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Chile: Transantiago y la corrupción
Arnaldo Pérez Guerra
Belisario Velasco, ministro del Interior, reconoció que la presidenta
Bachelet recibió información "equívoca" que la impulsó, de acuerdo a lo que
señalaban los contratos, a autorizar el inicio del Transantiago. "El día en que
se partió, no estaban por parte del sector privado ni todos los buses ni el
software", agregó Velasco. El nuevo titular de Transportes, René Cortázar,
fue llamado a resolver el entuerto. Pero una de sus primeras reuniones fue con
Pablo Piñera -ex subsecretario de Obras Públicas, ex director ejecutivo de TVN,
y actual miembro de EFE, hermano de Sebastián Piñera, socio de Andrés Navarro
dueño de Sonda-. Cortázar también es amigo de Andrés Navarro y de Enrique
Méndez, gerente general del Administrador Financiero del Transantiago (AFT) y ex
esposo de Vivianne Blanlot, hasta hace poco ministra de Defensa.
Tras su gira por México, Bachelet se reunió con el comité político y con el ex
ministro del Trabajo y ex director ejecutivo de TVN, René Cortázar, a quien
designó como ministro de Transportes en reemplazo de Sergio Espejo, ambos
militantes de la Democracia Cristiana (DC).
Patricio Hales (PPD), diputado miembro de la comisión de Transportes, asegura
que las medidas adoptadas por el gobierno son insuficientes: "Se necesita crear
una Autoridad Metropolitana de Transportes y nombrar un administrador provisorio
en reemplazo de las empresas que no han cumplido los contratos". Tribunales
acogió un recurso del senador Alejandro Navarro contra el AFT, Sonda S.A. y el
Metro. Además, la Contraloría continúa investigando al AFT, tras acoger las
denuncias de los senadores Navarro y Nelson Ávila, que detallan graves
incumplimientos en el contrato de licitación. Contraloría deberá dilucidar,
además, la responsabilidad del Ministerio de Transportes. Hasta ahora,
Transantiago opera sin el software, lo que pone en tela de juicio la
fiscalización del Estado. Se dice que se garantizarán los compromisos
establecidos en los contratos, pero aún AFT y Sonda no cumplen.
Según el senador Alejandro Navarro, Transantiago podría costarle a la
Concertación perder el gobierno: "El Estado no debe renunciar a intervenir. Es
fácil sacarse el pillo culpando a Manuel Navarrete, porque tiene mala fama.
Estamos en medio de una crisis. Transantiago funciona artesanalmente. Se utilizó
una encuesta de origen y destino del 2000, en que no se logró determinar adónde
viajaba la gente. Los operadores no saben cuántos pasajeros transportan, cuánta
plata ganan o pierden. ¿Cómo recuperarán las pérdidas? Todo apunta a que subirán
las tarifas. No hay un sistema de transporte público en el mundo sin subsidio
estatal. Desafío a Sonda a que diga la fecha del funcionamiento del software de
gestión de flota y de lo que están planificando en torno a las tarifas. No hay
más remedio que el Estado intervenga las empresas ineficientes. Antes, la tarifa
se repartía entre el conductor y el dueño de las micros, hoy se repartirá entre
varios actores que no entraron en el negocio por caridad pública sino para ganar
dinero. ¿Es posible que se mantenga la tarifa cuando el dinero se repartirá
entre Sonda, los bancos, centros de recarga Bip, operadores de troncales y
alimentadores, el sistema de información, etcétera? La gente está tomando más
buses para llegar a su destino, lo que podría aumentar en un 100 por ciento el
costo del pasaje. Eso no lo soporta ningún santiaguino de a pie".
En el mundo las tarifas de trasporte son muy inferiores a las chilenas, incluso
cuando los salarios son mayores que en nuestro país. La proporción del salario
que un trabajador de París, por ejemplo, invierte en transporte no supera el 7
por ciento. En Chile sobrepasa el 22 por ciento. "Los usuarios no deberían pagar
ni siquiera la actual tarifa si no se ha cumplido con el servicio prometido. La
solución es una ley que autorice al Estado a administrar y operar el
Transantiago, responsabilidad que nunca se debió entregar. Lamentablemente esa
ley sólo la puede presentar el Ejecutivo y no los parlamentarios", dice el
senador Navarro.
Madeja familiar
Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los
delitos de corrupción -soborno, lavado de dinero, cohecho y fraude-, no son un
grave problema en Chile, que posee un buen estándar cuando se trata de
prevención, investigación y persecución de ilícitos. Chile se ubica en el lugar
21 del ranking mundial de probidad, según el organismo.
Entre quienes diseñaron Transantiago, adjudicaron las licitaciones, y hoy
controlan el sistema, se repiten nombres. Por eso asoma una sombra de duda sobre
posible tráfico de influencias, uso de información privilegiada y corrupción.
En el directorio de Inversiones Alsacia -de capitales colombianos-, por ejemplo,
figura Bernardo Espinoza Bancalari, fiscal de la CORFO cuando se fraguó el
fraude de Inverlink. Hoy es director de Alsacia el ex Ministro del Trabajo
Ricardo Solari, vicepresidente del Partido Socialista (PS), quien pertenece al
pequeño círculo de "consejeros" de Bachelet. Blas Tomic, pasó de la presidencia
de Alsacia al comando de Bachelet, y luego, a la presidencia del Metro. Fernando
Bustamante, ex presidente del Metro, salió del cargo tras discrepancias con el
biministro Javier Etcheberry, que lideraba el Plan Transantiago. También figura
en Alsacia Eduardo Spollansky, ex gerente de Salcobrand, donde se desempeñó el
actual ministro de Obras Públicas Eduardo Bitrán.
El ex dueño de RedBus, José Yuraszeck, dirigente de la ultraderechista UDI
-procesado en el caso Chispas Endesa-, aseguró a TVN que Tomic renunció a su
cargo en Alsacia "porque estaba convencido de que Transantiago iba a fracasar" y
que "la empresa podía ir a la quiebra". El 2003, el Estado invirtió millonarios
recursos para infraestructura del Metro y no para el nuevo sistema de
transportes. RedBus fue vendida por Yuraszeck a la transnacional francesa CONNEX
que en su momento postuló a la licitación pero quedó fuera. "Es bueno para el
sistema que empresas de esta importancia sean parte de Transantiago", dijeron
las autoridades. A nadie causó extrañeza que una empresa que perdió la
licitación ahora la controle.
Javier Etcheberry, ex presidente de BancoEstado y ministro de Obras Públicas y
Transportes durante el gobierno de Ricardo Lagos, fue "expuesto" en el caso MOP-GATE:
el ex director de Vialidad del MOP, Eduardo Arriagada, señaló que Etcheberry
"sabía de la existencia del comité asesor que pagó sobresueldos mediante
contratos suscritos con empresas privadas". MOP-GATE también ronda al ex
presidente Lagos -ex ministro de Obras Públicas-, quien ha insistido en
tribunales que nada supo de contratos o sobresueldos. Se asegura que el fracaso
de Transantiago es responsabilidad del Ricardo Lagos y sus asesores: Germán
Correa (PS) -que diseñó el sistema-, Javier Etcheberry (PPD) y Guillermo Díaz
(DC). Transantiago se está convirtiendo en un escándalo mucho mayor que MOP-GATE.
Entre 1990 y 1992, siendo ministro de Transportes de Patricio Aylwin, Germán
Correa ordenó las primeras licitaciones de buses. Lagos le encomendó la tarea de
crear un sistema de locomoción eficiente, y lo nombró Coordinador General del
Transporte de Santiago. Correa tuvo que renunciar en 2003, tras ser acusado de
estafas reiteradas, duplicidad de cobros, facturación simulada, entre otros
cargos, por la fábrica de carrocerías de buses Cuatro Ases, de la que fue
presidente después de ser ministro de Transportes. El fiscal de la empresa
también fue demandado: José Fernando Rebolledo, hermano del ex diputado Víctor
Manuel Rebolledo (PPD).
Hoy se sabe que en julio de 2005, Buses EPYSA, representante de la brasilera
Marcopolo, cerró millonarios contratos con operadores del Transantiago. Ese año,
las ventas de EPYSA bordearon los 160 millones de dólares. EPYSA pertenece al ex
ministro y ex embajador Edmundo Pérez Yoma (DC), hermano del responsable de la
constructora COPEVA.
Ahora, hasta último minuto, se barajó el nombre de Jaime Ravinet -ex ministro de
Vivienda y Defensa-, para Transportes. Ravinet y Etcheberry encabezaron el
comité gubernamental a cargo de Transantiago en el gobierno de Lagos. Vivienda
se preocupó de las expropiaciones para ampliar las vías de los "corredores
exclusivos". Ravinet, apoyó decididamente la expansión urbana sobre tierras
agrícolas y millonarias especulaciones inmobiliarias. El comité gubernamental
estuvo integrado además por el intendente, Marcelo Trivelli (DC) -hoy asesor
comunicacional del AFT-; el presidente del Metro, Fernando Bustamante; el
coordinador de Transantiago, Aldo Signorelli y el subsecretario de Transportes,
Guillermo Díaz (DC), entre otros.
Guillermo Díaz -quien además fue director de Conama y presidente de
Ferrocarriles del Estado (EFE)-, fue procesado por fraude al Fisco en el caso
MOP-GATE y tiene intereses en la empresa Transpalitos -inscrita a nombre de su
padre-, cuyo negocio es reintegrar buses retirados de circulación. En agosto de
2006 el tribunal supremo de la DC le suspendió su militancia. Díaz renunció a la
presidencia de EFE luego que se ratificó su encargatoria de reo por la ministra
Chevesich en el caso MOP-GATE. Cuando era jefe de la división de operaciones de
la Coordinación General de Concesiones del MOP, costeó con dineros públicos un
postgrado en España. Se investiga también el destino de 46 millones de pesos que
pagó para una encuesta del Plan de Transporte y Descontaminación de Santiago
(1998), que nunca se realizó.
Siendo subsecretario, Guillermo Díaz debió presentar ante la justicia una
denuncia para que se investigaran ilícitos detectados tras una auditoría
realizada en plantas de revisión técnica de Rancagua. Poco a poco se descubrió
la actuación de personeros del oficialismo, entre ellos el propio ex
subsecretario de Transportes, Patricio Tombolini (PRSD) -influyente operador
político-, finalmente condenado por el caso Coimas. También estaban implicados
Víctor Manuel Rebolledo y el entonces jefe de gabinete del ministro de
Transportes, Alejandro Chaparro (PPD), ex seremi de Transportes.
Hasta último minuto se rumoreó que el cargo de gerente general de Buses
Metropolitana y Buses Gran Santiago lo ocuparía Germán Correa, reemplazando a
Manuel Navarrete. La semana pasada Correa públicamente afirmó que el Estado
"debiera renegociar los contratos con los operadores del Transantiago". Según
La Tercera, la empresa de Guillermo Díaz, Transpalitos, "explora" ese
camino.
Zar de las micros
Manuel Navarrete, profesor de Física y ex miembro del Movimiento Universitario
de izquierda -ligado al MIR en los años 70-, según Qué Pasa, lideró la
Asociación Gremial Metropolitana de Transporte de Pasajeros (AGMTP). La justicia
lo condenó, en diciembre de 2003, junto a Orlando Palza, Marcel Antoine,
Demetrio Marinakis y Armando Huerta, a una pena remitida de tres años y un día
por la ley de seguridad interior del Estado. En agosto de 2002, durante dos
días, los microbuseros bloquearon las principales calles de Santiago: se oponían
a las licitaciones del nuevo plan de transportes. En 1992, Navarrete fue
investigado por un fraude tributario. El 2005 evadió una orden de arresto luego
de ser acusado de robo con intimidación y estafa por una deuda de 600 millones
con el martillero público Domingo Lama, en la que están implicados también los
empresarios microbuseros Demetrio Marinakis, Luis Faúndez, Armando Huerta, Jorge
Gómez y Michimalongo Corvalán.
Entre los cercanos de Navarrete se encuentran los empresarios Miguel Herane,
Demetrio Marinakis, Juan Pinto Zamorano y el senador Camilo Escalona, presidente
del PS, a quien, según El Mercurio, ha apoyado con recursos en campañas
electorales. Se dice que Navarrete es financista de algunos parlamentarios del
PS.
Pocos saben que en enero de 2003, mientras el ex biministro de Obras Públicas y
Transportes Carlos Cruz se encontraba preso en Capuchinos, -y era visitado por
altos personeros de gobierno, entre ellos Gonzalo Rivas, vicepresidente
ejecutivo de Corfo y yerno de Lagos, Juan Carlos Latorre -subsecretario de Obras
Públicas-, Christian Nicolai -subsecretario de Telecomunicaciones-, Vivianne
Blanlot -secretaria ejecutiva de la CNE-, Enrique Correa -ex ministro secretario
general de gobierno-, Eduardo Arriagada -ex director general de Concesiones,
implicado en el caso GATE-, Alejandro Chaparro - ex jefe de gabinete de Cruz,
procesado por el caso Coimas-, también fue visitado por Marinakis y Navarrete.
Darío Contador, ex jefe de gabinete de Germán Correa, es muy cercano a
Navarrete. Ambos intentaron vender buses amarillos a Cuba. El "zar de las
micros", hoy controla el 38 por ciento de la flota del Transantiago -troncales 3
y 5, y alimentadores G y B-: más de 1.300 buses.
Manuel Navarrete renunció a la gerencia de las empresas Buses Gran Santiago y
Buses Metropolitana. Descartó haber "boicoteado" el Transantiago, lo que
atribuyó al gobierno. Días antes, el subsecretario Danilo Núñez, dijo que
Navarrete era "un lobo con piel de oveja" y que "el gobierno no podía andar tras
él con una escopeta para que cumpliera los contratos". Varios parlamentarios
pidieron transparentar los contratos suscritos con los operadores. Dicen que no
será posible encontrar soluciones si no se sabe cómo se negociaron esos
contratos. Incluso las autoridades reconocieron que no se postergó el inicio de
Transantiago para no pagar 250 millones de dólares de multa a los operadores.
Antes de renunciar, Navarrete sostuvo que "en horas o días" cumpliría con todos
los buses en operación, y que "desde ese momento" sería "responsabilidad del
Ejecutivo cumplir con lo que se le prometió a los santiaguinos". El entonces
ministro Sergio Espejo, aseguró que quienes "no cumplieran sus compromisos, se
tendrán que ir del sistema". Sus propios dichos le pasaron la cuenta a Espejo.
Todos piden la intervención de las empresas de Navarrete, por los constantes
incumplimientos y retrasos, incluido el pago de sueldos. El 2003, el gobierno
pedía 5.500 buses a los oferentes, lo que "no era negocio para los empresarios",
según Navarrete. "Para hacer atractiva la licitación, se ofertó el programa por
4.800 buses", asegura. Según su versión, los microbuseros advirtieron a los
ministros de Transportes Etcheberry y Estévez que los buses serían
insuficientes. La realidad dice que los transbordos han aumentado los viajes en
un 80 por ciento: son cinco millones por día. Las autoridades hoy dicen que se
necesita una flota de 6.100 buses, lo que haría inviable el negocio para los
operadores, obligando a un aumento de tarifas. Es secreto a voces que el pasaje
aumentará.
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El poder tras Sonda