesto, la precarización y el abaratamiento de la mano de obra. Y, como
muestra de ello, sólo hace falta un dato: en México, para satisfacer la Canasta
Básica Indispensable se necesitan 10,25 salarios mínimos. La responsabilidad de
esta espectacular cifra recae en la contención salarial que han fijado los
sucesivos gobiernos, mientras dejaban que la inflación se disparara más de un
3.000 % en los últimos veinte años . Por todo eso, en 2005 México ha sido el
destino predilecto de las empresas extranjeras en América Latina, sobre todo en
el sector manufacturero de exportación, es decir, las maquilas. Y en este sector
quien domina claramente es Estados Unidos, que aporta el 63,4% de la Inversión
Extranjera Directa (IED) .
Basar una parte importante de la economía en la atracción de capital foráneo a
partir de la reducción de costes de producción (laborales, de recursos,
infraestructuras) tiene un peligro al que ya se está enfrentando México: existen
países con costes aún más bajos y, por lo tanto, más atractivos para el capital
procedente de los países del Norte. En el caso de la maquila, el país de
referencia es China. Así, uno de los axiomas del neoliberalismo, la
competitividad de la economía, incrementa la plusvalía de los grandes
empresarios y a la vez somete a la población a una brutal competencia por la
reducción de sus condiciones laborales. Son dos hechos que representan las dos
caras de una misma moneda.
El libre comercio y las privatizaciones no sólo han representado el deterioro de
las condiciones laborales, también han supuesto la pérdida de la economía local,
gracias a la importación de productos agrarios fuertemente subsidiados por
Estados Unidos y a la entrada de multinacionales como Wal-Mart. Además, el
control del sector financiero está ahora en manos de dos grupos bancarios
españoles, el BBVA-Bancomer y el Santander-Serfin, lo que sitúa a España como el
segundo país con mayor IED en México (10,3%).
El único bastión que, teóricamente, quedaba fuera del control de los grandes
capitales foráneos es uno de los sectores estratégicos para la actividad de un
país: la energía. Pero ya está situado en el centro de las miras de las
multinacionales. En el sector de los hidrocarburos Repsol, tiene un contrato con
PEMEX para extraer gas en exclusiva en la frontera norte con Estados Unidos ,
mientras en el sector eléctrico Iberdrola y Unión Fenosa avanzan en el control
de la generación de electricidad.
La realidad sindical de México
El contexto económico que tienen que afrontar las organizaciones en defensa de
los derechos laborales se complementa con una historia política que ha
fortalecido los llamados sindicatos de protección. Durante décadas, los líderes
del sindicalismo oficialista y corporativo, ligado a los regímenes autoritarios
y populistas del PRI -que gobernó durante más de 70 años-, han mantenido el
control de las principales centrales obreras a través de la violencia, la
coerción y la represión abierta.
El trabajo que desarrollan los sindicatos de protección es la antítesis de la
defensa de las condiciones dignas de trabajo, ya que se constituyen en mafias,
bajo la protección de autoridades laborales y políticas, para proteger los
intereses del empresario y tener controlados a los trabajadores y trabajadoras.
El control se realiza mediante amenazas, intimidaciones o agresiones ante
cualquier intento de la plantilla por mejorar sus condiciones laborales o
constituir un sindicato independiente. Este sistema, que lleva décadas
instaurado, no sólo no se ha debilitado con las reestructuraciones de la
economía hacia el neoliberalismo, sino que ha sido una herramienta más de los
sucesivos gobiernos para atraer la inversión extranjera, debido a la garantía
que ofrece para mantener la "paz social". Está extendido hasta tal punto que,
como indica un integrante de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos,
nueve de cada diez convenios son de protección .
Los contratos de protección se originan con el acto de simulación de la firma
entre un patrón y el líder sindical de su elección, suelen mantenerse en secreto
y tienen como finalidad esencial evitar que los trabajadores se organicen
autónomamente o puedan reivindicar sus derechos laborales, decidiendo sobre sus
condiciones de trabajo. Pero, si bien estas estructuras siguen arraigadas en el
ámbito laboral, también existe una creciente respuesta que lo denuncia y crea
las condiciones necesarias para enfrentarlo. En este movimiento crítico habría
que destacar dos procesos.
El primero es una campaña internacional que utiliza la consigna "Por la
Libertad, Autonomía y Democracia Sindical", encabezada por la Organización
Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT). La campaña denuncia la opacidad,
la corrupción y la complicidad que permite a los empresarios mexicanos imponer
al sindicato de su conveniencia, y también incluye un amplio programa de acción
en favor de la libertad y autonomía de las organizaciones sindicales .
El segundo ejemplo es el trabajo realizado por el Centro de Investigación
Laboral y Asesoría Sindical (Cilas) con sindicatos independientes para
fortalecer su trabajo en la defensa de los trabajadores y trabajadoras, tanto en
el contexto de profundización del capitalismo como el de la impunidad de los
sindicatos de protección. Y es en este contexto en el que se celebró la
"Conferencia Nacional de Activistas y Dirigentes sindicales".
La Conferencia Nacional de Activistas y Dirigentes sindicales
La Conferencia tenía por objetivo crear un ámbito de reflexión colectiva
convocando a los y las dirigentes, organizadores y militantes de base de
sindicatos, agrupaciones gremiales o personas que quieren crear nuevas
organizaciones. Así, se trataba de generar un espacio de encuentro donde se
aportaran ideas y opiniones desde diferentes ópticas, desde la sindical a la
investigación social. La necesidad de analizar los cambios en las relaciones
laborales que ha supuesto la entrada en la globalización económica de México, y
su profundización por el actual gobierno de Felipe Calderón (Partido de Acción
Nacional), se reflejaba en la celebración del "Foro Internacional: Retos para
las y los trabajadores frente a la nueva coyuntura nacional e internacional". El
análisis de la coyuntura económica se complementaba con la revisión de la
situación actual del sindicalismo en el país, y tenía como fin último la
definición de líneas de trabajo que permitan promover la mayor fortaleza de los
sindicatos críticos.
La participación de ponentes internacionales permitió compartir la experiencia
de crear una organización sindical en un sector tan precario como las
trabajadoras del hogar en Bolivia, gracias al contexto más favorable del
gobierno de Evo Morales, así como analizar la situación de represión y
persecución sindical en Colombia como un paso más de los gobiernos neoliberales
en la eliminación de toda resistencia a las medidas de privatización y a la
entrada de multinacionales.
Siguiendo el objetivo de entrever los cambios futuros en el ámbito laboral y
social, se desarrollaron los llamados Seminarios Globales, que pretendían
ofrecer una visión lo más completa posible de las políticas del libre comercio y
transnacionales. Se puso un mayor énfasis en las multinacionales españolas
presentes en México, mediante un mapeo de éstas en el país que fue desarrollado
por OMAL. En este sentido, había una gran preocupación por el dominio del sector
financiero y por la extensión de las eléctricas Iberdrola y Unión Fenosa en la
zona del Istmo de Tehuantepec. También se analizó cómo la estadounidense Wal-Mart
se había extendido y había logrado dominar el comercio minorista en el país.
La entrada de los tratados de libre comercio y de las corporaciones globales ha
hecho que las políticas de incremento de competitividad tengan la condición de
ineludibles. Estas políticas llevan a implementar lo que se ha llamado la
"producción esbelta", término con el cual definen la eliminación de todo lo que
no sea productivo en la jornada del trabajador y trabajadora, es decir, los
pequeños descansos o el tiempo para la comida. Además, definen también la
eliminación de la destreza del operario para suplirlo más fácilmente en caso de
huelga, la subcontratación o la estrategia para convencer a la plantilla de la
necesidad de trabajar más y establecer relaciones competitivas entre ellos para
la "mejora continua" de la empresa. Ante esta situación, las preguntas que
surgían expresaban la necesidad de revisar qué respuesta se había dado desde las
organizaciones sindicales y qué modificaciones han tenido dichas organizaciones
para hacer frente a las grandes corporaciones.
Pero, quizás, el componente que hacía de este foro algo más que un espacio para
compartir experiencias y reflexiones sobre el análisis de un futuro no muy
halagüeño para la ciudadanía, ha sido la realización de talleres de formación
para militantes, donde se daban herramientas de trabajo para favorecer el acceso
a la información, el liderazgo de mujeres, la defensa legal, la libertad
sindical o la defensa de los derechos laborales básicos en un contexto de
privatización, entre otros. La Conferencia, en definitiva, puso sobre la mesa
temas y herramientas que favorecieron la participación de más de 300 personas
procedentes de unos veinte estados del país con un objetivo común: la
reivindicación y el fortalecimiento de la incidencia política de las
organizaciones sindicales ante el modelo impuesto de explotación laboral para el
beneficio de una élite.