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En republica Dominicana
TLc: Recolonización en grande
Narciso Isa Conde
Introducción
El denominado Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU y Centroamérica está ya
en proceso de ejecución en la República Dominicana. Sus siglas en inglés, que no
es de mi agrado usarlas, son DR-CAFTA, siempre bien pronunciadas por el Dr.
Leonel Fernández, quien funge de presidente de nuestro país.
En verdad no se trata de un tratado, sino de una imposición desde una estrecha
articulación entre los intereses de las corporaciones estadounidenses,
representadas por el gobierno de George W. Bush, y los dirigentes de la
Asociación Dominicana de Zonas Francas(ADOZONA), la Cámara Americana de Comercio
y los grandes importadores dominicanos, quienes serán los favorecidos con su
ejecución.
Tampoco tiene que ver ese paso con una real política de "libre comercio", dadas
no solo las circunstancias derivadas del proceso de extraordinaria concentración
capitalista en favor de los grandes monopolios y oligopolios internacionales y
criollos, sino tambien del conjunto de medidas proteccionistas y condiciones
ventajosas que para las grandes empresas perduran en la sociedad estadounidense;
mientras nos obligan a eliminar todas las barreras similares a favor de las
nuestras.
Desde la conversión del capitalismo en imperialismo, del cual el estadounidense
es todavía componente dominante, la libre competencia internacional viene siendo
abatida hasta tornarse en una verdadera falacia. La enorme desigualdad entre
empresas y naciones han afectado en gran escala la libertad en el mercado.
La competencia entre desiguales, donde en muchos casos las diferencias
tecnológicas, formativas, normativas, financieras y operacionales son realmente
abismales, jamás podría generar condiciones de igualdad y trato justo. De ahí la
falacia del "libre mercado" y los efectos nefastos de la "competitividad sin
límites".
Pero no solo se trata del gran engaño que acompaña las políticas en torno a las
llamadas áreas de libre comercio promovidas por las grandes potencias
capitalistas y sus todopoderosas corporaciones transnacionales, fundamentalmente
destinadas a sacar de competencia las empresas agropecuarias y manufactureras de
los países dependientes y a apropiarse de sus mercado internos; políticas que
por demás- junto con las privatizaciones, las desregulaciones del mercado
laboral, el desmonte de las conquistas sociales, el despojo de las funciones
económicas y sociales del Estado- han caracterizado el proceso de
reestructuración neoliberal del capitalismo en interés de elevar sus ganancias y
su poder sobre el resto de la humanidad.
1
El TLC llamado DR- CAFTA
Hay más aun, porque es preciso agregar todo lo relacionado con los detalles que
refuerzan el carácter recolonizador y los efectos contra toda posibilidad de
desarrollo contenido en los textos del referido TLC y en los procedimientos para
su ejecución.
Hegemonismo y sumisión se mezclan para profundizar el abismo entre desarrollo y
subdesarrollo, entre progreso y atraso, entre beneficiarios de las riquezas
generadas y productores de las mismas, entre capital y trabajo.
Hegemonismo y sumisión se confabulan para "modernizar" profundizando los
procesos de destrucción de los Estado nacionales subordinados a las grandes
potencias capitalistas y para empobrecer todos los componentes de la naturaleza
de nuestro país: seres humanos, medio ambiente, reservas minerales y
científicas…
De entrada hay que decir que el TLC con EEUU y Centroamérica es solo un
instrumento de política comercial y en verdad el desarrollo implica mucho más
que eso.
De todas maneas es necesario examinar si ese instrumento de política comercial
ayuda o desayuda al propósito de superar las penurias y alcanzar del máximo de
libertades (políticas, económicas, sociales, culturales, espirituales) de los
seres humanasen esta sociedad, lo que debe ser la esencia de todo desarrollo.
Igual hay que valorar si contribuye o no a la autodeterminación de nuestro
pueblo, a su libertad, a la defensa de su identidad y a sus valores, al respeto
de sus derechos integrales en el concierto de los pueblos de América y del
mundo.
Intervención legal
Comencemos por analizar su contenido legal, vinculándolo a nuestra soberanía
nacional y popular:
El TLC que examinamos le concede poder legal a los EEUU sobre todo tipo de
actividad económica, al tiempo de condicionar totalmente la economía dominicana
en las próximas décadas en función de las relaciones con esa potencia. La
ingerencia, la intervención legal, es sencillamente total, brutal, intensa y
extensa…al extremo de cualquier nueva ley para ser aprobada deberá ser
compatible con texto del TLC.
Las grandes empresas estadounidenses son agraciadas con el trato de "nación
favorecida" al extremo de recibir el mismo trato que le concede a las
dominicanas, sin que las criollas cuenten con el poder de presión y soborno, con
la fuerza extraordinaria de que disponen las estadounidenses y su Estado
imperialista.
En los próximos 20 años no habrá ninguna restricción comercial de parte de las
leyes dominicanas; y aunque así reza de la parte estadounidense, en realidad esa
gran potencia mantendrá intacto todo su sistema de protección y de barreras
comerciales y no comerciales. 2
Abismo tecnológico y subsidios USA
EEUU no solo cuenta con una base tecnológica y científica muy superior a la de
nuestro sistema productivo; una base tecno-científica en gran escala secuestrada
y por tanto difícil de transferir (en lo que implica una enorme ventaja
comparativa), sino que ha institucionalizado el sistema de subsidios a sus
productores agropecuarios.
Ese subsidio ascendió a la suma de 190 mil millones de dólares en el periodo
2003-2008, lo que representa casi 20 mil millones por año.
Unos 87 millones de dólares diarios están destinado a subsidiar su producción de
trigo, cebada, oleaginosa, algodón, arroz, granos y productos lácteos.
Solo en materia de arroz, los expertos de la Secretaría de Agricultura de los
EEUU estiman que los productores de ese país podían duplicar sus exportaciones a
República Dominicana en el marco del TLC, esto es, de 50,600 toneladas en el
momento actual a unas 120 mil toneladas.
A esto se le agregan las trabas fito-sanitarias que EEUU impone para
obstaculizar el ingreso de nuestros productos a su mercado.
Efectos devastadores en el aparato productivo nacional
Esto va a implicar continuos procesos de quiebras de los productores dominicanos
de arroz, habichuelas, leche, azúcar…
El sector agropecuario dominicano, que nutre parte del mercado nacional, se verá
prácticamente imposibilitado de competir con la avalancha de productos
agrícolas, pecuarios y agrícolas que ahora ingresarán desde EEUU al mercado
dominicano libre de impuestos
La impotencia para sobrevivir a esas condicionantes podría ocasionar –según
valoraciones de expertos en la materia- la pérdida de unos 521 mil empleos
directos y dos millones de empleo indirectos en el sector agropecuario.
En el sector manufacturero los efectos serían tambien sumamente negativos,
estimándose la posible pérdida en cerca de medio millón de empleos a
consecuencia de las industrias, los comercios y las microempresas que podrían
quebrar. Solo en las industrias del mueble podrían desaparecer unas 46 mil
puestos de trabajo.
Y todo esto, en un contexto en el que habrá libre movilidad de personas de allá
hacia acá pero no de aquí hacia allá, y en un país de 9 millones de habitantes,
equivale a una especie de catástrofe social.
Ley del embudo en cuanto a ingresos.
Los expertos estadounidenses prevén que con la vigencia del TLC los ingresos
adicionales para sus corporaciones empresariales serán del orden de los 17 mil
millones de dólares, mientras todos los países de la región (República
Dominicana, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala) a lo sumo podrían
obtener unos 5 mil millones de dólares más. Las desventajas son enormes. 3
Desprotección ambiental
La total desprotección ambiental y ecológica será una consecuencia directa de la
cláusulas que convierten en sujeto de demanda de las empresas imperialistas toda
iniciativa nacional destinada a proteger nuestra corteza terrestre, ríos, mares,
recursos minerales, reservas forestales y científicas, aire, derechos de los
(as) trabajadores (as), ingresos y propiedades del Estado.
Inversión extranjera sin control.
Igual el TLC promueve la inversión extranjera sin controles ni regulaciones, el
libre flujo de capital en función exclusiva de la libertad de ganancias de las
empresas extranjeras.
Su camisa de fuerza legal es un marco de hierro de protección de las empresas,
servicios y recursos privatizados a favor del capital transnacional y una
inducción forzada hacia las nuevas privatizaciones en materia de servicios
públicos, incluidos los relacionados con la protección de la biodiversidad, el
agua, la caza la pesca deportiva, las concesiones marítimas y terrestres, las
explotaciones de recursos minerales.
Todo esto conlleva el encarecimiento en mayor grado de la energía, el agua, la
diversión…
Monopolio tecnológico a nombre de la llamada propiedad intelectual.
El TLC con EEUU, y Centroamérica modificó las leyes en materia de la mal llamada
"propiedad intelectual", profundizando el monopolio tecnológico y la creación de
rentas monopólicas, ampliando plazos y penalizando drásticamente las violaciones
a estas leyes.
Las reglas del TLC en esta materia superan en restricciones las establecidas por
la Organización Mundial del Comercio, bloqueando así toda posibilidad de copia
y/o trasferencia de tecnologías y avances científicos, acaparando los avances
creativos de los seres humanos y potenciando la superioridad tecno-científica de
los países ricos y de sus grandes corporaciones.
Como la competitividad depende de la productividad y la productividad depende de
las tecnológicas y de los avances científicos aplicables a la producción,
distribución y servicios, esa determinación implica negarle toda posibilidad de
competir exitosamente a las economías más débiles, a los países menos
desarrollados tecnológicamente, potenciando así la ley del embudo.
Esas cláusulas del TLC encarecen las nuevas tecnologías y dificultan enormemente
el acceso a ellas y a los medicamentos.
En el caso de la industria farmacéutica nacional los perjuicios serán enormes y
el país estará condenado a depender de los medicamentos de las grandes
corporaciones extranjeras, de los fármacos a precios monopólicos y oligopólicos.
4
Cero movilidad del trabajo.
El TLC favorece la libre movilidad de bienes, servicios y capitales. Pero no
garantiza la libre movilidad del trabajo
EEUU es fuerte en todo lo primero y la República Dominicana solo lo es en la
abundancia de oferta de fuerza de trabajo, por lo que se nos condena a la
sobre-explotación de nuestra mano de obras, sin ninguna movilidad.
TLC, desarrollo, Crecimiento, Competitividad, Precios, Exortaciones y
Desigualdad.
La experiencia vivida en las últimas décadas desmiente categóricamente las
supuestas bondades para el desarrollo del llamado libre.
El crecimiento económico no es sinónimo de desarrollo y esto quedó muy bien
demostrado por los autores del Informe del Desarrollo Humano del PNUD 2005, que
al examinar el caso dominicano, pudieron comprobar que siendo de los países del
planeta que más había crecido económicamente en los últimos cincuenta años es a
la vez uno de lo que menos había aprovechado ese crecimiento en término de los
indicadores del desarrollo. Nuestro país está entre los trece países del mundo,
incluidos los africanos, que peor ha distribuidos sus ingresos, que mayores
penurias y penalidades le han impuesto los sectores dominantes a sus habitantes.
Y aun en estas dramáticas condiciones el TLC exigió de eliminación de impuestos
aduanales por un monto de mil millones de dólares (32mil millones de pesos),
forzando a una contrarreforma tributaria que le ha cargado más impuestos al
consumo a los sectores de bajo y medianos ingresos.
EL TLC impone reglas comerciales iguales para países y sociedades sumamente
desiguales. En 20 años EU y República Dominicana deben marchar parejas, con
igualdad de condiciones de intercambios, a pesar de las enormes diferencias de
tamaño y nivel de desarrollo.
El tratamiento que el referido TLC le da a esas grandes diferencias se reduce a
plazos para ir bajando aranceles, sin valorar los abismales desniveles en
materia de desarrollo. En 20 años deberíamos alcanzar los niveles de
productividad de EEUU para poder competir, como si en economía y desarrollo
fueran posibles milagros de esa magnitud.
Ellos con el monopolio tecnológico y científico y una superioridad de siglos en
ese orden. Con grandes subsidios a sus productores y nosotros sin ninguno.
Ellos con una economía y un país de una dimensión mil veces superior. Nosotros
(as) con poquísimos ingresos y con un poder que se resiste a distribuir
justamente el ingreso disponible, con una Estado gansterizado y anémico, con
pésimos servicios públicos, con bajísima calidad en la fuerza e trabajo y enorme
precariedad en salud y educación, con un pésimo sistema energético (privatizado
y protegido por el imperio), con un país pequeño y empobrecido. 5
Es esto lo que lleva al economista Miguel Ceara Hatton, director de un
prestigioso centro de investigación y representante del PNUD en la República
Dominicana, a afirmar lo siguiente:
"Los objetivos del DR-CAFTA son:
Estimular la expansión y diversificación del comercio;
Eliminar los obstáculos al comercio y facilitar la circulación transfronteriza
de mercancías y servicios entre los territorios;
Promover condiciones de competencia leal en la zona de libre comercio;
Aumentar sustancialmente las oportunidades de inversión;
Proteger en forma adecuada y eficaz y hacer valer los derechos de propiedad
intelectual en el territorio;
Crear procedimientos eficaces para la aplicación y el cumplimiento de esta
Tratado, para su administración conjunta y para la solución de controversias; y
Establecer lineamientos para la cooperación bilateral, regional, y multilateral
dirigida a ampliar y mejorar los beneficios de este Tratado."
"Como se ve todos esos objetivos se pueden cumplir sin que mejore un ápice las
condiciones de vida de las personas. Pero aun más, no se estipuló ninguna
obligación de los EEUU con los otros signatarios en materia de trato especial y
diferenciado en función del tamaño y el nivel de desarrollo, que fuera más allá
de los plazos de desgravación."
Los epígonos del TLC exaltan entre sus posibles bondades la capacidad de ese
instrumento comercial para supuestamente aumentar significativamente en el corto
plazo las exportaciones dominicanas a EEUU, superar el déficit en la balanza
comercial y reducir sensiblemente los precios de las importaciones de todo tipo,
mejorando las condiciones de vida de la población.
A esto Ceara le responde de manera muy contundente:
"Las exportaciones totales dominicanas hacia EEUU están estancadas desde 1997,
casi una década. La competitividad revelada se ha desplomado, cayendo un 28%
entre 1997 y 2000, a pesar de que el acceso al mercado estadounidense estaba
aumentando (el arancel efectivo pagado en EEUU estaba disminuyendo) y en el
2006, la competitividad revelada (la participación de mercado en los EEUU) era
un tercio menos de lo que era 17 años atrás."
"En el corto plazo, dada la trayectoria de los últimos pagos se debe descontar
cualquier impacto positivo sobre al cuenta corriente de la balanza de pagos. En
efecto si las exportaciones totales están estancadas desde 1997, las
exportaciones nacionales lo están en las últimas dos décadas (excepción del
ferro-niquel, en lo dos últimos años) y las exportaciones textiles disminuyen,
no hay porque esperar un repunte de las exportaciones y una mejoría en la
balanza de pagos." 6
"Se ha argumentado que el DR-CAFTA traería un beneficio inmediato sobre los
precios internos, mejorando el bienestar. Este impacto parece dudoso debido a la
estructura de los mercados dominicanos. Por ejemplo, la reevaluación del tipo de
cambio tiene el mismo efecto que un arancel sobre lo precios. Si los precios no
cayeron con una revaluación del 50%, por qué caerían con la desaparición de un
arancel del 30%. Para que ese efecto ocurra, habría que cambiar una parte
importante de la cadena de comercialización lo cual si pasa sería en el mediano
plazo."
Esto último guarda relación con el carácter monopólico-oligopólico de la oferta
transnacional, además de la altísima concentración de la propiedad empresarial
en el sector importador privado del país, lo que le permitirá manipular los
precios e imponer precios altos tan pronto desplacen del mercado a los
productores nacionales.
La concentración de la propiedad en grandes cadenas de distribución comercial es
un componente del poder oligárquico y es claro que sin romperle el espinazo a la
oligarquía y desplazar del poder a la partidocracia corrompida que le sirve y
traba todo avance político hacia una nueva institucionalidad y un justo sistema
de precios, no habrá la posibilidad de mejorar esta grave situación.
Igual pasa con todo lo relativo al predominio de una cultura política perversa
que le cierra el paso y/o corrompe todo lo prometido en materia de cambios
institucionales y normativos superadores del "status quo".
¿"Salvar Zonas Francas"?
Salvar las empresas de Zonas Francas ha sido el pretexto para imponer el TLC,
aunque la realidad es que con o sin TLC esas empresas, ese modelo de
crecimiento, está condenado a la desaparición por los efectos generales de la
liberalización comercial de corte neoliberal.
Tanto la liberalización del comercio de textiles y la entrada de China
Continental a ese modelo, como las ventajas comparativas de Centroamérica (por
bajos salarios y energía eléctrica mas barata) le ha creado graves dificultades
a las empresas textiles dominicanas de Zonas Francas, generando un proceso de
quiebra y despidos masivos.
Las empresas de Zonas Francas exportan sin agregar valor, por lo que no es
propiamente un esquema de desarrollo.
Las exportaciones, además, se han concentrado en el mercado de EU, lo cual es un
grave error. Y se yerra en mayor escala cuando se piensa que el TLC puede
salvarlas porque abre acceso a nuevos mercados.
De nuevo la miopía y la anguria sin ingenio de la cúpula partidocrática y de los
empresarios de Zonas Francas confunden acceso a mercado con capacidad
competitiva. Y por esto no podrán explicarse el hecho de que si logran exportar
más, será por cortísimo tiempo, ya que esas exportaciones no harán al país ni
más rico ni más productivo. 7
La imposición del TLC ni salvará las Zona Francas ni ayudará al desarrollo, sino
que habrá de hundirlo más aun en una crisis social ya de por si dramática.
Conclusiones
La aplicación del TLC con EEUU y Centroamérica viene a completar el proceso de
recolonización económica del país, provocando:
La apropiación de lo que queda del mercado interno dominicano por las
corporaciones transnacionales, especialmente estadounidenses.
El traspaso de lo que queda del patrimonio público y del patrimonio natural del
país a las grandes empresas privadas, sobretodo a las corporaciones de EEUU.
La liquidación de la ya limitada oferta al mercado interno de alimentos
producidos en el país (arroz, habichuelas, pollo, azúcar, cerdo, res, leche…) y
la pérdida completa de la seguridad alimentaría.
La apropiación de las compras, contratos de servicio y contratos de obras del
Estado por las compañías extranjeras y la quiebra de las suplidoras de bienes y
servicios de factura nacional.
El impedimento, mediante las cláusulas sobre "derecho de autor", de acceso del
país a los adelantos científicos, tecnológicos y culturales.
La desprotección ecológica.
El empobrecimiento de la sociedad nacional y su conversión en plaza de servicios
y mercado de EU.
Las áreas de libre comercio impulsadas por EEUU tienen como propósito
fundamental tragarse los mercados nacionales, mientras las privatizaciones en
todas las vertientes persiguen apropiarse de los patrimonios nacionales y
naturales de los países periféricos.
Los TLC y los acuerdos como el DR-CAFTA pueden ser malísimos o malos, pero jamás
buenos para los intereses de países como el nuestro.
Pero lo expuesto solo se refiere al proceso de recolonización económica, y
ciertamente que la estrategia de dominación de EEUU esta avanzando
aceleradamente en lo militar.
Veamos:
El memorando firmado por el gobierno de Balaguer con el gobierno de EEUU,
sostenido por los gobiernos de Leonel Fernández y de Hipólito Mejía, permite el
uso de aeropuertos, puertos, espacio aéreo y territorio dominicano para el uso
de las tropas destinadas a Haití.
La ocupación militar de Haití por tropas extranjeras bajo la dirección de EEUU
refuerza su presencia militar directa en la isla. 8
La ratificación por el actual gobierno dominicano del acuerdo firmado entre el
anterior gobierno y el de los EEUU que garantiza total impunidad a los soldados
estadounidenses radicados o por radicarse en territorio nacional.
La petición de Leonel Fernández a George Bush para que el gobierno de EEUU se
encargue de diseñar y controlar el plan de seguridad fronteriza entre Haití y
República Dominicana. Hans Hertell, embajador estadounidense en el país, está
encargado de rendir el informe después de cada visita de los representantes del
Comando Sur y del Departamento de Migración y Aduanas de EEU.
El reciente anuncio de establecer una Escuela Militar para Sargentos de
Centro-América y el Caribe en territorio dominicano, en lo que parece una
especie de reedición de las escuelas de la muerte, tipo Escuela de las Americas.
La compaña calificando el país de "Estado Fallido", creando condiciones para su
ocupación militar en mayor escala.
La ejecución de las operaciones Nuevos Horizontes, la más reciente realizada
desde el campamento de la ciudad de Barahona, utilizando su puerto y areopuerto.
La reciente creación del Comando de Operaciones Conjunta del Pentágono y de las
Fuerzas Armadas Dominicanas.
Alternativa
Es claro que con la continuidad al frente del Estado de la partidocracia
tradicional representada por las cúpulas del PLD, PRD y PRSC y sus diferentes
facciones (reeleccionistas, antireeleccionistas, gobiernistas, opositoras) y las
estructuras del poder permanentemente controladas por la oligarquía y por el
poder imperial de los EEUU, no se puede superar este proceso de recolonización
del país, que viene empobrecimiento aceleradamente a nuestro pueblo y
destruyendo nuestra nación y su naturaleza.
La reversión de este cuadro, incluida la anulación del TLC, pasa por un cambio
político y social: por un gobierno distinto que se proponga cambiar las reglas
del juego, definir el camino hacia una sociedad pos-neoliberal, avanzar hacia
una nueva institucionalidad vía un proceso de constituyente con participación
popular; rescatar la autodeterminación y la soberanía del país, creando una
economía productiva, instrumentando una política de desarrollo humano,
incorporando el país a las corrientes de cambios progresistas a escala
continental, descartando el camino del TLC y las políticas neoliberales,
incorporándolo a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
Esto exije poner en el centro de las políticas públicas el bienestar y la
felicidad de los seres humanos, lo que pasa por un programa de redistribución
justa del ingreso y de las riquezas nacionales, de participación popular en las
discusiones y decisiones, y de creciente integración latinoamericana-caribeña,
sin subordinación a EEUU.
El cuadro actual se descargaría de pesimismo si se abren las compuertas del
cambio político, el cambio en la relación de poder, capaz de generar el
optimismo.
Y ese cambio no se decreta, sino que se construye en el contexto de una línea de
unidad y resistencia para bloquear el TLC. Una línea de oposición al
neoliberalismo, de democracia de calle, de combate a la corrupción y a
los gobiernos de las partidocracias
9
tradicionales, de creación de fuerzas transformadoras desde la base de la
sociedad, de combates por la defensa de nuestros recursos naturales, por los
derechos negado a nuestras mujeres, a nuestros (as) jóvenes, a nuestros (as)
trabajadores (as), a los (as) excluidos (as), a las capas medias y los (as)
pequeños empresarios (as) empobrecidos. 9
Una recolonización en grande solo se derrota con una movilización en grande,
como se hizo y se esta haciendo en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador… Como está
en marcha en Colombia, México, Nicaragua, Argentina…; como se consumó en Cuba
revolucionaria.
El TLC entraña muchas cuestiones técnicas, pero es sobretodo un problema de
correlación de fuerza y de poder social y político.
Existen alternativas a esa imposición y a todas las demás, solo que se precisa
de la fuerza capaz de ayudar a convertir al pueblo en contra-poder
alternativo.
Abril 2007, Santo Domingo.