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"El Gobierno debe desmantelar las estructuras militares, políticas y económicas del paramilitarismo"
Declaración final de la Segunda Conferencia Internacional sobre Derechos Humanos en ColombiaLa Oficina Internacional de Derechos Humanos-Acción Colombia, OIDH-ACO
y la Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos, CCEEU
con el apoyo de los parlamentarios europeos Jens HOLM (Grupo Confederal de la
Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica - GUE/NGL),
Raül ROMEVA (Grupo Verdes - Verts/ALE), Richard HOWITT (Grupo Socialista Europeo
- PSE) Josu ORTUONDO LARREA (Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales
por Europa - ADLE)
Declaran:
Después de 12 años de haberse celebrado la primera Conferencia Internacional,
registramos con enorme preocupación que la crisis de derechos humanos colombiana
siga siendo una de las más agudas del mundo. La continua ocurrencia de
violaciones graves, masivas y sistemáticas de los derechos humanos y su
impunidad no sólo cuestan vidas humanas, sino que obstaculizan la vigencia del
Estado social de derecho, impiden seriamente la construcción de un régimen
democrático y dificultan la superación de una sociedad desigual y excluyente.
Así mismo, la persistencia de un conflicto armado interno cada vez más degradado
profundiza la crisis de derechos humanos porque afecta principalmente a la
población civil. Además, el paramilitarismo representa una grave amenaza para la
democracia en Colombia.
Todos los grupos combatientes son responsables de graves infracciones al derecho
humanitario. En particular, los grupos guerrilleros continúan perpetrando
secuestros. Es casi absoluta la impunidad en que quedan los graves crímenes
perpetrados por agentes estatales, paramilitares y guerrillas. Además, las
medidas adoptadas por el Estado colombiano favorecen la impunidad en lugar de
combatirla. Así sucede con el proceso entre el Gobierno y los grupos
paramilitares, que han sido beneficiados con un marco legal que no cumple con
los estándares internacionales que protegen y buscan hacer efectivos los
derechos a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas.
Escándalos recientes han dejado al descubierto que es creciente la
paramilitarización de la sociedad y las instituciones colombianas. Es cada vez
más evidente que los vínculos históricos entre agentes del Estado y
paramilitares han intervenido el Estado a muy altos niveles. Las estructuras
paramilitares, que han sido responsables directos del desplazamiento forzado de
millones de colombianos de sus tierras, mantienen control militar en varias
regiones del país, han ampliado su influencia política, ejercen control sobre
diversas e importantes actividades económicas, y continúan usufructuando las
posesiones usurpadas mediante las armas.
Consideramos que la vigencia de la democracia en Colombia está directamente
ligada a la realización de los derechos humanos, a la solución política
negociada al conflicto armado interno, al fortalecimiento del Estado social de
derecho y a la conquista de la equidad. En ese sentido, exhortamos al Gobierno
de Colombia y a la comunidad internacional a atender los siguientes llamados:
1. El Gobierno de Colombia debe adoptar todas las medidas adecuadas para
desmantelar efectivamente las estructuras militares, políticas y económicas del
paramilitarismo, y depurar sus vínculos con servidores públicos, miembros de la
Fuerza Pública y organismos de seguridad. Así mismo, debe dar cabal cumplimiento
a la sentencia de la Corte Constitucional en relación con la aplicación de la
ley 975 de 2005. La comunidad internacional debe vigilar que el Gobierno de
Colombia cumpla con esas obligaciones.
2. La solución política negociada es el mejor camino para resolver el conflicto
armado interno. Alentamos al Gobierno de Colombia y al ELN para avanzar
efectivamente en la construcción de escenarios de negociación política. Todos
los grupos combatientes deben abstenerse de continuar practicando secuestros.
Instamos al Gobierno de Colombia y a la guerrilla de las FARC-EP a que sin más
dilaciones ni condicionamientos suscriban un acuerdo humanitario. Es fundamental
que la comunidad internacional continúe cumpliendo su papel de facilitación
respecto a esas iniciativas.
3. El Gobierno de Colombia debe garantizar los derechos de todas las víctimas a
la verdad, la justicia y la reparación. La comunidad internacional debe
acompañar y apoyar decididamente las iniciativas de las víctimas orientadas a
ejercer sus derechos. También debe apoyar a la sociedad civil colombiana en el
proceso de construir y concertar un Plan Nacional de Derechos Humanos y Derecho
Humanitario con el Estado colombiano.
4. Durante las próximas elecciones, el Gobierno de Colombia está obligado a
ofrecer garantías a la oposición política, a impedir la injerencia del
paramilitarismo en el debate electoral. La Unión Europea debe supervisar todo el
proceso electoral (campañas y elecciones) mediante la conformación de una Misión
de Verificación Electoral y el apoyo que otorgue a la presencia de otras
misiones.
5. Dado el incumplimiento de las obligaciones internacionales de derechos
humanos del Estado colombiano, la Unión Europea debe evaluar la vigencia del
acuerdo arancelario vigente. Otros acuerdos comerciales que la UE celebre con el
Gobierno de Colombia deben estar condicionados al respeto y la garantía de la
integralidad de los derechos humanos. En todo caso, la sociedad civil podrá
participar de las consultas previas para suscribir esos acuerdos
6. El Gobierno de Colombia debe dar cumplimiento a las recomendaciones
formuladas durante los últimos años por los organismos intergubernamentales
especializados de derechos humanos. La comunidad internacional debe garantizar
la continuidad y el cabal cumplimiento del mandato integral de la Oficina en
Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos. Así mismo, el Consejo de Derechos Humanos, por lo menos una vez al año,
debe analizar específicamente la situación colombiana y adoptar un curso de
acción que comprometa al Gobierno de Colombia a superar la crisis de derechos
humanos.
7. Proclamamos nuestro compromiso con el desarrollo y la consolidación de la
democracia en Colombia. En ese sentido, instamos al Gobierno de Colombia para
que respete y garantice los derechos de las defensoras y defensores de derechos
humanos, otorgue garantías a los integrantes de la oposición política, y asegure
la vigencia de las libertades sindicales. La comunidad internacional debe exigir
el cumplimiento de esas obligaciones y velar por la vigencia de las cláusulas
democráticas.
Bruselas, 18 de abril de 2007