Latinoamérica
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El gambito del Castillo
Señal de Alerta por Herbert Mujica Rojas
No una, múltiples veces, Javier Valle Riestra, ha mencionado la urgente
necesidad de un interregno depurador. Aludía así a un momento de autocrítica y
acción terminante para limpiar el país a través de actos ejemplares. El
presidente García tiene la oportunidad de jugar al ajedrez con un gambito de
interesante factura: ¡sacrifique y mande a su curul, de donde jamás debió salir,
a Jorge del Castillo, y reorganice el gabinete de ministros! Seamos sinceros y
duros con nosotros mismos. A los peruanos nos encanta discurrir por el
circunloquio, por la imbecilidad disfrazada de honorable, caminar por la
hipocresía que mimetiza la idiotez de nuestros hombres públicos y privados.
Todos los esfuerzos oficialistas y de los amigotes están enderezados hoy a
minimizar lo que fue una bestialidad monstruosa, el caso Pandolfi, y a pretender
que una disculpa soluciona todo. ¡Falso de toda falsedad! Vivir, como siempre ha
sido la vida peruana, en la mentira, sólo envilece, pudre, persiste en la
contumacia de berrear que lo que todos ven negro, es blanco y que lo inmoral y
sucio es parte de la tan mentada "gobernabilidad", ideolexo, o más bien
idiotismo, para hablar de administración política de gobierno. ¡Basta ya! Del
Castillo ya no colma ni siquiera las expectativas de sus amigos los rábanos
caviares que le apoyaron desde sus miedos de comunicación.
Ahora, recién en últimos días, le achacan metidas de pata al por mayor. Y, la
realidad es que nunca hizo otra cosa que aquello, favoreciendo intereses
minúsculos, de capilla. Para los apristas, es el menos aprista de los ministros
y acaso sí el más publicitado con un halo de concertación, disfraz muy usado
cuando se trata de pintar anodinos, orlar mediocres, barnizar imposturas.
¿No haría un gambito político de buen nivel, el mandatario García, cambiando a
su gabinete? De repente algo de audacia y bastante realismo, convienen a su
gobierno. Así podría liberarse de bufones que hablan de "seguridad cooperativa"
o de funcionarios que creen que es bueno protagonizar la vergonzosa guardia
pretoriana custodiadora de los límites chilenos y no peruanos en Tacna. ¡Qué
desverguenza la de esos burócratas que se "alegraban" del "fracaso" de una
marcha que debió haber sido multipartidaria y con el respaldo, absoluto y
majestuoso de toda la civilidad! Entonces, con un gambito dentro del interregno
depurador, la administración García podría intentar la reconciliación con su
natural base de respaldo en las calles, el Partido Aprista, única colectividad
que le dará la mano en forma popular y masiva, si se trata de militar por el
gobierno, antes que se produzca un divorcio que ha sido alentado desde arriba
muy arriba y por protagonistas que han preferido a los amigotes y a los
Pandolfis por doquier. No falta razón a aquellos que señalan una alianza
vergonzosa del régimen actual con los fujimoristas, negada mil veces, pero
puesta de manifiesto, dos mil, en los cargos públicos.
Si la oposición no consigue los votos para censurar al señor del Castillo y con
eso la licencia definitiva de todo su lamentable gabinete, desde el cadáver
canciller hasta su más anodino integrante, el presidente tiene una oportunidad
pocas veces vista: la recuperación absoluta del mando político, sin
interferencias de la derecha momia y profundamente reaccionaria como tampoco los
zarpazos presupuestívoros y logreros de la rabanería caviar.
Nótese cómo los políticos peruanos, en la más rancia tradición opaca, pretenden
cubrir lo que ha sido una genuina y oprobiosa desverguenza, el affaire Pandolfi,
porque calculan que mañana podrían ser ellos los que estén en la picota. ¿Y qué
pretenden, vivir eternamente del yerro envilecedor y triste por bestial?
¡Vergüenza debería darles hasta buscar excusas! Un gambito y adelante el
interregno depurador. Ya es hora.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien! ¡Ataquemos al
poder; el gobierno lo tiene cualquiera! ¡Hay que romper el pacto infame y tácito
de hablar a media voz! ¡Sólo el talento salvará al Perú!