Latinoamérica
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ECUADOR Mi derecho a desconfiar y... a confiar
Kintto Lucas
Tengo derecho a desconfiar cuando el halago es grande decía mi abuela
sabiamente.
Tomando aquella frase, creo tener derecho a desconfiar del NO a la
Asamblea Constituyente (que es como decir NO al cambio) y de quienes
patrocinan el NO en la Consulta Popular del próximo domingo. Los
antecedentes en la gestión pública de dos abanderados de esa propuesta
como Oswaldo Hurtado y Fabián Alarcón me dan bases para esa desconfianza,
me dan sustento para no creer en sus palabras.
Pero también tengo derecho a desconfiar de un presidente de Petroecuador
que ha sido cuestionado y acusado de irregularidades, que durante su
gestión en el gobierno de Alfredo Palacio pidió la caducidad del contrato
con la OXY cuando ya estaba con un pie afuera de la petrolera del Estado,
que además basó íntegramente su informe para la caducidad en otro
realizado por Bonilla, último presidente de la empresa estatal
durante el gobierno de Lucio Gutiérrez.
Tengo derecho a desconfiar del "Ministro coordinador" de la Producción y
afines, sus antecedentes dan justificativos suficientes para eso, como por
ejemplo haber fortalecido el modelo neoliberal junto a su ex coideario
Oswaldo Hurtado en la Asamblea Constitucional de 1998, o haber sido
Ministro de Agricultura del gobierno de Gustavo Noboa, otro presidente
defensor del modelo neoliberal.
Tengo derecho a desconfiar de una señora llamada "meritocracia" a la cual
se ha invocado para elegir muchos colaboradores mediocres, algún
subsecretario cuyo mayor mérito es ser estudiante de jurisprudencia y
algunos /as ministros /as que conocen poco o menos que nada de las
funciones de su Ministerio.
Tengo derecho a desconfiar de un Ministro de Agricultura, según el cual no
hay que hacer estudio de impacto ambiental para forestar. Sería
interesante qué se informe sobre las consecuencias que puede traer la
siembra masiva de pinos y eucaliptos en ciertas zonas.
Tengo derecho a desconfiar en los personajes que tienen la capacidad casi
natural, como el camaleón, de acomodarse en todos los gobiernos, acomodar
su discurso de acuerdo a la época y a las circunstancias, cambiar
"asesorías" por apoyos o subsidios a sus "proyectos", apoyar las
privatizaciones ayer y hoy ser "revolucionarios de la ciudadanía", en
fin... de acomodarse sea como sea. Tengo derecho a desconfiar...
Pero también, y sobre todo, tengo derecho a confiar... Tengo derecho a
confiar en un Ministro de Energía que además de ser la persona que da
credibilidad y seriedad al gobierno por sus antecedentes, aporta también
con consistencia técnica a uno de los tres ministerios más importantes de
este país. Un ministro que no esta mal asesorado, sino que tiene las cosas
claras para mantener una postura de cambio real, no de cambio de palabras.
Tengo derecho a confiar en un ministro de economía que trabajó contra la
deuda externa desde un movimiento social, y ahora, además de mostrar
consistencia técnica, da prioridad a los números sociales más que los
números de las vitrinas.. Tengo derecho a confiar en un integrante de la
junta bancaria que ha tenido la capacidad de asumir como empresario un
compromiso social y hoy apuesta a llevar cierta justicia al injusto mundo
de la banca..
Tengo derecho a confiar en el movimiento indígena, aunque su brazo
político sea una caricatura y algunos autodenominados dirigentes no tengan
brújula para orientarse, porque tiene una base social fortalecida en una
lucha de siglos y asentada en la comunidad, fue capaz de enfrentar el
temporal neoliberal cuando algunos que hoy se dicen anti-neoliberales
apoyaban las privatizaciones, y es el único movimiento social con
capacidad de movilización real no de espejismos.
Tengo derecho, también, por supuesto, a confiar en el Presidente de la
República, porque está construyendo un camino... está caminando y
aprendiendo a caminar para poder seguir caminado, y eso es mucho... pero
su responsabilidad es grande y no tiene derecho a fallar...
Tengo derecho a confiar que el domingo ganará el SI en la Consulta
Popular, y que la próxima Asamblea Constituyente sentará bases para una
verdadera y nueva institucionalidad, es más, no dudo que así sea... En
todo caso, los hombres libres, verdaderamente libres, siempre seguiremos
teniendo la obligación de desconfiar y, a veces, muchas veces, de
confiar...