Latinoamérica
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¿De qué países democráticos, socialistas, de izquierda hablan?
Pedro Echeverría V.
1. ¿Cómo influirán en México o en el mundo las elecciones que se realizarán
en Francia entre unos días, así como las que se hacen en España, Japón o los
Estados Unidos? La realidad es que muy poco, casi nada. Los cambios en esos
países no se definen por el partido o los políticos que llegan al gobierno sino
por el grupo financiero trasnacional que mantiene el poder real en cada país.
Por el contrario, en las naciones con economías pequeñas, escasamente abiertas,
donde los grupos financieros internacionales aún no son fuertes, la clase
política todavía mantiene una enorme presencia y los procesos electorales pueden
ser definitorios. En tanto en México aún se mantienen diferencias notables entre
los proyectos de izquierda, derecha y centro, en los países altamente
desarrollados los partidos –a pesar de mantener sus nombres- tienen programas y
discursos casi idénticos
2. Basta con observar l as diferentes campañas presidenciales en Francia que
terminaron el viernes en las que el candidato conservador Nicolas Sarkozy aún
lideraba las preferencias electorales para la primera vuelta de los comicios. Al
parecer, su probable rival para la segunda ronda electoral sería la socialista
Segolene Royal, que aspira a convertirse en la primera presidenta del país.
Sarkozy, al igual que la canciller alemana Angela Merkel, es visto como un
candidato que respalda a Estados Unidos. Un dúo así a cargo del poder en París y
Berlín marcaría un cambio con respecto a la era de Chirac y el ex canciller
alemán Gerhard Schroeder, de relaciones más frías con Washington, especialmente
por las diferencias por la guerra en Irak. Por su parte la socialista Royal es
respaldada por el presidente socialista español Zapatero; pero también hay otros
candidatos de izquierda y de derecha.
3 . Recuerdo que en su libro, Historia y enajenación –uno de los estudios más
importantes de los años sesenta- André Gorz analizó las condiciones de
desarrollo de los países capitalista y de qué manera el proletariado se había
sido integrado a la sociedad industrial y al juego de la "democracia". Pero Gorz
no era el único, estaba también Marcuse con su libro El hombre unidimensional,
Sastre o Merleau-Ponty y muchos de los que teorizaban en los Cuadernos Pasado y
Presente que publicaba Siglo XXI en Argentina. Al intervenir en la polémica
chino-soviética Gorz asentaba la idea de que en esa disputa ideológica los
chinos encabezaban con posiciones radicales a todos aquellos países que sufrían
miseria, hambre y explotación, mientras los soviéticos eran apoyados por los
partidos de países desarrollados, "democráticos", que podían esperar hasta las
"calendas griegas".
4. En Francia y los demás países europeos, así como en los Estados Unidos y
Canadá, dado que son países con altos niveles de desarrollo y con ingresos per
cápita muy superiores a los de las naciones de África, Asia y América Latina
–como diría Gorz- los problemas de miseria y hambre no están a la orden del día;
aunque nadie puede negar que un alto porcentaje de la población aún los sufre.
Las campañas políticas de los candidatos –de izquierda, centro o derecha- no
difieren mucho en planteamientos y ofertas, aunque tampoco en sus programas. Los
partidos han conservado sus nombres de "socialista", "comunista", "popular",
´"demócrata", "cristiano", sin embargo cada uno ha gobernado de acuerdo con los
intereses de los poderosos grupos financieros empresariales y transnacionales
que son quienes se encargan de financiar todas las campañas políticas y hacer
negocios.
5. Ex alumnos de la universidad, confundidos con esto de "gobernantes y
candidatos socialistas y de derecha" en Francia, me han preguntado si son
realmente socialistas. Mi respuesta fue que para comprender el problema se
requería una larga explicación que podría iniciarse por entender qué es el
socialismo, "los socialismos" y la llamada democracia. Que en realidad se
requería de un curso enriquecido por muchas lecturas entre las que tendrían que
estar marxistas, anarquistas, weberianos, russelianos, bobbianos y otros. Pero
como ese curso no estaba planteado bastaba con unas horas de charlas para
obtener algunas ideas y tratar de resolver algunas preguntas. ¿Es la democracia
el gobierno del pueblo o una forma de gobierno del sistema burgués? ¿Es el
socialismo un sistema para la socialización de la riqueza o un poder en
beneficio de una burocracia política?
6. Durante décadas, por lo menos desde que finalizó la segunda guerra en 1945,
el mundo fue dividido por los discursos de los políticos en países
"democráticos" y países "socialistas". Ni Estados Unidos, Inglaterra, Francia,
Alemania, México, eran países democráticos, pero tampoco la Unión Soviética,
China, Yugoslavia o Polonia eran socialistas. Fueron simples denominaciones con
los que fueron bautizados esos países inscribiendo en sus documentos oficiales
tales calificativos. En los primeros países los ricos empresarios y el gobierno
organizaban elecciones fraudulentas para legitimar su dominación y la miseria de
las masas del pueblo y en los llamados países socialistas, en nombre de "la
dictadura del proletariado", una poderosa burocracia de partido no socializaba
nada, instalaba un poderoso poder estatal y continuaba aplicando vicios
perniciosos del capitalismo.
7. Así como teóricos destacados como Duverger siempre tuvieron dificultades para
comprender con profundidad al sistema político mexicano, también desde la
complejidad mexicana los intelectuales del país tuvieron obstáculos para
comprender lo que pasaba en otras latitudes. Al desenvolverse nuestra nación con
un "sistema de economía mixta", con inversión de capital privado y estatal,
nacional y extranjero, así como con un gobierno centrista que durante muchas
décadas logró moverse hábilmente, y hasta manipular a la izquierda y la derecha,
todo pareció confuso. El gobierno al no romper con Cuba en 1963, al mantener el
IMSS y a defender los libros de texto gratuito, logró el apoyo de la izquierda;
por otro lado, al apoyar al los empresarios, al proteger al clero y resguardar a
los terratenientes, recibió siempre el apoyo de la derecha. El centrismo
político de los gobiernos del PRI, le dio mucha solidez.
8. Ante las acusaciones de la izquierda y la derecha, el gobierno mexicano
siempre negó ser un país capitalista pero también ser un país socialista. Hubo
incluso uno (López Mateos) que llegó a definir a su gobierno como "de izquierda,
pero dentro de la Constitución" y otro más, el de Salinas al decir que su
gobierno era "un liberalismo social". Siempre se jugó con las palabras para
tratar de esconder la indiscutible realidad: que el gobierno mexicano siempre
estuvo a servicio del capitalismo nacional y extranjero y que las poquísimas
manifestaciones de política internacional o nacional que buscaban favorecer a
los sectores mayoritarios sólo fueron estrategias para engañar a una izquierda
amaestrada desesperada por acomodarse en alguna fracción de poder. ¿De qué
gobierno socialista, de derecha, democrático, se puede hablar en países como
Francia, los Estados Unidos y México?