Latinoamérica
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Bolivia debe fracasar
Emir Sader
Lo de Bolivia no puede resultar bien. Un indígena no puede ser un buen
presidente de la república. La economía no puede crecer bajo la dirección de un
partido fundado sobre movimientos sociales. Los recursos naturales no pueden ser
administrados por un gobierno compuesto por dirigentes indígenas y sindicales.
La Asamblea Constituyente tiene que fracasar, no puede dar lugar a la
construcción de una Bolivia multicultural, multinacional y multiétnica, porque
esto hiere las teorías liberales. El gobierno de Evo Morales tiene que fracasar
en la construcción de una inmensa democracia social, económica y cultural.
Bolivia tiene que fracasar para que se compruebe el lema fundamental del
capitalismo, "Civilización o barbarie", en el que la civilización fue
definitivamente asumida e identificada con la cultura blanca, occidental,
cristiana, anglosajona. El resto -Africa, Asia, los indígenas, los negros, los
mestizos de América latina, los negros de Estados Unidos- son, en fin, todos los
no blancos.
Hollywood ya nos enseño: los "guapos" son los cowboys, que luchan contra
los malos: los indígenas o "pieles rojas", traicioneros, expresión de la
barbarie en pleno suelo yanqui. Hollywood ya criminalizó a japoneses, chinos,
coreanos, africanos, árabes, mexicanos y, mediante estos últimos, a todos los
latinoamericanos.
Ya aprendimos qué es bueno y qué es malo; qué es feo y qué es bonito; quién
(supuestamente) gana y quién pierde.
De repente un indígena se vuelve presidente de la república: es inaceptable.
Basta que John Wayne -el estadunidense indómito- tuviera que descansar, para que
los indios atacaran de nuevo: ocuparan el Palacio Quemado, se posesionaran de
ministerios, llamaran a una Asamblea Constituyente, hablaran en nombre del
pueblo boliviano, se apropiaran de las riquezas naturales: tierra, agua, gas,
petróleo.
Si el gobierno de Bolivia acertase, ¡habría que revisar tantas cosas!: habría
que rediscutir el concepto de civilización y de barbarie, cuestionar la
dominación capitalista del mundo, la hegemonía europea y estadunidense. La
dictadura del dinero, de las armas y de la palabra estaría amenazada. Por todo
esto y mucho más, la Bolivia de Evo Morales no debe y no puede resultar bien.
Pero lo está siendo. Ahí comienzan los problemas.
Traducción: Ruben Montedónico