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Bolivia: las ambulancias de Zapatero
Andrés Soliz Rada
El Presidente Evo Morales recordó en días pasados al Jefe de gobierno
español, José Luís Rodríguez Zapatero, que había incumplido su promesa de donar
700 ambulancias a Bolivia. La declaración contradice la consigna "queremos
socios y no patrones" con la que inició su política exterior. En efecto, ningún
socio pide humillantes donativos a otro socio, lo que, en cambio, es común entre
siervos y patrones.
La solicitud debilita los esfuerzos del régimen vigente por recuperar
espacios de soberanía y dignidad en sectores estratégicos, como hidrocarburos,
minería y telecomunicaciones. En también un debilitamiento del prestigio que
tiene Evo, dentro y fuera del país, por postular la participación en la vida
política de los excluidos de la sociedad, por 500 años, según su reiterada
expresión, de colonialismo interno.
Es obvio que el pedido de obsequios y donativos adormece psicológicamente la
posición nacional, en momentos en que se debe mostrar firmeza en negociaciones
importantes con Petrobrás y poderosas transnacionales. El error presidencial no
se limita al pedido de donativos, sino a que confunde temas fundamentales con
otros de menor relevancia. Lo anterior ocasiona que la contraparte negociadora
ceda en lo accesorio y Bolivia pierda en lo fundamental. Con Argentina, por
ejemplo, los delegados de Buenos Aires se empeñaban en discutir, de manera
simultánea, el precio del gas de exportación con "ventajosas" ventas de
tractores agrícolas, que incrementarían la popularidad del Primer Mandatario. No
se entiende que si logramos precios justos por las materias no necesitaremos
regalos humillantes, pero, además, y esto es lo fundamental, industrializaremos
al país con los excedentes generados por nuestra propia economía.
Recuerdo, en mi primera reunión con Petrobrás, como Ministro de Hidrocarburos de
Evo, al que renuncié el 15-09-06, la insistencia con la que los delegados
brasileños deseaban incluir en el primer borrador de acuerdo algunas becas para
estudiantes bolivianos en San Pablo o Río y la ampliación de cupos para que
egresados en ingeniería petrolera realicen prácticas en los campos explotados
por la estatal brasileña en territorio nacional. Lo insólito es que los gastos
de Petrobrás en esta materia forman parte de los "costos recuperables" que le
reconoce YPFB.
Con la española Repsol, que, al igual que Petrobrás, perpetró cuantiosas estafas
en Bolivia, se avecinan duras negociaciones, ya que nuestra estatal petrolera
debe aprobar los planes de inversión que nos presenten. No sería raro que, en el
momento de las definiciones, en el que se incluyan cálculos inflados en
perforación de pozos y desarrollo de campos, Rodríguez Zapatero haga llegar el
miserable donativo. El intercambio de oro por espejitos y abalorios con el que
se inició el coloniaje hispano, parece continuar ahora con el trueque de
ambulancias por ventajosos contratos para Repsol.
Sería útil que algún egresado de sociología escribiera una historia de los
donativos al país y de las ventajas que los donantes obtuvieron a cambio. Sergio
Almaraz, en su "Réquiem para una República", recuerda que, después del golpe del
4-XI-64, que encumbró en el poder al general René Barrientos, su Ministro de
Educación, en un almuerzo-trabajo con el embajador de EEUU, detalló el
lamentable estado de los locales escolares del país y la necesidad de
repararlos. En respuesta, el diplomático anunció el donativo de trescientos
dólares a tan noble finalidad.
También en el régimen de Barrientos, quien profundizó las indignidades de su
antecesor, Víctor Paz Estensoro, se aceptó, mediante el programa PL-480, la
donación permanente de harina de trigo norteamericano, con la que, durante
décadas, fue aniquilada la producción triguera del país, convirtiéndonos en un
pueblo de mendigos, obligado a extender la mano para consumir el pan de cada
día. Las ocasiones en que tropas norteamericanas llegaron a territorio nacional
en las últimas décadas, para realizar ejercicios militares, se adujo que, como
contrapartida, nos beneficiaríamos con la construcción de letrinas y postas
sanitarias, además de extracción de muelas a pacientes pobres.
En el último gobierno de Paz Estensoro (1985-1989), su Ministro de
Planificación, Gonzalo Sánchez de Lozada, obtuvo un plus del BID, la CAF, el
Banco Mundial y Usaid (Embajada de EEUU), destinado a elevar los ingresos de
altos funcionarios que debían negociar los intereses públicos con los donantes.
Lo anterior se reproduce hoy con la sumisión que, tal vez salvo escasas
excepciones, deben mantener organizaciones populares, partidos políticos,
sindicatos, movimientos sociales e inclusive instituciones estatales que reciben
financiamientos de Fundaciones, Embajadas europeas y ONG. Otra vez la disyuntiva
socios o patrones, se define a favor de estos últimos. Evo fortalecerá la
conciencia nacional si defiende los intereses vitales del país. Si cambia lo
anterior por donativos, debilitará la dignidad nacional, es decir el respeto por
nosotros mismos.